Ha vuelto a pasar lo del 23 de julio pasado y el PSOE actual no tiene ninguna merma de legitimidad para proseguir su camino de entrega a los separatistas y de confederalización ilegal y desigualitaria de España. Dos claves lo indican claramente. Primero el hecho de que los eurodiputados convencidos de que la famosa amnistía es una bendición divina, o marxista, para los españoles y los que creen que es un atentado contra la convivencia democrática de los mismos y contra la pervivencia de lo que se ha considerado secularmente España, suman, prácticamente, el mismo número (30 a 31). Y segundo que el PSOE, que no se ha descalabrado para nada, va a ser el Partido con más peso en el Grupo Socialista Europeo que se forme, por lo que va a ser tratado con pinzas y delicadeza por la nueva Comisión que se conforme y que tenga que buscar el tradicional consenso más o menos centrado en el PPE, en el mentado grupo socialista europeo y en los centristas o social-liberales del tercer o cuarto Partido europeísta Renew Europe.
Y aquí irrumpe el segundo aspecto que querríamos comentar. Otra cosa importante que se jugaba la situación política española era el llevar a Europa cuantos más diputados dispuestos a luchar muy activamente por la recuperación de nuestras instituciones democráticas (Justicia independiente, sobre todo) y muy particularmente sobre el restablecimiento de los derechos civiles y la igualdad ante la LEY de todos los ciudadanos españoles, sin discriminación por etnia, raza o residencia. Esta lucha empezó hace diez años cuando llegamos los de UPyD y C’s a la Cámara de Estrasburgo, en el grupo Renew Europe. Se logró mucho, en contra de los obstáculos que ponían los diputados mayoritarios españoles de PSOE y…PP junto a los Gobiernos de España. El trabajo consistía en explicar la verdad y romper el discurso oficial de España, de que éramos una democracia perfecta y que el separatismo era una mera anécdota interna sin mayor relevancia ni consecuencias …Se logró hasta echar a Junts de Renew Europe y la dinámica se reforzó hará un año o dos cuando, azuzados por el buen trabajo de la representación de C´s que movilizó el grupo centrista, los diputados del PP decidieron cambiar su actitud secretista y ambigua y, bajo Dolors Montserrat activar para pedir a las instituciones europeas ayuda para restablecer una democracia digna y, sobre todo, determinados derechos fundamentales en España. La señora Montserrat sigue, sus diputados han aumentado, pero…ha desaparecido la representación española patriótica y democrática de Renew Europe. Y las únicas voces con DNI español que se oirán, sin la inmediata réplica, en el importante grupo centrista será la del representante del PNV, y, tal vez, la del representante de Junts. Hemos vuelto diez años atrás, y confesamos que no estamos convencidos de que los diputados del PP mantengan el nivel de activismo requerido sin los avivadores de C’s detrás.
Por lo que, en cuanto a la visión española coyuntural de los resultados de estas elecciones, la cosa está bastante nítida. Empieza la legislatura real, y se van a precipitar las concesiones (empezaron ayer, de hecho, con el desprecio al Tribunal Constitucional a la hora de nombrar la mesa del Parlamento en la ciudad condal) y marcharemos alegre o tristemente hacia el referéndum, la fragmentación de la seguridad social, la financiación discriminatoria privilegiada, la desaparición del español como lengua oficial, la consolidación de ciudadanos españoles de segunda, tercera y cuarta y otras lindezas que nos aseguran un porvenir de canelita en rama. Sarna con gusto no pica.