1. ¿Qué beneficios aporta el coaching a los trabajadores y directivos de una empresa?El Coaching es una herramienta para la excelencia, es decir, que aporta un proceso de mejora para conseguir las metas que cada uno se proponga. Si esto lo ponemos en un entorno profesional y empresarial, para los empleados les ayuda a identificar sus fortalezas y conocer sus puntos de mejora para así poder llegar a mantener un crecimiento profesional adecuado al entorno y objetivos de negocio acordados. Además le capacita para adecuar el nivel de estrés al que se ve sometido a sus características intrapersonales.
En cuanto a los directivos, hace que, basándose en sus puntos fuertes, adquieran la competencia de desarrollo de equipos emocionalmente inteligentes que les lleven a realizar un rendimiento excepcional y les sirvan de apoyo para alcanzar sus objetivos de crecimiento profesional dentro de la compañía que favorece un ambiente de mejora continua.
Suena a cosas de otra galaxia pero, como digo en muchos de mis cursos, si tenemos en cuenta que las cosas más sencillas muchas veces producen grandes cambios, en este caso con poca inversión en desarrollo personal la influencia que tiene en la cuenta de resultados es enorme. Sólo el hecho de que una persona de la empresa mejore su comunicación con el resto de personas, lo cual no tiene coste alguno, hace que el ambiente laboral mejore en la medida correspondiente al cambio producido; eso permite que aquellas personas que se relacionan con la que ha cambiado realicen mejor su labor, comentan menos errores y tengan más posibilidades de conseguir los objetivos personales que les acerquen al objetivo empresarial.
Por supuesto que no todo es tan fácil como escribirlo en una hoja de papel, puesto que el cambio debe ser constante en el tiempo y consistente con los valores culturales transmitidos dentro de la empresa; pero intentarlo no tiene un coste relevante y conseguirlo tiene un retorno enorme.
2. ¿Por qué considera que la figura del coach ha adquirido relevancia en el ámbito ejecutivo y empresarial?Ya hemos dicho que el Coaching es una herramienta para alcanzar la excelencia, pero también es una herramienta para el cambio. El periodo de cambio en una empresa ha pasado de estar entorno a los 5 años a tener una cadencia bianual, esto hace que el nivel de estrés que deben soportar las organizaciones sea grande. Las organizaciones necesitan empleados que se adapten fácilmente a los cambios y que aporten en cada uno de ellos desde su máximo nivel de competencia. Hoy en día esa adaptación al cambio se desarrolla mucho mejor a través del Coaching.
El coach es como el “Caddy” en el golf, es la persona que lleva los palos del jugador, pero que también le va haciendo preguntas sobre dónde está y dando datos sobre el siguiente hoyo, es decir sobre los siguientes pasos que el jugador quiere dar. Pero quien decide qué hacer es el jugador de golf, no el caddy.
El uso del Coaching en la empresa sirvió, al inicio, como solución para corregir comportamientos mejorables en determinados directivos clave. El éxito de ese cambio significó que adquiriera la relevancia que hoy día tiene dentro de las organizaciones.
Actualmente el Coaching y sus diferentes especialidades mueven a la excelencia dentro de las organizaciones. El hecho de poder contar con un programa de Coaching interno que ayude a empleados clave a desarrollarse personal y profesionalmente en estos momentos de cambio constante, hace que puedan gestionar mejor los equipos en los que intervienen y eso posibilita que se alcancen más fácilmente los objetivos y mejoren los indicadores de negocio
La figura del coach ha significado implantar la “magia” del cambio a nivel de organizaciones. El desarrollo del Coaching en empresas ha sido la solución a muchos de los problemas con los que se han encontrado.
3. ¿Cree que si las empresas invirtieran en sesiones de coaching grupales mejoraría la productividad?¿Quién puede en la época actual trabajar sólo? Los tiempos de Ramón y Cajal, en los que una persona encerrada en su laboratorio podía lograr descubrimientos acabaron a mediados del siglo pasado.
Los procesos de Coaching son una inversión con un alto retorno. La combinación perfecta es intercalar sesiones individuales con grupales. ¿Por qué propongo esto? Porque en las sesiones grupales se desarrolla la inteligencia emocional del grupo, que aunque no sea un grupo de trabajo estrictamente así nombrado, si se trata de personas que comparten un ambiente laboral común y que pueden ayudarse mutuamente para que cada uno alcance sus objetivos y por tanto se consiga el general de la empresa más fácilmente.
Un grupo que desarrolla un nivel de respeto, escucha, colaboración y de conocimiento y empatía del otro, es lo que llamamos “equipos emocionalmente inteligentes”, los cuales son el nuevo paradigma de crecimiento empresarial.
