ABORDANDO LA "VÍA CIUDADANA"
Los Partidos, la vía de la Ciudadanía y UPyD
Por Enrique Calvet (Europarlamentario)
viernes 02 de enero de 2015, 23:12h
Dentro de la trompetería de debatillos y eslóganes de marketing de crecepelos, reflexionaremos un momento sobre un aspecto concreto del hecho fundamental que ocurrirá en 2015 para la Ciudadanía Española: las elecciones. En este año que inauguramos los españoles seremos llamados a votar. Previsiblemente, en dos ocasiones. Tenemos que hacer un esfuerzo para deshacernos de ruidos y pajas y entender bien qué podría estar en juego. En nuestra opinión se van a dar dos ocasiones claras e históricas de preguntar a los españoles en qué sociedad quieren que vivan sus hijos. Mucho más que en casi todas las elecciones habidas en democracia tras 1980.
Someramente, parece evidente que los españoles van a tener que elegir entre votar (o permitir) una opción de España caciquil, con derechos a territorios por encima de las personas y total dinámica destructora de la igualdad y solidaridad, como han venido haciendo hasta ahora PPPSOE , (y el PSC claramente cómplice de establecimiento de discriminación entre españoles de primera y de segunda) o votar, (o permitir) las soluciones rancias, y ya gastadas acullá, de un populismo epidérmico y autoritario que terminará convirtiendo la sociedad en un cuartel (y de eso ya tuvimos) o…votar ( y permitir por fin) la construcción de una España de Ciudadanos libres, iguales y solidarios, …si esa opción es visible.
Esa tercera opción, que algunos han llamado “la tercera vía”, que preferimos considerar la “primera vía” y que llamaremos, para simplificar, “la vía Ciudadana”, sin embargo, tiene muchas dificultades de opción y visibilidad. Es cierto que hay razones objetivas para que eso sea así, como la complejidad de la propuesta, difícilmente resumible en eslóganes demagógicos, el sustrato educativo catastrófico de la España de los dos últimos siglos, agravado en los dos últimos decenios (hablamos de educación , no de formación técnica), y otros. Aún es más cierto y poderoso que esa España configura un modelo que molesta a todas las oligarquías establecidas, más aún a caciquismos locales y regionales, con lo que levanta inevitablemente potentes instrumentos financieros y mediáticos para su ninguneo por parte de los beneficiados del “BI-partidismo”. Y más análisis que no caben en este modesto epigrama. Pero el milagro que operaron dos Partidos hace entre nueve y diez años, supo romper la coraza de hierro y empezar a dar brotes a la “vía Ciudadana”.
Nos referimos a Ciudadanos en la Cataluña hispana y UPyD en España. Esos dos Partidos constituyen, tras el tsunami de las elecciones europeas recientes, la posibilidad de votar a una construcción de España de Ciudadanos libres y responsables. No quiero ser injusto con las pretensiones de Vox, pero aún está por descubrir, ni con el magnífico trabajo y espíritu del Movimiento “libres e iguales” que recoge la doctrina esencial de la “Vía de la Ciudadanía”, pero que no es un Partido, no se le puede votar.
Y es que ahí reside el nudo gordiano, esa “primera vía” necesita votos para ir construyendo una España moderna digna libre y socialmente cohesionada. Y, tras nueve o siete años, los Partidos de la vía de la Ciudadanía, sin dejar de combatir las adversidades citadas, ya no pueden refugiarse en lamentaciones y deben mirar su línea de resultados. Porque tienen una responsabilidad histórica gigantesca que les (nos) exige un esfuerzo, un nivel y una seriedad mucho más allá que el juego maniobrerista de la partidocracia. Esa es la gran advertencia de los millones de abstencionistas de las últimas elecciones: “estamos buscando algo sano y nuevo, pero tenéis que hacer mucho más para convencernos”. En el caso de mi Partido, UPyD, tienen toda la razón.
No comentaré el trayecto que está recorriendo Ciudadanos, pues me parece más correcto centrarme en UPyD por tres razones. Porque UPyD es mi Partido. Porque es todavía, hoy por hoy, el menos esmirriado de los Partidos de “la Vía Ciudadana” a nivel nacional, y porque es el que defiende y se basa, en principio, en ese indispensable manual para la convivencia en una democracia moderna y solidaria que es su Manifiesto Fundacional.
Por todo ello es por lo que su responsabilidad, en estos momentos críticos, en dar solidez, visibilidad, fuerza y presencia a la “vía de los Ciudadanos”, captando votos informados y afiliados con generosidad en el esfuerzo y altas miras es inmensa. El fallo puede ser terrible porque puede suponer un retraso histórico para los españoles como lo fue la desaparición de “la Pepa”, dejando a los ciudadanos españoles en manos de la peor casta y caspa. Por decenios.
Y, sin embargo, ahora es cuando está fallando estrepitosamente. Tras la proeza de su creación y nacimiento, puede desinflarse como un globo mal cerrado. Algunos sugerimos en su momento un Congreso Extraordinario Urgente, como muestra de responsabilidad política. No se nos ha escuchado, ni siquiera se ha aceptado leer y debatir. Seguiremos preparando el inevitable Congreso Extraordinario, ahora para después de las elecciones, sobre los estudios realizados, y haremos propuestas para remediar en lo posible la mala deriva actual antes de las elecciones, pero el envite es trascendental. Por ello sirvan estas líneas para invitar a la Dirección de UPyD a que recapacite, que asuma su responsabilidad histórica y se tome en serio la política y el momento político, mucho más allá de maniobrillas y personalismos.
Y sirvan sobre todo para que muchos electores sepan que UPyD sigue siendo un Partido vivo, con vocación de abanderar de verdad la regeneración de la Ciudadanía, de acrisolar la “primera vía” de la mano del Manifiesto Fundacional y con personas empeñadas hasta el final en sanear todo lo necesario para tener propuestas radicales, mensajes (no eslóganes) y vigor para dar su oportunidad a la España de los Ciudadanos.