Para las materias primas durante este año sigue siendo importante la reapertura de China. Aunque los mercados empezaron el año con gran optimismo, han pasado al modo reactivo y siguen fijándose en datos que no han sido lo bastante convincentes como para respaldar el optimismo inicial. La idea de que la recuperación de China está impulsada, en gran medida, por los servicios más que por la industria manufacturera está siendo de poca ayuda para las materias primas. Esto se puede ver reflejado en el índice de gestores de compras (PMI) del sector servicios de China, que se volvió expansivo en enero, y se mantuvo de esta forma desde entonces. Mientras, el PMI del sector manufacturero se volvió brevemente expansivo en febrero, pero volvió a caer el mes pasado. Seguimos manteniendo una opinión constructiva sobre la recuperación de China este año, pero creemos que el optimismo del mercado a principios de año era exagerado.
Las expectativas de recesión en las principales economías de mercado desarrolladas también son importantes para las materias primas. De nuevo en este frente, los mercados carecen de una narrativa clara dada la divergencia de opiniones sobre si EE. UU. tendrá un aterrizaje duro o suave o evitará por completo una recesión este año. Los datos económicos de EE.UU. aún no ofrecen una imagen clara del camino que queda por recorrer. La inflación sigue bajando, y tanto el mercado laboral como la confianza de los consumidores se mantienen estables. Mientras tanto, las conversaciones sobre el techo de la deuda estadounidense han creado mucho ruido en las últimas semanas y han dañado el sentimiento de los activos de riesgo. Aunque el ruido aún no ha terminado, y el impago de los préstamos por parte de EE. UU. es solo un escenario de riesgo de cola, un acuerdo calmaría los nervios y elevaría el sentimiento de riesgo tanto en la renta variable como en las materias primas.
Por tipo de activo:
Los metales industriales fueron los más perjudicados el mes pasado por los dos factores mencionados. Entre los principales detractores se encuentran el níquel y el zinc, materias primas de las que China es, con diferencia, el mayor consumidor. Las curvas de los futuros de la mayoría de los metales industriales se encuentran ahora en zona de contango, salvo en el caso del plomo y el estaño, que se encuentran en ligero retroceso. Esto indica que los mercados no prevén una reducción de la oferta a corto plazo debido a las fuerzas antes mencionadas.
Los metales preciosos bajaron un 1,4 % en conjunto. No obstante, fue un mes agitado para el sector, con el oro rozando máximos históricos. La depreciación del dólar desde noviembre ha respaldado en gran medida al oro en los últimos meses, con el apoyo adicional de los problemas en el sector bancario y el temor constante a una recesión inminente. En mayo, sin embargo, el dólar recuperó parte del terreno perdido, ya que los mercados sopesan un endurecimiento adicional de la Reserva Federal. Esto ha hecho que el oro retroceda de nuevo.
Las materias primas energéticas siguieron debilitándose el mes pasado, encabezadas por el petróleo. EE. UU. planea rellenar su reserva estratégica de petróleo, pero el anuncio tuvo escasa repercusión en los precios del crudo, ya que las preocupaciones del mercado giran en torno a los problemas del techo de la deuda estadounidense, la política monetaria y la ralentización de la coyuntura económica. Los incendios forestales en Canadá han provocado el cierre de varios pozos petrolíferos, pero las reacciones del mercado siguen siendo mínimas. El mercado de futuros muestra un profundo pesimismo en el petróleo Brent y el crudo WTI, mientras que los inversores contrarios ven oportunidades en los productos cotizados. Sin embargo, los mercados parecen pasar por alto el hecho de que la OPEP y sus países asociados representan el 45% del suministro mundial de petróleo, y existe el riesgo de una nueva intervención de la OPEP+ en su próxima reunión. El gas natural ha experimentado pérdidas este año, pero se espera un aumento de la demanda a medida que Europa se prepara para el invierno, aunque la demanda actual sigue siendo baja.
Aunque las materias primas agrícolas también bajaron en general, hubo algunos puntos positivos. Los precios del algodón subieron un 8,8% debido a las perspectivas positivas del USDA, con unas existencias estadounidenses más reducidas y un aumento de las exportaciones. Los precios del azúcar aumentaron un 4, %, ya que se prevé que disminuyan los excedentes mundiales y aumente el consumo. Los precios del trigo siguen bajo presión por la prórroga del acuerdo sobre cereales entre Rusia y Ucrania, pero las previsiones a la baja de la cosecha estadounidense y las condiciones meteorológicas adversas en Argentina plantean riesgos para la oferta.