El Coaching grupal trata las emociones de cada uno y las del grupo en un ambiente de aceptación y regulación de las mismas, donde todos comparten valores similares acordados y donde se rigen por reglas también consensuadas entre todos los miembros. Tratar todo de manera casi inmediata y no dejar que haya trasgresiones a las normas establecidas, sin aprobación de todos evita llenar la habitación de “elefantes rosas” que todo el mundo ve, pero de los que nadie habla. Esos elefantes acaban llenando la habitación y dejando sin espacio a los miembros del grupo para comunicarse y establecer un marco de actuación definido y aceptado que les impulse a conseguir sus objetivos.
4. ¿Qué tres pautas son básicas en la gestión de cualquier tipo de empresa? Realizar la gestión emocional de las personas. Cuando hablamos de la gestión empresarial nos circunscribimos a áreas de negocio globalizadas, parámetros financieros complejos, estrategias empresariales difíciles de entender, pero lo que no se suele mencionar es algo tan cercano, simple y que en toda organización también existe; me refiero a la gestión de las emociones propias y de los demás.
Dar espacio para la participación de todos en el desarrollo del negocio. Cada uno dentro de su ámbito de trabajo puede aportar mucho a la mejora de los procesos, de la implantación de las estrategias y a la puesta en marcha de los cambios. Fomentar las opciones de mejora y escuchar los planteamientos de crecimiento son fuente de incremento del clima laboral.
Crear “grupos de trabajo”, no personas que trabajan juntas en grupo. Adaptar el estilo de liderazgo de los directivos al trabajo en grupos de alto rendimiento.
Yo me permitiría añadir una cuarta, que es más de cambio que de gestión propiamente dicha. Aprender a hablar de forma positiva en nuestra comunicación diaria. ¿Cuántas veces nos hemos parado a pensar lo negativo que hablamos? Si nos fijásemos en la forma de comunicar de los demás, podríamos valorar cómo de negativos somos en nuestra forma de hablar.
5. ¿Cree que en las empresas habría que fomentar el factor emocional para mejorar las dinámicas de trabajo y las relaciones entre compañeros?En una empresa se gestionan emociones como ya hemos dicho, ser conscientes que las personas que llevan a cabo las estrategias tienen un componente emocional es el primer paso para iniciar el camino al éxito.
Cuidar de las personas que trabajan en nuestra organización, siendo exigentes en su rendimiento profesional, pero valorando lo que hacen y haciéndoselo sabe. Dar y recibir “feedback” efectivo sobre lo bueno y sobre lo mejorable, aprendiendo a aceptar lo que nos dicen en nuestro propio beneficio. Estando abiertos a escuchar lo que nos dicen y mostrar empatía con lo que nos están contando, pero contestando de una forma asertiva en nuestros planteamientos sin comunicar de forma agresiva o pasiva. Eso es la gestión emocional.
Saber que el hecho de ofrecer poder compatibilizar la vida profesional y personal, sin dedicar más tiempo del necesario a una u otra y que eso es valorado por la entidad, el grupo y los compañeros, es procurar un clima adecuado para la excelencia.
La empresa que de la formación necesaria a sus empleados para saber comunicar eficazmente, valorar la aportación de cada uno al logro común. Aquella empresa que propicie el clima laboral adecuado para que todas las comunicaciones fluyan de forma tranquila y eficazmente entre todos los miembros. Esa empresa entrará de lleno en la moderna gestión del siglo XXI. No sólo mejorará en los resultados de los grupos de trabajo, sino que alcanzará lo que utópicamente se define como “el mejor lugar para trabajar”.
6. A raíz de la crisis la competencia por conseguir un puesto de trabajo altamente cualificado es cada vez más complicado, ¿qué consejos daría para que el demandante de empleo pueda demostrar su valor añadido?Creo que precisamente un demandante de empleo debe basarse en sus propias competencias. Es decir en aquellos hechos que durante su vida le ha hecho aprender de los errores propios y adquirir determinado nivel competencial, el cual puede aplicar allá donde vaya.
Las empresas cada vez más necesitan personas competentes, no sólo que tengan conocimientos o habilidades básicas, sino que pueden pensar por sí mismos, influir a través de la persuasión y la negociación en los demás, que estén enfocados a resultados y que ese enfoque lo hayan demostrado en el pasado a través de comportamientos observables y demostrables.
Prepara su CV (Curriculum Vitae) para resaltar su nivel competencial y enmarcado en su coherencia y consistencia realizar una entrevista en la que demuestre cómo y dónde ha conseguido desarrollar sus competencia, le da una ventaja competitiva frente a otros candidatos que no han hecho ese trabajo previo o que no han realizado una autoanálisis que les lleve a saber quiénes son profesionalmente y cuál es su aporte de valor a la organización a la que aplican.
No todas las competencias se han desarrollado, puede que algunas, en función de la experiencia, estén todavía en fase de consecución. Dentro de la coherencia que todo candidato debe mostrar, se deben indicar también los procesos de mejora en los que está involucrado a nivel personal para luego aplicarlos a su nivel profesional. Mostrar un mundo perfecto no es sinónimo de perfección, sino de falta de autoconocimiento.