ROMA (Xinhua) -- La deuda pública de Italia disminuyó a 2,203 billones de euros en junio, una reducción de 14.600 millones de euros en comparación con el nivel récord alcanzado en mayo, informó hoy el Banco de Italia. Sin embargo, los economistas creen que no hay razones para estar optimistas porque es probable que la asombrosa deuda italiana se torne problemática si la economía del país no puede empezar a crecer. Los datos emitidos por el Banco de Italia mostraron que la deuda pública del país alcanzó en mayo su máximo nivel histórico de 2,2 billones de euros (2,4 billones de dólares). La deuda aumentó 23.400 millones de euros tan sólo en mayo, lo que generó críticas de los legisladores de la oposición y en las editoriales de los diarios. El asunto de la deuda está atrayendo la atención en particular porque la cercana Grecia se está tambaleando drásticamente al borde del colapso económico, al menos en parte, por no atender sus niveles de deuda durante años. Pero la cifra real a observar, según los analistas, es la deuda como porcentaje del producto interno bruto (PIB) del país. Este porcentaje también se encuentra cerca de su máximo histórico: la deuda italiana se ubica actualmente en 133 por ciento del PIB, sólo un poco menos que durante la primera parte del año. El problema de Italia es que, si no comienza a crecer, su gigantesca deuda acabará comiéndose recursos hasta ahora no invadidos y tendrá que comenzar a aplicar los temidos recortes.
"Vean la economía de Estados Unidos", añadió un experto. "Su nivel de deuda general es mucho mayor que la italiana en términos de dólares, pero es mucho más manejable porque el tamaño de su economía es mucho mayor". Guido Tabellini, economista y ex rector de la Universidad Bocconi de Milán, coincidió. "Si la economía italiana creciera incluso uno por ciento al año, la deuda no sería tanto un problema", dijo Tabellini a Xinhua. "Si creciera a dos por ciento o más, la deuda comenzaría a disminuir" en términos del PIB".
La economía italiana se contrajo 2,8 por ciento en 2012, 1,7 por ciento en 2013 y 0,4 por ciento el año pasado y, según el Fondo Monetario Internacional, se espera que crezca 0m5 por ciento este año y 1,1 por ciento en 2016. Pero los analistas indicaron que si el gobierno quiere limitar el problema de la deuda del país, su mejor estrategia es fomentar el crecimiento económico.
Además, un euro débil frente al dólar y otras monedas sigue haciendo más atractivas las exportaciones italianas para los compradores extranjeros y los bajos costos de los combustibles abaratan la manufactura y el transporte. Por otra parte, la ambiciosa agenda de reformas del primer ministro italiano Matteo Renzi está reduciendo los costos del gobierno en algunos ámbitos y está elevando la confianza de los inversionistas en el país, lo que mantiene bajo el costo de la deuda.