Empresas españolas pero también extranjeras afincadas en Cataluña han decidido aplazar o suspender sus actividades, actos programados, participaciones en Ferias o incuso eventos en el exterior de Cataluña hasta que no se reseva y se conozcan las consecuencias de lo que pueda acontecer el domingo 1 de octubre. Las pérdidas para Cataluña se cifran solo para la primera semana de octubre en alrededor de 878 millones de euros en inversiones paralizadas, suspendidas o canceladas, entre actos, presentaciones, ruedas de prensa o participacines en eventos. Y estas informaciones se refieren excusivamente a las suspensiones y cancelaciones producidas por empresas afincadas en Cataluña. Sin contar con la desviación de inversiones que desde otras empresas se destinaban a Cataluña. La prudencia y el temor han sido las consejeras de estas decisiones amargas para muchas empresas catalanas que han visto esfumarse en unas pocas horas toda su ilusión. Tal es el caso de Espacio Saint-Gobain Barcelona, que ha reprogramado su acto informativo de apertura en la localidad de Montcada, previsto para el próximo 5 de octubre, según fuentes inernas de la empresa, "por razones de agenda". Han anunciado que la convocatoria suspendidase realizará en el mes de Noviembre, en fecha aún por determinar y de la que se informará oportunamente. Espacio Saint-Gobain Barcelona es un moderno centro de exposición, experimentación, formación y lugar de eventos relacionados con el sector de la construcción y el hábitat, pero como en su sector, muchas otras empresas han decidido no hacer nada y esperar.
Lo que muchos esperan para la noche del domingo 1 de octubre es que termine siendo como en la película "La noche de la expiación", en la que la violencia y el delito hacen acto de presencia con la aquiescencia de la Administración y cuya policía no interviene ante los asesinatoa, robos o actos delictivos.
A éstas péridas cifradas solo en la primera semana de octubre hay que sumar la anulación de más del 80% de los viajes desde el resto de España hacia Cataluña, una cifra impensable hace solo un par de semanas. Ni siquiera los atentados en la Rambla de Barcelona provocaron ese efecto entre el resto de los españoles.
Las convocatorias violentas se han previsto por algunos grupos reducidos, ligados a sectores violentos, para el momento del supuesto "cierre de las urnas" y ácido momento en el que Carles Puigdemont deberá comparecer ante los medios de comunicación para relatar la jornada, el éxito o fracaso de la convocatoria y el presumible recuento de los votos emitidos. Será justo el momento en que muchos sectores sociales catalanes prevén que arranque una noche de locura en la que imperarán los autobuses incendiados y las barricadas con contenedores quemados.
Y los días que vengan no serán mejor. Las pérdidas seran cuantiosas, irreemplazables e irreparables.