20 DE OCTUBRE, 72 ANIVERSARIO
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Un grupo de belgradenses conmemora hoy, 20 de Octubre, la liberación de Belgrado de los nazis (Foto © 2016 José Luis Barceló) |
Belgrado, orgullosa, celebra su liberación durante la II Guerra Mundial
· Por José Luis Barceló, enviado especial a Serbia
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José Luis Barceló Mezquita
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jlbarceloelmundofinancierocom/9/9/27
sábado 22 de octubre de 2016, 09:20h
Belgrado es hoy una ciudad bulliciosa, que se resiste a caer en la desidia. Es una capital que tiene pulso propio. Con en torno a un millón y medio de habitantes, hoy, 20 de octubre, celebra orgullosa de su pasado el LXXII Aniversario de su liberación de las tropas alemanas durante la II Guerra Mundial. Belgrado es la única capital europea en la que confluyen dos grandes ríos, más bien enormes, que lo convierte en una gran ciudad fluvial: el Sava y el Danubio, en cuya confluencia se levanta la capital de la República de Serbia. Serbia es hoy un país orgulloso de su pasado, como lo demuestra el excelentemente bien organizado Museo del Ejército de la antigua fortaleza de Kalemegdan, en Belgrado, que se remonta a la dominación otomana.
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Cuando esté terminada, San Sava será el mayor templo ortodoxo de toda Europa. (Foto © 2016 José Luis Barceló) |
Los habitantes de Belgrado parecen querer olvidar el pasado reciente, enmascarado en las neblinas de las guerras en la ex Yugoslavia. No en balde, Belgrado fue la capital de Yugoslavia hasta el advenimiento del colapso del sistema soviético. Y, como consecuencia, de la explosión de Yugoslavia en una miríada de ex repúblicas yugoslavas, entre las cuales las relaciones de vecindad no son el mejor activo.
Contemplamos una Serbia que camina en solitario dignificando su pasado eslavo y ortodoxo. La mayor iglesia ortodoxa de toda Europa, aún sin terminar, se levantará en la capital serbia en cuanto finalicen las obras. No obstante, en dicho edificio religioso se celebran misas y centenares de personas acuden cada día a rezar ante sus altares provisionales.
Los serbios se identifican con uno de los cinco primeros pueblos eslavos que conoce la Historia. Y ese es su pasado que tanto les marca. Y se sienten especialmente ligados a Rusia, con la que mantienen, no solo en el terreno diplomático, unas excelentes y extensas relaciones. Quizás las únicas que permiten a Serbia salir adelante. Parece como una deuda del pasado, aun sin saldar. La presencia en Serbia de los grandes grupos industriales y financieros rusos, como Lukoil o Gazprom, evidencian una dependencia que no es caprichosa.
Los belgradenses no se conforman con su pasado reciente. La guerra de la ex Yugoslavia trajo consigo la desmembración de la heroica Yugoslavia, y no lo tienen aceptado. El pasado no les ha sido generoso. El presente, tras quince años desde el final de estas guerras, no permite ser optimista, y el futuro no se presenta muy prometedor, especialmente para los mayores, cuya mirada transmite un especial desasosiego y desesperanza tras largos años de espera. Para los jóvenes, el pasado está muy lejos, y todos ponen ilusión y alegría en restañar un futuro que planifican con laboriosidad y tesón. Porque el serbio, y muy especialmente el belgradense, es persona laboriosa y afanada en lograr los objetivos que se propone, como demostró la expulsión de las topas alemanas durante la II Guerra Mundial.
La capitulación de Belgrado trajo consigo una serie de acontecimientos que precipitaron la retirada alemana de los Balcanes. El 13.º Cuerpo de Partisanos, en colaboración con el 2.º Ejército Búlgaro, avanzó desde el sureste. Ellos fueron los responsables del área de Niš yLeskovac. Unidades de partisanos, junto con el décimo Cuerpo de Infantería soviético (2.º Frente Ucraniano), desplazándose a través del Danubio, desarrollaron una mayor ofensiva desde el noreste contra las últimas posiciones de la Wehrmacht en Belgrado. Se despejó la margen izquierda del Tisza y el Danubio, liberando también las ciudades de Pančevo y Novi Sad.
Los ejércitos E y F se dirigieron después hacia el noroeste, manteniendo abierta una ruta secundaria para evacuar sus últimas fuerzas de Macedonia, Albania y Montenegro. Las últimas unidades de la Wehrmacht en los Balcanes iniciarían su repliegue definitivo.
Tras la ofensiva de Belgrado, los partisanos continuaron la liberación de Yugoslavia, y para final del año, la mitad occidental del país (Serbia, Macedonia, Montenegro y Dalmacia) había sido liberada completamente. En abril de 1945, se produjo la liberación de Sarajevo, y Croacia y Eslovenia el mes siguiente.
La liberación de Belgrado es un hecho de gran importancia en la historia de la ciudad, por lo que son numerosos los monumentos y homenajes en recuerdo de la operación. Asimismo, cada 20 de octubre se conmemora en la ciudad el aniversario del hecho.
La organización guerrillera, la de los partisanos y la colaboración multinacional en la liberación de Yugoslavia, constituyen en la memoria colectiva de los Serbios un hito histórico del que no se quiere renegar y que es motivo de orgullo y recuerdo. En la memoria colectiva de los países de la orbita soviética suponía un hecho que supuso el detonante de la retirada paulatina de las fuerzas de la Alemania nazi y es por ello que en el imaginario se colocaba a los yugoslavos como los mejores y más heroicos guerrilleros que las fuerzas de Hitler pudieron encontrarse por el camino.
Tras la guerra, algunas calles de la ciudad fueron nombradas en honor de oficiales y soldados soviéticos que participaron en la liberación, pero tras la disolución de Yugoslavia estos nombres fueron retirados de la nomenclatura callejera de Belgrado. En 2010, con motivo del 65 aniversario de la liberación, las autoridades de la ciudad se comprometieron a restaurar los nombres retirados en los años 1990, lo que se ha venido haciendo de forma paulatina.
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Begrado es hoy una ciudad bulliciosa y moderna que quiere dejar atrás su pasado reciente y mirar al futuro con optimismo. (Foto © 2016 José Luis Barceló) |