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EN TORNO A LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA

No basta con aplicar la Ley (III)

Por Enrique Calvet, eurodiputado

domingo 16 de agosto de 2015, 10:04h
Enrique Calvet
Enrique Calvet
Desde la segunda entrega he tenido ocasión de confirmar con brillantes constitucionalistas, y no sólo españoles, que nuestro texto fundamental del 78 configura, sin ambages, España como una unidad política de Ciudadanos libres , iguales y solidarios, por encima de cualquier consideración. Y también han acaecido cosas muy ilustrativas, por dónde leí y por dónde visité, allende los Pirineos, para informarme de cerca, como las aberrantes declaraciones de un edil leridano, dizque socialista, o la denuncia de la fiscalía francesa de una asociación que pedía realizar una consulta ilegal, tipo 9-N, en el Rosellón. Por cierto, de esto último se ha informado levemente en España, pero en Francia no ha merecido ni un renglón ya que son anécdotas frikis y la intervención de la fiscalía es automática, como en cualquier democracia sana, y por un motivo muy simple: atentar contra la unidad nacional. A nadie le llama la atención.



Estas vivencias me han reforzado en la idea, que sigo compartiendo con Uds. de que la solución estructural a medio plazo se basa en la Educación, con mayúscula, de los Ciudadanos. Cierto que habrá que tomar medidas/ parche a corto plazo, ya inevitablemente traumáticas (que no cruentas, no confundamos), pero incluso ésas habrán de medirse por su contribución a la labor educativa. Pero antes de repasar algunas medidas políticas a tomar, permítanme que ahondemos un poco en la noción de Educación que manejo, porque puede que alguien crea que lo que propongo es una LOMCE más o una mejor calidad del profesorado, y es mucho más, muchísimo más. Hay innumerables factores educativos más allá de las instituciones de enseñanza.

Lo primero que habría que tener claro es que dicha Educación, siendo tarea de todos, estaría destinada a proteger dos cosas: primero la democracia como marco de convivencia y, segundo, el mayor potencial de libertad y prosperidad futura del conjunto de los Ciudadanos Españoles. Y no porque sea la “Verdad Revelada”, es una opción, existen otros regímenes, pero es la opción que democráticamente hemos elegido la inmensa mayoría de los españoles. A partir de ahí, hay que ser absolutamente radical en su defensa, es una exigencia moral. Y es obligación de todas las autoridades del Estado defender la convivencia mayoritariamente elegida observando siempre el precepto toral y base de toda actuación política: la soberanía nacional reside en el pueblo español, que es un conjunto de ciudadanos libres, ontológicamente iguales y con los mismos derechos políticos. Y, por supuesto, es tarea de cualquier representante del Estado oponerse y combatir a los que atenten contra ese principio esencial de nuestra democracia. Y en ese principio hay que educar siempre.

En la defensa de ese principio hay que ser totalmente radical en la Educación, como sucede desde USA hasta Islandia y en cualquier democracia seria. Lo que nos recuerda que el sistema democrático es frágil (apenas 50 años en toda la Historia de España), ¡y por eso nunca puede permitirse ser débil! La defensa de nuestra condición de Ciudadanos debe ser permanente, activa, exigente y vigilante. Empezando por aplicar las leyes sin la menor timidez. De ahí los escalofríos que producen frases como la de nuestro Presidente de Gobierno, que afirma aplicar las leyes “con proporcionalidad”… (sic). Eufemismo para decir que no se aplican o que se aplican arbitrariamente. La primera vez que eso sucedió, y llevamos cinco lustros al menos, se abrió la puerta a todas las corrupciones.

¿Quiere esto decir que los que defienden otro régimen, por ejemplo los totalitarismos, el tribalismo, el secesionismo y otras versiones antidemocráticas no han de tener libertad de expresión? Yo creo que no hace falta cortársela, normalmente, si las leyes están bien hechas y se cumplen. Existen distintas soluciones, cambiantes en el tiempo en las naciones con los valores republicanos. Por ejemplo hubo una etapa en que se prohibieron los partidos comunistas en Alemania o EE.UU. Hoy en día se prohíbe el negacionismo, etc… Yo no veo inconveniente en que se creen clubes de pensamiento, asociaciones, o lo que se quiera que defiendan una opción distinta a una España de libres e iguales, o que se inventen naciones culturales…pero nunca desde puestos del Estado, nunca con ayuda pública y siempre con la réplica contundente intelectual desde las Instituciones ( esa es parte fundamental de la Educación) y el castigo legal si pasan de la libertad de expresión a acciones que atenten contra nuestro modelo fundamental mayoritario de convivencia (otra clave de la Educación). Sólo les haré notar que todo lo que he escrito, en Europa, donde trabajo para toda mi circunscripción (España), es una simple realidad básica admitida, desgraciadamente no soy capaz de descubrir ningún mediterráneo nuevo… ¡Ni falta que hace!

Una vez desbrozada la inmensidad de la tarea educativa que hay que emprender y apuntada la cantidad de instrumentos institucionales y políticos que hay en juego, dejo para la próxima entrega unas ideas/ propuestas sobre algunas medidas concretas a tomar y los condicionantes a los que se enfrentan dichas medidas en la inenarrable España actual.



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