El restaurante Sandó se consolida como referencia en la Gran Vía

El entorno de la Gran Vía cuenta ya con un señalado nuevo lugar de encuentro en el restaurante Sandó, cuyas complicadas obras de diseño y ejecución se han desarrollado durante los últimos dos años. El objetivo se ha conseguido con un claro acierto en la conciliación de un lugar extraordinariamente acogedor que aúna modernidad y atención cuidadísima con una carta que expone una selecta versión de los mejores platos.

Todo ello no hubiera sido posible sin la mano expertísima de Antonio Núñez, uno de los profesionales que mejor conoce la restauración en Madrid, y lo que los clientes buscan. Sandó se ubica además en una zona en absoluto desarrollo y recuperación de un lugar neurálgico en la capital, como es la Gran Vía, que tras los años 80 sufrió una recaída de la que hoy renace con total rotundidad. Los aparcamientos de San Bernardo e Isabel La Católica le colocan en una ubicación preferente.

Espacio sorprendente

Lo que más sorprende al entrar en Sandó es su modernidad rotunda y limpia. La puerta de acceso se abre automáticamente colocando la mano sobre la misma, y ante nuestros ojos se vislumbra una estancia de colores claros y agradables que invocan a la vez seriedad, tradición y atención exquisita. El espacio más sorprendente es sin duda el reservado englobado en una especie de caja de cristal securizado a prueba de golpes. Es una estancia muy luminosa que recibe luz exterior pero que cuenta con innovadores sistemas de iluminación eléctrica, climatización y con un innovador sistema automatizado de persianas enfocadas al máximo confort de los comensales.

Cocina de altura

Lo mejor de Sandó es sin duda la exquisita cocina que resuelve platos con ingenio y creatividad pero sin salirse de lo aceptable, es decir, que se sabe lo que se come, en un tipo de sugerencias que siempre se completan con ingredientes de la máxima calidad.

Para comenzar Sandó nos propone una ensalada de jamón de pato aderezada con aceite de miel y mostaza, o el increíble laminado de queso de oveja cebolla caramelizada y huevo roto. Las croquetas de perdiz y setas al aroma de estragón o los chipirones a la plancha con estofado de puntilla y espinacas en su tinta son algunas de las mejores entradas propuestas. Para continuar con los segundos, o “platos principales”, podemos optar por un lomo de lubina con su piel crujiente y salsa tártara, un arroz cremoso con carabineros o una merluza rellena de gambas y polenta de setas entre los pescados, o un solomillo de ternera en su demiglacé con pastel de patata y queso de cabra, la paletilla de cordero
deshuesada asada al estilo tradicional o la muy impactante carrillada de ibérico glaseada al vino tinto con patatas revolconas entre las carnes.

Sandó nos propone además algunas de sus mejores sugerencias que son también algunas de sus creaciones más atractivas, como las verdinas guisadas con langostinos y almejas, el arroz con pollo de corral y trompeta de la muerte o las codornices rellenas de foie con salsa de frutos rojos. Los postres caseros y una carta de vinos completísima y ajustada para todos los gustos hacen de Sandó un lugar de cita previsible para un sinnúmero de ocasiones, desde el trabajo hasta los amigos o la familia, ya que el local cuenta con amplias posibilidades para grupos, reservas y celebraciones, disponiendo de un gran número de menús adaptados a todas las necesidades, desde 45 hasta 80 euros por invitado.

Estamos, en definitiva, ante un nuevo local muy céntrico y agradable que resultará sorprendente a nuestras más exigentes compañías y que ofrece lo mejor de sí de cara a la nueva temporada primaveral, con una sugerente nueva carta plena de frescas sorpresas, como el foie con puré de manzanas, lasagna de trigueros y txangurro, el pulpo braseado, o el arroz cremoso con carabineros para comenar. Puede tomarse un estupendo segundo con una lubina con vinagreta de verdura y aceite de pimienta rosa o, el txipirón grande a la plancha sobre tomate y aceite de perejil, el cochinillo confitado relleno de manzana y arándanos o el centro de solomillo con láminas de patata y piña. Entre los vistosos postres, la fantástica tarta fina de manzana con calvados y sorbete de manzana verde o para la Semana Santa la famosa torrija cremosa con helado de nuez moscada.

Restaurante Sandó
Pl. Santo Domingo, 13,
Madrid
Tel.: 91 547 99 11
www.restaurantesando.es