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LA DUDA INCORRECTA

El protoimpresionismo de I Macchiaoli

Por Luis Sánchez de Movellán

By Luis Sánchez de Movellán
martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
Luis Sánchez de Movellán
Luis Sánchez de Movellán
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, las corrientes pictóricas se renuevan en Italia tomando como modelo la pintura realista francesa. En la ciudad de Florencia, que en aquella época era una de las poblaciones más florecientes y desarrolladas, se van a encontrar diversos artistas provenientes de toda Italia que dinamitando todas las convenciones y reglas, que tiene la pintura tradicional, van a proponer un Arte que se inspira en la pura realidad. Estos nuevos artistas quieren indagar los variados aspectos que ofrece la realidad cotidiana. Aspectos que después vendrán a reproducir en sus obras con una nueva, sugestiva, antiacadémica y revolucionaria técnica pictórica que vendrá en llamarse “la pittura dei Macchiaioli”. Esta técnica consiste en representar los variados aspectos de la realidad a través del uso de las manchas de colores (de aquí proviene el nombre de macchiaioli), aboliendo los contornos nítidos así como las formas definidas e inmovilizadas que se pueden ver en las obras ejecutadas de forma tradicional y académica.


Es una técnica que adopta los colores puros yuxtapuestos que permitan la definición de la imagen a través del contraste cromático intensamente muy vivo. Rechaza el uso de las líneas marcadas para contornear los propios sujetos, de modo que se va utilizar el color y la luz para construir la realidad y para definir las zonas de luces y sombras. Lo blanco y lo negro, esta especie de “no-colores”, hechizarán a los artistas manchadores, que los percibirán como puntos de confrontación y de relieve sobre la tela. A diferencia de los impresionistas, que abolieron el negro de sus paletas, los macchiaioli observaron como encima de él los tonos de los otros colores se hacían más limpios y nítidos.

Desde el punto de vista temático, asistimos al abandono de la composición tradicional (histórica, religiosa y mitológica) para abrazar a los protagonistas de la vida cotidiana. Afronta el movimiento “manchador”, temas más próximos y contemporáneos, como, por ejemplo, la realidad social, el trabajo rural o la simple distracción. En las telas de los pintores macchiaioli, se observan con frecuencia toda una serie de paisajes rurales toscanos en los que se plasman, rica y detalladamente, las labores cotidianas o los momentos de descanso. La representación paisajística “manchadora” consigue superar, de forma genial e innovadora, la tradicional visión del siglo XVIII.

Además de la paisajística, son frecuentes los retratos. La retratística “manchadora” partirá de la búsqueda de la verdad, perdiendo los caracteres de solemnidad que siempre caracterizó a la tradicional. Los personajes retratados provienen de una muy diversa extracción social, desde la belleza popular sencilla hasta la afectación estética de la burguesía o de la aristocracia. La mayor novedad consiste en destacar la figura desde un fondo neutro y convencional, colocándola en un marco ambiental en el interior del cual sea posible reconocer diversos aspectos de lo cotidiano.

Una última temática se desarrolló, sobre todo, en la fase inicial del movimiento pictórico. Muchos artistas que se adhirieron a la corriente estética de los macchiaioli, se encontraron inmersos en el conflicto bélico risorgimental que señalará un momento fundamental para su recorrido ideológico, cultural y artístico. Son numerosas las escenas que recrean los campos de batalla de la Italia del Risorgimento, creando una pintura comprometida desde el punto de vista político.

Ese grupo de jóvenes pintores italianos, que se reúnen en un reservado del florentino Caffè Michelangiolo para discutir de arte y política, revolucionarán la Academia e intentarán crear una nueva Italia. Abandonarán sus estudios, cogerán sus aperos y saldrán al campo para encontrarse con la naturaleza frente a frente. Hallarán en el espacio panorámico su mejor recurso, en los pequeños tamaños (pintaban, muchas veces, en las tapas de cajas de puros) el guiño más delicado y en el paisaje unos magníficos escenarios.

Fueron unos artistas osados, libres, que recogían paisajes limpios, llenos de luz, de colores, contrastados. Ejercían un arte vivo, que se preocupaban por las pequeñas cosas, por los detalles insignificantes, lejos de los agotados formalismos romanticistas. Son artistas que se cuestionarán aspectos que los impresionistas franceses no pondrán sobre el tapete hasta quince años después. Para cuando los impresionistas galos abandonan sus estudios y buhardillas, cargando con los caballetes, lienzos y óleos, en Italia eso ya era costumbre, como en España también lo hacía Mariano Fortuny.

Los macchiaioli fueron unos artistas patriotas que trabajaron a favor de la unidad italiana y sus obras se conservan dentro de sus fronteras como esencia del pueblo. Fué un movimiento artístico nacionalista, breve, intenso, potente e innovador que constituyó un cambio radical y un acontecimiento sin futuro en la moderna pintura toscana e italiana.
  • Luis Sánchez de Movellán es Doctor en Derecho y Director de la Vniversitas CEU Senioribvs



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