www.elmundofinanciero.com

DESDE MI iPAD

La profesión periodística

Por Joaquín Abad

martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
Joaquín Abad
Joaquín Abad
Ayer comenté como las propias empresas editoriales se habían cargado a los periódicos impresos y sus correspondientes digitales. Hoy me toca hablar de los periodistas, de esa profesión que en su día parecía grandiosa y que se ha convertido, por culpa de políticos y de los propios profesionales, en un ejército de parados dispuestos a trabajar por cuatro perras...


Hubo un tiempo en que los periodistas eran notarios de la realidad. Un tiempo en que había periodistas de raza que investigaban y removían los cimientos para sacar la verdad real, y no la oficial. Eran tiempos en que los editores presumían de ser independientes y por supuesto no viajaban en jet privado en sus desplazamientos internacionales. Eran tiempos donde el director tenía un utilitario similar al del redactor jefe y tras la jornada marchaba a tomar una copa con los colegas de redacción. Eran tiempos donde los políticos no accedían a las redacciones por decencia. Eran tiempos donde se ejercía el pisotón y la exclusiva.

Y han pasado los años, lo he vivido en carne propia, y esos mismos periodistas que se enorgullecían de ser independientes se pusieran a babear con determinados partidos políticos que enseguida descubrieron lo fácil que era invitarlos y obtener la correspondiente reseña periodística, la mayoría de las veces manipulada.

A comienzos de los años ochenta era muy difícil saludar a un periodista de raza. Cuando Felipe González ganó las elecciones el 28-O, resulta que las redacciones estaban plagadas de periodistas con carné del pesoe, y con el de la UGT o CCOO. Y celebraron como propia la llegada de socialismo al poder. A partir de esa fecha se produjo una verdadera caza de brujas. Había que desprestigiar a todo periodista que no fuera próximo al club de El País, que era quien daba carné de demócrata o el llamado periodista progresista. Y pobre del que no lo fuera.

La verdad es que el pesoe supo premiar a sus periodistas. Los fue colocando, a todos, incluso a los inútiles, en la dirección de medios controlados por el poder. Se crearon entes de televisión autonómicos donde se dieron empleo a miles de periodistas. Periodistas afines, claro.

Pero llegó el año 1995 y nació la www, la World Wide Web. Y con ello la posibilidad de que hacer un periódico, en este caso on-line, fuera como coser y cantar. Algunos periodistas incómodos al poder, como Pablo Sebastián, pusieron en marcha un diario sólo digital y al cabo de los años, hoy, tenemos muchos cientos de medios digitales, quizá miles, que han arrinconado de tal manera a los dinosaurios escritos, esos que se vendieron al partido en el poder, y que ahora están en la ruina.

Es ahora cuando, gracias a internet, los periodistas vuelven a ganarse un asiento en el reconocimiento de una profesión que el socialismo se cargó a conciencia. Es ahora cuando los periodistas no tienen necesidad de que un director con chófer le contrate por el salario mínimo, mientras él viaja en jet privado. Ahora, gracias a internet, los periodistas pueden ejercer de una libertad de expresión que Felipe, y Guerra y toda la corte de dictadores amigos de Fidel Castro trato de exterminar. Llegaron al poder gracias a esa libertad de expresión y no estaban dispuestos a perderlo por esa libertad de expresión. Aunque Pedro J. Ramírez se encargó de demostrarles que eso no sería del todo posible...
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (4)    No(1)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios