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BALANCE DE UN AÑO

Conflictos en América Latina

Conflictos en América Latina
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· Por Francisco Pineda Zamorano, experto en Relaciones Internacionales y Cooperación

By Francisco Pineda Zamorano
domingo 29 de diciembre de 2019, 08:34h
Cerramos 2019 con una propagación de conflictos que ha afectado a varios países latinoamericanos y que marcarán la agenda política del próximo año. Ecuador, Chile, Haití, Bolivia, Colombia, Brasil y Venezuela, encabezan el ranking de esta lista como los de mayor importancia, siguiendo otros de menor intensidad como Paraguay, Perú, Nicaragua y Guatemala.

Las represiones de las movilizaciones en Ecuador y Chile por parte del ejército y policía ha sido feroces, ante las protestas ciudadanas en demanda de mejoras económicas y de políticas de no sumisión al Fondo Monetario Internacional. La intensidad de la represión nos retrotrae a momentos de las dictaduras de los 70 – 80 y con líderes neoliberales que siguen el mandato del organismo financiero internacional y que produjo los conocidos como Planes de Ajuste Estructural que llevaron a la miseria a muchos países latinoamericanos.

Bolivia ha vivido un episodio de Golpe de Estado, planificado minuciosamente con la intención clara de echar del poder al Presidente Evo Morales. Las movilizaciones ciudadanas denunciando fraude electoral por parte de Morales, orquestadas desde las redes sociales como una llama para encender la posición de la Policía y del Ejército, cumplieron su objetivo. Las manifestaciones populares indígenas en contra del golpe se saldaron con 36 víctimas mortales y un decreto de la presidenta usurpadora que ofrecía inmunidad a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en la represión de esas manifestaciones. Todo un escándalo que tuvo fuerte réplica internacional y que obligó a retirar el decreto a los pocos días, cuando la masacre se había consumado. Todo parece apuntar a que en marzo de 2020 se celebrarán elecciones presidenciales y legislativas en Bolivia.

Colombia ha vivido una movilización ciudadana sin precedentes en defensa de los derechos sociales, laborales y exigiendo democracia. Uno de los elementos nuevos a tener en cuenta ha sido la denuncia masiva de los asesinatos de más de 1.000 líderes campesinos, sindicales, comunales y desmovilizados por el conflicto armado. Colombia ha dicho NO a esta situación y ha obligado al Gobierno a replantear las demandas señaladas. No obstante, en 2020 se prevén nuevas movilizaciones para garantizar los cumplimientos gubernamentales.

Por su parte, Brasil vive en una permanente desestabilización por las políticas de derecha extrema planteadas por el Gobierno de Bolsonaro. Negacionista a ultranza del Cambio Climático ha quitado importancia a los graves incendios del Amazonas y continúa con una política de restricciones de derechos y libertades básicas que movilizan a los distintos colectivos afectados día sí y día también. La puesta en libertad del Ex Presidente Lula da Silva orienta todo un periodo de movilizaciones en 2020 donde los distintos colectivos vuelven a tomar las calles en demandas que se creían ya superadas y que Bolsonaro a retrocedido al año 2000.

Venezuela continúa recibiendo toda la presión política y económica internacional, agravada por varios episodios armados de ataques en sus fronteras con Colombia y con Brasil. Pareciera que poco a poco se dibujase un escenario de violencia pseudo militar que justifique una intervención militar internacional. Por ahora, el Gobierno del Presidente Maduro resiste, apagando los mil fuegos abiertos, lo que sitúa el actuar político en una acción de “bomberos”, con poca capacidad para abordar planificaciones a medio y largo plazo que hagan mejorar la situación extrema que vive el país.

En el resto de países latinoamericanos la situación de protestas y movilizaciones es permanente por múltiples demandas, aunque su intensidad en mucho menor que en los países citados más arriba. No obstante, la situación en Haití es muy preocupante, con mas de 30 muertes en las protestas y todo parece apuntar a una desestabilización mayor el próximo año.

En resumen, un año 2019 cargado de conflictos en la región, la mayoría de ellos no solucionados que nos coloca para el 2020 en una posición de alerta para las grandes mayorías que en la región sufren las consecuencias de problemas de gobernabilidad y buen gobierno, así como de la aplicación de políticas neoconservadoras que cercenan sus posibilidades de crecimiento económico.

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