El concierto catalán
La quita de deuda es el primer paso para regalar a Cataluña el sistema de financiación privilegiado y “singular”, o concierto catalán, con la asunción de todos los impuestos y la recaudación fiscal, a imagen del concierto Vasco, que tan sólo devuelve el remanente por los servicios estatales prestados como Defensa y servicio exterior. Semejante ‘trilerismo’, que rechazan las doce comunidades gobernadas por el PP, alarma a los grandes inversores que ya han comenzado a alertar del impacto de la condonación en el rating de España. Son ya numerosos los fondos internacionales que se preparan ante un eventual deterioro de la calificación “negativa” de la deuda española por las agencias de 'rating’. Otros organismos económicos y fiscales, e incluso ex presidentes como Felipe González, alertan de una estrategia que “pagaremos todos” por primar una” irresponsabilidad fiscal”.
El Estado sigue en venta
Nunca en la historia de España el Estado se ha vendido a precio de saldo para beneficio personal de un gobierno y de un presidente empeñado en subsistir de manera agónica en la Moncloa. El gobierno de coalición con hasta 15 formaciones minoritarias sigue empeñado en enajenar competencias a la carta, discriminar territorios e incluso imponer una financiación y una deuda autonómica a la carta para contentar a las formaciones independentistas, nacionalistas o abertzales.
Primero fue el indulto a los protagonistas del procés, después la supresión del delito de sedición, la rebaja de la malversación también, una amnistía generalizada a los autores del golpe de estado en Cataluña, y ahora, la imposición al resto de comunidades una quita de la deuda autonómica con la condonación de 83.252 millones, de los que 17.104 corresponden a Cataluña como paso para aplicar la "financiación singular" sellada por ERC y PSC a cambio de la investidura de Illa como presidente de la Generalitat.
La condonación catalana
Sánchez condona a Cataluña dos años completos de 'hipoteca' con un ‘perdón’ que equivale a todos los vencimientos de deuda previstos por la Generalitat hasta 2027. La condonación de 17.000 millones supone el mayor alivio a la Generalitat y un oxígeno financiero para intentar recuperar la confianza de los inversores, tras 13 años 'expulsada' de los mercados con el estigma del bono basura. Cataluña ha sido la comunidad autónoma que más se ha endeudado a lo largo de las tres últimas décadas convirtiéndola en una especie de estado fallido. El plante de las doce comunidades del PP ante la “tomadura de pelo” de la ministra Montero deja abierta la puerta a admitir una posible quita de los territorios más afectados como Valencia o Murcia. Feijoo ve la condonación como una trampa injusta que incentiva la mala gestión y la subida de impuestos, con un "infierno fiscal" al que Sánchez somete a los ciudadanos para “pagar” sus hipotecas con el independentismo.
Más cesiones al independentismo
Tras lograr la retirada de la cuestión de confianza, Sánchez acelera la concesión del control de las fronteras a la Generalitat, solicitada por Puigdemont, con la exigencia de que sean los Mossos -25.000 efectivos hasta 2030- quienes se impliquen en la tarea y expidan además los pasaportes y los NIE. La formación independentista no da su brazo a torcer para acaparar las competencias migratorias de forma íntegra y, en especial, de la capacidad de expulsar a extranjeros del territorio nacional. Ítem más, Junts logra la creación de 60 nuevas plazas de jueces y magistrados para aproximarse a la media española por cada 100.000 habitantes. Además de los indultos o la amnistía, el ejecutivo de Sánchez ha premiado al independentismo con hasta tres comisiones de investigación, traspaso de rodalías o ferrocarril de cercanías, imposición de las lenguas cooficiales en el Congreso, gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y hasta el intento de acortar las investigaciones en la Ley de Enjuiciamiento Criminal para limitar las instrucciones judiciales.