Indudablemente estos sucesos nos llevarán a la Unión a una mayor fortaleza y seguridad en los suministros recibidos del este y en concreto de Rusia, pero indudablemente aumenta nuestra dependencia hacia Rusia. La unión europea ha buscado otras fórmulas distintas al gas ruso tratando de unir los yacimientos de Asia central a través del mar caspio hacia Europa, diversificando la dependencia rusa. Nació el proyecto Nabuco que pretendía traer el gas de Azerbaiyán, Turkmenistán, Kazajstán y Uzbekistán, a Europa, incluso de hablaba de Egipto, Irán e Irak, un proyecto de 3.300 kilómetros que con el tiempo ha ido perdiendo fuerza, incluso con el descenso de sus pretensiones. De momento el que parece que sale adelante es el gasoducto Tap, que traerá gas desde Azerbaiyán a Europa a través de 900 Km. Desde el yacimiento Shah Deniz II y caminará entre Turquía, Grecia, Albania e Italia. En la Explotación del Yacimiento están la BP y Statoil y el principal socio del gasoducto es Statoil y la alemana E. On Ruhrgas. Su eminente presencia europea le da más control y seguridad.
Pero los Países del Asia central no dejan de estar en la órbita de la política exterior y energética rusa, no obstante pertenecieron a la extinta Unión Soviética. En cualquier caso el reforzamiento del este se ha producido, Argelia se conecta con Italia y España desde el sur, pero en España está el drama que de momento no pone solución la Unión Europea, España unida con los yacimientos argelinos a través del gasoducto del Magreb por el estrecho de Gibraltar y posteriormente con el gasoducto Medgaz que une Argelia con la costa española por Almería no tiene suficientes puntos de conexión con Europa para dar una entrada de gas de África hacia el continente. Disponemos de la conexión de Larrau en el pirineo navarro, pero está hecha para recibir gas de noruega, y aunque es reversible no tiene entidad para emitir gas desde España al continente, la conexión a través del país Vasco siempre ha sido difícil por qué las redes francesas del sur son secundarias. Siempre se ha hablado de la conexión a través de Cataluña, pero nunca nadie ha propulsado ese esfuerzo de conexión que daría a Europa una nueva entrada de gas de procedencia distinta y por tanto diversificación de proveedores.
Además España tiene el mayor número de Plantas de GNL en Europa, es pionera en estas instalaciones solo detrás de Japón e Indonesia, y recibe gas de muchos Países desde Egipto, Libia, Nigeria, Golfo Pérsico, etc. Y tiene unas infraestructuras de Estaciones de regulación y gasoductos, además de almacenamientos subterráneos de primera magnitud para atender esos cometidos. Siempre existiría la posibilidad de traer por gasoducto en un gran proyecto gas de Nigeria y Guinea. Por qué no se apoya con más entusiasmo la unión con Francia. Es imprescindible para Europa y para España, que es una isla energética.
En mi periplo por las instituciones europeas, demandando esta futurible necesidad, he escuchado de las más increíbles contestaciones, hasta que España no quería, por la especificidad del tema catalán que reclama la independencia y era entregarle la conexión con Europa y probablemente las instalaciones a coste cero, pero ello no quita de que la necesidad de dejar de ser España una isla energética sobre todo en gas, y si las conexiones con Francia a través de Cataluña y País vasco, gozan de problemas técnicos y políticas, usemos el Pirineo central, doblemos gasoductos por Larrau en Navarra, o centrémonos en la unión a través de Aragón donde nuestro almacenamiento de gas de Serrablo, no dista mucho de los yacimientos franceses de Laq.
Europa necesita unirse con el suroeste europeo, será buena para la seguridad de Europa, y para su diversificación de proveedores, será bueno para España y Portugal que dejarían de ser una isla energética y podrían recibir gas de Europa o enviarlo, podríamos abrir a Europa los mercados africanos, y por último optimizaríamos a la Empresa de transporte de gas Enagas, con participación pública en su capital, que está sufriendo la puesta en marcha del gasoducto Medgaz desde Argelia sin tener una salida natural hacia Europa.
- Juan Antonio Zuriarrain Fernández esEconomista y Diplomado en Comunidades Europeas por la Escuela Diplomática