Vox está tomando un camino muy contundente y efectivo, el de la denuncia ante la Justicia. Así lo ha hecho querellándose contra la Ministra de Justicia por no defender al juez Llarena. También lo ha hecho contra el juez belga que dirimirá la demanda contra Llarena por no haberla rechazado de plano, lo que habría implicado su colaboración en presuntos delitos de rebelión o sedición y contra la paz y la independencia del Estado español.
Los partidos españoles están poniéndose las pilas, pero, ¿y el partido socialista obrero ESPAÑOL? Seguro que muchos de sus dirigentes y de sus votantes están viendo con frustración y angustia la actitud del Gobierno de Sánchez. No ven que en ese dialogo con el Govern de Torra le haya pedido gestos de convivencia tales como la suspensión de la norma que permite sancionar a los comercios que rotulan sólo en castellano, pero no a los que rotulan sólo en catalán. Y tampoco estarán contentos del papelón, ahora no, ahora sí, que han tenido con el juez Llarena. Menos mal que, en el momento en que escribo estas líneas, parece que Sánchez se ha sentido obligado a mentarle a Torra el 155, aunque sea con la boca pequeña. Pero ya veremos en qué queda eso. Obras son amores y no buenas razones
Por otra parte, la sociedad civil española está actuando: Convivencia Cívica Catalana, Societat Civil Catalana, y, por supuesto, Hablemos Español que está desarrollando una labor encomiable y perseverante de recogida de 500.000 firmas, para lograr llevar al Congreso una proposición de ley de Libertad de Elección Lingüística que garantice que, tanto en la enseñanza como en las relaciones con la Administración, se tenga el derecho a utilizar el castellano, también en los territorios donde exista lengua oficial autonómica. Ha sido también ejemplar la actuación de la Asociación Movimiento 24DOS constituida por brillantes personalidades al anunciar que “se reservaba el derecho de emprender acciones civiles ante los tribunales españoles contra el juez belga” por los daños causados a la ciudadanía y a la independencia de la justicia española.
Ahora llega un momento más difícil en política que consiste en saber actuar conjuntamente en temas claves por encima de intereses partidarios. Unir fuerzas sin que ello implique ni exija la integración. Y dejar las puertas abiertas a todos los que quieran concertarse para actuar en este tema específico pero clave: el de la unidad de España.
Estos pasos son un buen camino ¡Viva España!