La importancia de la TAEAntes que nada, sería conveniente que sepamos por qué suele utilizarse la TAE para comparar préstamos. Este indicador nos permite saber cuánto nos costará que una entidad financiera nos preste dinero, incluyendo tanto los intereses como los gastos o comisiones asociadas, tomando como referencia un año. Según los datos del Banco de España, el interés medio de los préstamos concedidos por las entidades bancarias de nuestro país se situó en marzo en el 8,64 % TAE. Una cifra que, no obstante, no incluye a los minicréditos cuya TAE puede ser hasta 400 veces superior.
El interés de lo minipréstamos puede parecer desorbitado si lo comparamos con el coste medio del resto de los créditos, pero es conveniente que tengamos en cuenta cómo influyen las características de este producto para que este valor sea tan elevado. Principalmente el plazo de reembolso, que no suele superar los 30 días y, como la TAE es una tasa anual, no reflejará lo que verdaderamente terminaremos pagando.
Para hacernos una idea de cómo el plazo influye en el coste, si aplicamos la TAE media anual de los créditos a un minipréstamo de 100 € a devolver en un año, vemos cómo solo tendremos que pagar 8,73 € entre comisiones e intereses, una cantidad insuficiente para cubrir su coste de tramitación. Es por este motivo que se recomienda que nos fijemos en el coste de 100 euros prestados a 30 días para comparar correctamente entre distintas ofertas de minicréditos.
Entonces, ¿cómo saber cuánto valen los minipréstamos?Gracias a los simuladores de las plataformas online de estos créditos rápidos o si utilizamos algún comparador financiero, podremos
conocer fácilmente el coste efectivo de los minipréstamos antes de contratarlos. Simplemente tendremos que introducir la cantidad y el plazo que más nos conviene y, automáticamente, sabremos cuánto tendremos que pagar. Actualmente, el precio medio de los minipréstamos se sitúa en torno a los 30-33 euros por cada 100 euros prestados a 30 días e, incluso, podemos encontrarnos con prestamistas que nos permiten contratarlos a coste cero.
A pesar de que la TAE no les hace justicia, debemos tener claro que tampoco son baratos. Es por este motivo que solo debemos utilizarlos si necesitamos afrontar algún tipo de imprevisto económico puntual y nunca como una fuente habitual de financiación. Debemos pensar que, al contratarlos, nos comprometemos a amortizarlos correctamente y que es nuestra responsabilidad hacer frente a sus cuotas. Por ello, si no estamos seguros de que pasado el plazo de reembolso establecido contaremos con los ingresos suficientes, no deberíamos solicitarlos. Si incurrimos en impago, corremos el riesgo de sobreendeudarnos, de acabar inscritos en una lista de morosos o inmersos en un proceso judicial.