www.elmundofinanciero.com

Infiltrado

Infiltrado
Ampliar
domingo 04 de mayo de 2025, 09:44h

Llamo síndrome del infiltrado a aquel que padece quien, conociendo perfectamente los límites de la situación general de alguna manera querida en la que habita y no incomodándole en exceso esta, continuamente está buscando o huyendo de no se sabe bien qué, y en su fuero interno siente un extraño regusto con sabor a pérdida de tiempo. Y no le fastidia la carencia, lo que sí lo hace y mucho es el desconocimiento. Como en otras ocasiones de todos los remedios y aliados posibles que te puedes buscar para que desaparezca tal síntoma el menos fiable es la suerte; para que cambie una situación sobre la que se tiene algún control hay que cambiar los hábitos y para ello previamente se precisa armarte hasta los dientes con una férrea disciplina.

No comparto la idea de que en cualquiera de sus acepciones el hábito no hace al monje, en la acepción de costumbre el hábito dice mucho del monje; el uso y la rutina de un hombre pueden ser su salvación o su perdición y en algún caso lo que es mejor o peor también lo puede ser para quienes le rodean.

En quienes padecen el síndrome reseñado solo cabe depositar la esperanza en prosperar si la resignación sin dilación muta rauda en acción, lo demás son pamplinas, excusas de mal pagador.

El ser humano tiene una bendición que a su vez también en cierto modo es una condena, y es que no puede evitar ser pensante, en el sentido de poner el foco en el acierto de la pregunta, pues la respuesta es una mera consecuencia. Pensar a veces libera, pero a veces esclaviza; conseguir inclinar a uno u otro lado el fiel de esta balanza intelectual exige mucho reflexionar. Y también tal acción tiene su aquel, y así al dedicar un rato a prepararse en su acicalamiento para acudir a un evento social al que se ha sido invitado, hay quien en tal ejercicio mental simplemente se pregunta ¿Qué hora es? Y por otro lado está quien incrementa la complejidad y se plantea ¿Qué es el tiempo?

El primero encuentra rápidamente respuesta concreta, cierta, válida, aplicable y útil por ejemplo al obtener ese dato solo con mirar el reloj para saber de cuánto tiempo dispone para no ser impuntual; el segundo tardará en encontrar una respuesta pues no tiene aparato medidor donde comprobar el concepto que realmente le interesa y para el caso de encontrarla, esta no será de forma inmediata aplicable a un fin de utilidad práctica. Es más como se demore demasiado pensando, mientras se viste de forma adecuada, llegará tarde y habrá hecho esperar a los puntuales, lo que no lo convierte automáticamente en un infiltrado, pero si inevitablemente se debería sentir mal por ser un torpe maleducado que el solo y sin necesidad se ha puesto fuera de lugar.

Como hombre errante que me considero inevitablemente también me tengo por un hombre errado; pues me reconozco como uno más de los que transita sin solución de continuidad, eso sí sin dejar de pensar ni un solo segundo mientras recorro el camino que los une, de un error a otro.

Por encima de todo como herramientas indispensables en la mochila para que la distancia durante el trayecto entre cada uno de los desaciertos sea lo más larga posible creo y confío en la isonomía, la responsabilidad y la dosis. La igualdad ante la ley es la base de todo estado de derecho y para mí no hay nada más injusto que tratar igual a los desiguales por eso estoy a favor de la igualdad de oportunidades y no estoy de acuerdo para toda ocasión con la aplicación de la isegoría, es decir con la igualdad en el uso de la palabra; la responsabilidad es la base de la condición del ser humano con aspiración a ganarse el respeto por propios méritos, solo las bestias pueden permitirse el lujo de ser irresponsables; y de la dosis ingerida es realmente de lo que depende el grado del beneficio o de la pérdida que trae siempre consigo la inevitable consecuencia que todo acto tiene. Las consecuencias de una ración de treinta kilos de jamón serrano, con lo bueno que está y lo sano que es, ingerida de una sentada no son difíciles de imaginar.

Tampoco creo plenamente que de toda equivocación se saque una particular enseñanza que no se hubiera podido obtener de forma más beneficiosa mediante la observación del efecto del agua hirviendo en piel ajena. Para saber cómo quedas tras caer por un precipicio no hace falta experimentarlo en carne propia, basta observar cómo quedó el que cayó antes. Y sobre esa premisa creo que para aprender en más de un caso primero fallar es perder el tiempo.

Y con base en lo anterior cuando estés dónde estés y sientas permanente el incómodo síndrome del infiltrado que cree perder el tiempo y para sobrevivir no deja nunca de pensar, por lo menos podremos como pensantes llegar a definir para nuestra propia satisfacción conceptual el acto de “perder el tiempo” como toda acción, con excepción de las de supervivencia (comer, dormir, etc) y por supuesto incluyendo las de puro divertimento, donde al terminar su ejecución en su sentido más amplio y profundo, seguimos sabiendo lo mismo que antes de empezarla.

Y a ese respecto en relación con este texto en cuanto a su aprovechamiento, lo que hayas podido conocer al leerlo al igual que lo que yo haya podido aprender al escribirlo, en aras de un mutuo respeto te propongo y agradezco que en silencio lo guardemos, para nuestro exclusivo consumo propio, los dos.

.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios