“El Gobierno español tiene que seguir apostando por la FP. Primero porque conlleva una buena inserción laboral y en segundo lugar, porque contribuye al mantenimiento de una industria competitiva y cualificada”, ha dicho hoy Calvet en la mesa redonda que se ha celebrado hoy en el Senado, en la capital de París, bajo el título “La gran movilidad de los aprendices europeos”. La formación profesional sigue ostentando el segundo lugar y a gran distancia de la formación universitaria, entre las preferencias de los jóvenes estudiantes que finalizan sus estudios y deben adoptar una decisión. A este nuevo reto, se le añade el de la movilidad y la libertad de movimiento que se quiere propulsar a la FP desde las instituciones públicas de diversos países y entidades europeas más comprometidas, bajo el innovador programa Erasmus Pro en el que el eurodiputado del Grupo ALDE, Enrique Calvet lleva trabajando más de un año desde Bruselas.
El parlamentario europeo subrayó la necesidad de reorientar el sistema educativo español y conceder a la FP “el lugar que se merece” por sus conocimientos técnicos y prácticos. Así aseveró que “como ocurre en algunos países europeos, especialmente en Alemania, en los que este tipo de estudios son parte esencial de la columna vertebral del sistema de enseñanza.
Desde un punto de vista europeo de la FP, Calvet destacó que hay que tender hacia “un mercado único en el que se pueda gozar de libertad de movimiento y libertad de prestación de servicios. Lo que no puede ser es que existan barreras reglamentarias impuestas por 27 legislaciones diferentes de la formación profesional y el aprendizaje”. Esta situación empeora cuando en muchos casos los niveles competenciales dentro de los Estados Miembros y las regiones autonómicas son distintos. “El Estado suele tener competencias en la legislación nacional y las Comunidades en la implementación y desarrollo”, afirmó Calvet.
Para el eurodiputado, “Europa tiene en principio competencias limitadas. Hay que unificar esfuerzos comunes para incluirlo en agenda y seguir avanzando. Por ahora, únicamente disponemos de recomendaciones sobre la calidad e intercambio de buenas prácticas. Pero es necesario, que de una vez, evolucionemos hacia unas reglamentaciones comunes que faciliten la movilidad. Un equivalente del proceso de Bolonia pero a nivel de FP”.
Calvet destacó que también en Europa se está pendiente alcanzar un acuerdo sobre el estatuto del aprendiz y sobre los contratos de trabajo y formación, así como sobre las obligaciones del empleado y el empleador, y por supuesto, la inserción posterior de éste en las empresas.
Sobre la conciliación de modelos, el eurodiputado abogó por una FP dual, que conjugue la visión de la empresa y la formación. “La apuesta debe ser una FP reglada e impartida por un centro educativo con posterior salida al mercado. Hemos conseguido financiar la movilidad, con Eramus + y ahora en el futuro con Eramus Pro. La idea de movilidad larga duración equiparla a la movilidad de estudiantes universitarios”, afirmó el parlamentario europeo quién añadió que “hay que seguir trabajando. Nos queda la etapa más difícil que supone entrar en una competencia (educación) que está muy poco regulada a nivel europeo, puesto que los estados miembros tienen muchas reservas”.