Esto supone un crecimiento del 5,31% en la última década, justo cuando más se está complicando el acceso a la vivienda. Aunque no es determinante, los expertos del sector ponen también el foco en cómo se puede rebajar la tensión por la falta de casas mediante la simplificación de procesos de divorcio con una vivienda de por medio. “Son situaciones de mucha tensión que en ocasiones se demora simplemente por cuestiones sentimentales”, indica Alan Hernández, CEO de Inmobiliarias Encuentro y consejero de AMADEI (Asociación Madrileña de Empresas Inmobiliarias). “Muchos pisos se bloquean y quedan vacíos hasta que se desarrolle todo el proceso legal” entre las parejas, subraya.
A la hora de vender una vivienda, un divorcio puede convertir el trámite en algo imposible. El primer paso es conocer la situación de la pareja, si se encuentran en una posición de bienes gananciales o si tienen separación de bienes. Es en el primer caso en el que más dificultades puede haber, pues la vivienda pertenece a ambos integrantes de la pareja al 50%.
Si los dos miembros de la pareja quieren vender, el proceso suele ser más sencillo, aunque también tiene varias aristas. “Es muy habitual que no se pongan de acuerdo en los precios de venta, en el tema del papeleo, en las gestiones que implican vender una vivienda…”, explica Hernández. “Hay que tener una especialización en estos temas para no complicar aún más cada caso”, subraya.
Según indican desde Inmobiliarias Encuentro, hay profesionales que se centran en este tipo de ventas por las complicaciones que supone. Hay que contar tanto con el factor económico como con el emocional de los clientes. Especialmente si se quiere liberar cuanto antes la vivienda y cerrar un acuerdo de venta.
El otro escenario posible es que uno de los dos se quiera quedar la vivienda, por lo que debe abonar el 50% del valor del inmueble a la otra parte para adquirir la titularidad total. “En el mercado se puede ver de todo, pero si hay buenas intenciones por ambas partes solo quedan cuestiones técnicas”, destaca Hernández.