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Claves de la gestión de los ecosistemas organizacionales

· Por Carlos Calvo Muñoz, director de Ordenación Académica y Calidad en IMF Smart Education, organización socia del Club Excelencia en Gestión y REDEX

domingo 15 de diciembre de 2024, 09:03h
Vivimos en una sociedad global, con un ritmo vertiginoso de cambio, con el tiempo justo para reflexionar y tomar decisiones. La transformación constante en el ámbito empresarial es un proceso que a veces se escapa a nuestra capacidad de gestión. Todos estos cambios y transformaciones son consecuencia directa de la influencia de las Megatendencias. Esta influencia marca las pautas y conductas del entorno empresarial, y tienen un impacto significativo y duradero en la forma en que las organizaciones operan y gestionan sus ecosistemas. En la actualidad, la economía circular, la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la digitalización, la sostenibilidad, la regulación, la diversidad, los nuevos modelos de trabajo o la globalización son términos que están en boca de todos, en cualquier medio de comunicación y, por supuesto, en la planificación estratégica de toda organización.
Carlos Calvo Muñoz, director de Ordenación Académica y Calidad en IMF Smart Education.
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Carlos Calvo Muñoz, director de Ordenación Académica y Calidad en IMF Smart Education.

Como consecuencia de la influencia de estas fuerzas de cambio en el entorno empresarial, la gestión de los ecosistemas organizacionales es clave, convirtiéndose en una necesidad estratégica para cualquier organización. Integrar todos los elementos del contexto organizativo en la gestión del ecosistema proporciona a la organización una mejor adaptación a los entornos cambiantes, asegurando que las estrategias y operaciones sigan siendo relevantes y efectivas, y manteniendo la capacidad de posicionarse para el éxito a largo plazo.

Una gestión y evaluación sistemática de su ecosistema permite a las organizaciones adaptarse, prosperar y mantener una ventaja competitiva en un mercado cada vez más complejo y cambiante, en el que múltiples factores y actores interactúan continuamente. Se trata de establecer e incorporar a la gestión un proceso sistemático de reflexión, comprensión, aprendizaje y seguimiento de todos los elementos que afectan a la organización, alineado con la estrategia de la organización.

Pero ¿cómo enfrentarse a la gestión del ecosistema de una organización? La respuesta está directamente relacionada con una serie de etapas clave, comenzando por la identificación de las Megatendencias que afectan o podrían afectar a la organización.

A continuación hay que saber cuáles son y comprender los factores internos que impactan en la organización y que pueden condicionar su actividad por su relación e interdependencia. Y determinarlos sistemas de relación y observación con cada elemento identificado, incluyendo los actores y sus interacciones.

Después se debe sistematizar la revisión y seguimiento de todos los elementos de gestión identificados, así como establecer y documentar la interrelación de dichos elementos. Además de incorporar la gestión del ecosistema como parte de la gestión integral de la organización.

Vista la importancia de su gestión, se deben mostrar también algunos de sus beneficios, como el aumento de la capacidad de identificación, anticipación y gestión de los riesgos estratégicos. O el análisis exhaustivo de diferentes escenarios, facilitando una adecuada reacción ante cualquier impacto que pudieran tener sobre el propósito, la visión, la estrategia y los resultados de la organización.

También incide en una toma de decisiones más informada y estratégica, basada en la reflexión y no en una reacción instintiva. Así como en una asignación más eficiente de recursos, identificando áreas de colaboración y sinergias entre diferentes actores. Y en un fortalecimiento de las relaciones con los grupos de interés clave, construyendo relaciones más sólidas y de confianza.

Al mismo tiempo, ayuda a identificar oportunidades de innovación y nuevas tendencias de mercado, impulsando la competitividad y la mejora de la oferta de productos y servicios. Y sirve para evaluar impactos sociales y ambientales, permitiendo la adopción de prácticas sostenibles, además de reforzar el compromiso de la organización con la sostenibilidad y el medioambiente.

Implementar una gestión integral del ecosistema organizacional no sólo facilita la adaptación y el éxito a largo plazo, sino que también asegura una alineación estratégica con las expectativas y necesidades de todos los actores involucrados.

¿Y ahora? ¿Qué herramientas puedo utilizar? La gestión de un ecosistema organizacional requiere el empleo de una variedad de modelos y herramientas que nos permitan comprender, analizar y optimizar las relaciones y procesos dentro del ecosistema. Su elección, y la forma en que se utilizan, dependerá de los objetivos específicos de la organización y de las características de su ecosistema.

Citaré, por ejemplo, el análisis PESTEL, el análisis de materialidad, el análisis DAFO o la matriz de grupos de interés; y herramientas como MindMester, Tableau, ClearPoint. Gephi o REDER. Precisamente, el Modelo EFQM también aborda la gestión de los ecosistemas organizacionales, integrando este concepto en la forma en que las organizaciones deben liderar, adaptar sus estrategias y medir sus resultados. En este modelo, el enfoque en el ecosistema destaca la necesidad de una visión holística y dinámica que permita a las organizaciones prosperar en un entorno cada vez más complejo e interconectado. AI aplicar estos modelos y herramientas de manera integrada, las organizaciones pueden obtener una comprensión completa y gestionar eficazmente su ecosistema organizacional.

¿Y quiénes son los responsables de esta gestión? En este caso, la respuesta dependerá de cada organización, pero seguramente coincidirán en los principales actores implicados: por ejemplo, la alta dirección, que debe asegurar que la gestión del ecosistema esté alineada con la estrategia y objetivos establecidos; los responsables de calidad, que velan por la eficacia y eficiencia del sistema de gestión, los estándares e indicadores, y la interconexión entre todas las unidades organizativas; los responsables de las relaciones con los grupos de interés, que deben mantener una comunicación efectiva y asegurarse del cumplimiento de sus expectativas; los responsables del cumplimiento y la responsabilidad social, que deben asegurar el cumplimiento de normativas y compromisos de sostenibilidad; los departamentos operativos, integradores de las estrategias de gestión del ecosistema en sus actividades y la monitorización de su desempeño; o los equipos de innovación, para el desarrollo de nuevas oportunidades de negocio basadas en la comprensión y seguimiento del ecosistema y en la respuesta a los cambios del entorno y las necesidades de los grupos de interés, entre otros.

En conclusión, gestionar el ecosistema organizacional conlleva múltiples beneficios, siendo un factor clave para la sostenibilidad de las organizaciones y una tendencia de futuro, cada vez más presente en los nuevos modelos y conceptos de gestión estratégica.

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