Desde esa base, la de la pasión y, por qué no subrayarlo, el amor a la tierra, es como emprenden un proyecto nuevo, en el que además de ser productores (cosecheros), integrarían las distintas fases del proceso productivo que les ayudasen a llegar al consumidor final, lo que abarcaría al envasador y comercializador, garantizando así una perfecta trazabilidad.
Aquello del amor a la tierra hay que entenderlo ya en el año 1999, cuando la familia adquiere sus dos explotaciones de olivar, “La Casa del Agua” y “Los Juncales”, la primera una finca de las denominadas de campiña y donde se ubicada la almazara a pie de autovía (A4) y la segunda, una finca de sierra (Sierra Morena).
El secreto de ‘Oro Bailén’ tiene igualmente mucho que ver con la situación privilegiada del sitio del que nace el fruto: una auténtica frontera natural entre la Meseta y el Valle del Guadalquivir, presenta enclaves de alto valor ecológico propios del bosque mediterráneo con gran variedad de especies faunísticas y florísticas.
Tanto “Los Juncales” como “La Casa del Agua” son fincas cuya plantación obedece a un marco tradicional, 10 metros x 10 metros, en el que cada olivo en realidad son 3 plantas juntas.Ambas explotaciones están dotadas de las últimas tecnologías y automatismos para llevar a cabo ciertas actividades de trabajo como es el riego por sectores, teniendo en cuenta el tipo de terreno que lo compone, para aplicar más o menos horas según la permeabilidad del terreno, las pendientes… todo milimétricamente estudiado.
En Italia, en China, en Grecia, en Portugal, en Estados Unidos… poca es la tierra que queda por conquistar a ‘Oro Bailén’, que no ha dejado de sumar medallas (tanto Oro Bailén Picual y Arbequina, como Hojiblanca y Frantoio) y que hacen de este AOVE auténtico caviar para los paladares más exigentes.