Ya vimos que cuento de unidos en la diversidad no podía ser un remedo de la aspiración europea para el caso de una Nación integrada. Pero existe otro engaño subrepticio en el uso de este eslogan, que también viene de no especificar lo que entendemos por diversidad. Los españoles somos diversos, muy afortunadamente. No tanto como otros países como Francia, por ejemplo, que tiene más lenguas regionales (y un premio Nobel en provenzal o Aranés) y más folklores y culturas, y más diferentes. Pero España, tiene bastante, y es maravilloso. Y la diversidad de España. milenaria, no la cambia nadie, descuiden. Ni Argantonio, ni los Reyes Católicos, ni Franco, ni el Espíritu Santo.
Es consustancial a España. Jamás se dejarán de bailar muñeiras, de embeberse de cante “jondo”, de regatear por el Cantábrico, de formar “castells”, de celebrar fallas, de... España es diversa, no sólo porque cada ciudadano es diverso, sino porque es muy diverso, su folklore, su cultura popular y regional, su visión del mundo impregnado de su geografía regional, de sus tradiciones, de su contribución diferenciada a la Historia común secular. Algunas de estas cosas incluso se comparten allende las fronteras de nuestra Nación, como las culturas vascas y catalanas. ¡Bendita diversidad! que hay que proteger y enriquecer, sin ninguna duda. Y eso no está en peligro en absoluto. Nunca ha estado más protegido como patrimonio común.
Pero dónde no hay diversidad posible en una democracia liberal moderna es en los derechos (y obligaciones) políticos de los ciudadanos. Porque los territorios tienen folklore, pero no derechos. Los españoles, residan donde residan pertenecen a la misma polis, desde siglos, y tienen exactamente los mismos derechos políticos. Derechos de igualdad, solidaridad y libertad. Exactamente iguales e indiscriminables. O se acabó la democracia. ¿Se respeta eso?. ¡Caramba! ¡buena pregunta! Porque si nos paramos a contestarla seriamente, la respuesta es NO. Y entonces nos damos cuenta que la manipulación de “unidos en la diversidad” no sólo es un camelazo, sino que esconde lo verdaderamente importante: la diversidad está muy sana, y lo que debe atraer todas nuestras energías y remedios políticos, es lo de UNIDOS, porque la igualdad y la unión consustancial sí están hechas unos zorros.