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Uzbekistán como nuevo centro de inversiones de Eurasia: de la transformación regional al reconocimiento global

Zaha Hadid Architects presentó en 2024 el diseño del nuevo centro de investigación científica en Tashkent, capital de Uzbekistán.
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Zaha Hadid Architects presentó en 2024 el diseño del nuevo centro de investigación científica en Tashkent, capital de Uzbekistán.

· En junio de 2025 se celebró en Taskent el Cuarto Foro Internacional de Inversiones, un evento que ya se ha convertido en la tarjeta de visita del nuevo Uzbekistán

martes 29 de julio de 2025, 09:06h
El foro reunió a más de 8,000 participantes, incluyendo cerca de 3,000 representantes de casi 100 países. Entre ellos: Rusia, China, Estados Unidos, Estados árabes, países de Europa, Asia y África. La presencia de líderes de actores internacionales clave como el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS evidencia que Uzbekistán se está convirtiendo paulatinamente en un destino atractivo para el flujo de inversiones. El monto total de acuerdos firmados durante el foro alcanzó los 30.5 mil millones de dólares, un 15% más en comparación con 2024 (26.6 mil millones) y casi cuatro veces más que los resultados del primer foro en 2022 (7.8 mil millones).
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Por su parte, la inminente apertura de una oficina del Banco Europeo de Inversiones en Tashkent, así como la mejora de la calificación crediticia del país por parte de agencias internacionales como Moody’s y S&P a un nivel "positivo", han demostrado la alta confianza en las reformas en curso en Uzbekistán y un interés económico real por parte de la comunidad internacional.

En los últimos siete años, Uzbekistán ha pasado de ser una economía cerrada a convertirse en un dinámico centro de inversiones que atrae cada vez más la atención del capital y las empresas internacionales.
Esta transformación en el modelo económico del país se refleja en sus indicadores de PIB. Según el Fondo Monetario Internacional, la economía uzbeka continúa mostrando estabilidad y dinamismo: el PIB del país creció de 69.7 mil millones de dólares en 2017 a 115 mil millones en 2024. El crecimiento real del PIB en 2024 fue del 6.5%, lo que confirma la solidez de la trayectoria de reformas.

Uno de los factores clave del éxito económico de Uzbekistán ha sido la mejora sustancial del clima de inversiones a través de profundas reformas estructurales. La Ley "Sobre inversiones y actividades de inversión" (2019) estableció garantías legales, incluida la protección contra expropiación, repatriación de ganancias, arbitraje internacional, así como incentivos fiscales y un sistema de “ventanilla única”. La liberalización del régimen cambiario, la desregulación de procedimientos administrativos y el apoyo a zonas económicas libres han contribuido a crear un entorno favorable para los inversionistas.

Como resultado de estas medidas, entre 2017 y 2024, se atrajeron 188 mil millones de dólares en inversiones en capital fijo, de los cuales 87 mil millones provinieron de fuentes extranjeras. El número de empresas con participación de capital extranjero superó las 16,000, lo que representa un aumento de 3.2 veces respecto a 2017.

El creciente interés de los socios internacionales hacia Uzbekistán es una consecuencia lógica no solo de las reformas internas sostenidas, sino también del cambio en su papel dentro de la arquitectura regional e internacional. En este contexto, se destacan varios factores clave:

Primero, una política exterior proactiva. Taskent ha intensificado significativamente su participación en organismos de integración regional e internacional. Desde 2017, Uzbekistán ha presentado más de 300 iniciativas concretas en el marco de cuatro organizaciones euroasiáticas: CEI, OCS, CICA y UEEA; incluyendo 105 en la OCS, 102 en la CEI, 76 en la CICA y 20 en la UEEA.

Al mismo tiempo, Uzbekistán busca un diálogo productivo con todos los actores globales, teniendo en cuenta los intereses de Rusia, China, EE. UU. y la Unión Europea. Esta estrategia de política exterior refleja la apertura del país a la cooperación, a la vez que crea un ambiente favorable para los inversores extranjeros. Su enfoque equilibrado y pragmático está transformando a Uzbekistán en un espacio prometedor de cooperación multilateral mutuamente beneficiosa.

