1. Definir la diferencia y el modelo de negocio
Lógicamente el hecho de comenzar una aventura empresarial viene tras una cavilación detenida y después de decidir claramente qué es lo que se va a ofrecer. Y es que una cuestión fundamental es definir con exactitud qué es lo que se va a hacer y de qué manera será una diferencia en el mercado.
No tendrá sentido pasar por los trámites de establecer una nueva sociedad si la idea seminal del negocio es crear un producto que no ofrece nada distinto a lo que ya existe. Es necesario poner el foco en la innovación y la tecnología para poder llegar a la diferencia que se busca.
Una vez se tiene la idea, hay que tener claro que se tendrá una base de clientes potenciales a los que tantear. En el momento en que los primeros pasos se han cumplido, se puede pasar a asesorarse a nivel legal y financiero para conseguir presupuesto para llevarlo a cabo y constituirse como start-up.
2. Proceder a las contrataciones y al cálculo de nóminas
En el proceso de constitución de la sociedad, es importante empezar a rodearse de mano de obra para realizar las distintas tareas. La plantilla se debe conformar por profesionales cuyas condiciones estén pactadas a priori, para así poder incluir sus nóminas en la planificación económica y tener una clara idea de los ingresos netos de la empresa.
Además, estar al día con las nóminas a las que se tendrá que hacer frente en el negocio es básico a la hora de tributar y llevar una contabilidad clara con respecto a Hacienda.
Esta cuestión se suele pasar por alto cuando en los primeros momentos de conformarse como start-up. Sin embargo, calcular la nómina con retenciones y deducciones es básico para una alta productividad y una buena motivación de los empleados.
3. Llevar a cabo una planificación estratégica y contar con un plan de Marketing
Para poder llegar a ser una start-up exitosa será fundamental contar con un plan estratégico que valore los distintos pasos a dar dentro de la línea de negocio. Es decir, si se trata de una aplicación informática hay que tener claro cuánto tiempo se dedica al desarrollo, al testeo y a la venta. Dependiendo del tiempo disponible, el producto tendrá uno u otro color.
A mayores, no hay que escatimar esfuerzos a la hora de contar con un plan de Marketing implantado desde el primer momento que valore la imagen corporativa y la manera de promocionarse del negocio, ya que la imagen que se transmite será imprescindible a la hora de captar clientes.