Segundo, la estabilidad de Asia Central. A pesar de los conflictos globales, la región ha logrado mantener una atmósfera de buena vecindad y cooperación.
Asia Central, anteriormente percibida como una región fragmentada, ahora demuestra un nivel sin precedentes de confianza y cohesión.
Un ejemplo de estos cambios positivos fue la firma, en abril de 2024, de la Declaración de Juyand sobre amistad eterna entre Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán, así como el acuerdo sobre el punto de convergencia de las fronteras estatales de los tres países.
Esto cerró definitivamente uno de los temas más sensibles entre los Estados de la región: la cuestión fronteriza.

Uzbekistán sigue implementando una amplia agenda enfocada en fortalecer la cooperación regional, crear un mercado común, establecer infraestructuras compartidas de transporte y energía, así como un espacio común de seguridad.

En este sentido, una dirección política prometedora es la cooperación con Asia del Sur. Reconociendo que Asia Central puede convertirse en un corredor logístico y de producción clave entre Europa y Asia del Sur, Taskent promueve la estabilización de Afganistán y su integración en la economía regional.

Según expertos, una integración total —energética, de transporte y alimentaria— contribuirá a encaminar al Emirato Islámico hacia la paz, y eventualmente, a su transformación en un actor responsable en las relaciones internacionales.

Un ejemplo concreto de esta estrategia fue la celebración, en mayo de 2025, de la primera sesión del "Diálogo de Termez sobre conectividad entre Asia Central y Asia del Sur".
La agenda del foro se centró en garantizar la seguridad regional y la estabilidad ante las amenazas persistentes de terrorismo, extremismo y narcotráfico.
El objetivo principal del Diálogo de Termez fue la construcción de una nueva relación entre ambas regiones, basada en la cooperación para la prosperidad, libre de conflictos y confrontaciones.

Así, la implementación de la idea de conectividad transregional contribuirá a convertir Asia Central en un corredor económico entre Asia del Sur y Europa.

Tercero, los cambios cualitativos en la economía de Asia Central. En la última década, la economía de la región creció un 6.2% anual, en comparación con el promedio mundial de 2.6%. Según el FMI, este ritmo se mantendrá hasta al menos 2028, superando incluso al de los países en desarrollo.

La región posee un gran potencial y ventajas competitivas: una población joven y en crecimiento, abundantes recursos naturales y una posición geoestratégica entre los principales mercados mundiales.

Asia Central es una de las regiones más jóvenes del mundo, con un gran número de recursos laborales. Su población ha aumentado de 55 millones en el año 2000 a 83 millones, y se espera que supere los 100 millones para 2050. La edad promedio es de 28.7 años, considerablemente más baja que en China o Europa.

Además, la región alberga vastas reservas de recursos naturales, incluyendo alrededor del 20% de las reservas mundiales de uranio, 17.2% de petróleo y 7% de gas. También figura entre los 20 principales productores de carbón y electricidad, y posee importantes reservas de minerales estratégicos: 39% de manganeso, 30% de cromo, 20% de plomo, y notables cantidades de titanio, cobre, aluminio, cobalto y molibdeno.

Asia Central se encuentra en la intersección de múltiples rutas de transporte, en el cruce de centros emergentes de poder como China, Irán, Pakistán, Turquía e India.

La atractividad de Uzbekistán como destino de inversión no solo se basa en su crecimiento económico interno, sino también en una estrategia regional bien diseñada, fundamentada en madurez institucional, coordinación política y apertura internacional.

Estamos siendo testigos de una transformación histórica: Uzbekistán está pasando de ser un actor periférico a convertirse en uno de los principales centros económicos de Eurasia.
Esta transformación es sistémica: el éxito de Uzbekistán genera un efecto multiplicador para toda Asia Central, posicionando gradualmente a la región como un puente vital entre las principales economías del mundo, desde Europa hasta Asia del Sur.

Los resultados del IV Foro Internacional de Inversiones de 2025 no son solo logros económicos, sino una evidencia del surgimiento de un nuevo polo de atracción en la arquitectura económica global.
Asia Central se presenta como una región del futuro: joven, dinámica, rica en recursos y de importancia geoestratégica.
En un contexto en el que los inversores buscan nuevos puntos de apoyo, Taskent puede ofrecer no solo estabilidad macroeconómica y confiabilidad, sino también la oportunidad de participar en la creación de una nueva realidad económica euroasiática.

En este contexto, la declaración del presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, durante el foro, sobre la necesidad de avanzar en la creación de un "Espacio Único de Inversiones y Comercio" en Asia Central, no es solo una declaración de intenciones, sino una verdadera hoja de ruta práctica para el futuro inmediato.

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