Por un lado, la inflación subyacente se moderó en marzo con una desaceleración secuencial del 0,5% intermensual al 0,3%, mientras que, por otro lado, la inflación general superó las expectativas en el margen. La inflación general subió un 1,2% intermensual, en línea con lo previsto, mientras que la tasa anualizada superó las expectativas en 0,1 puntos porcentuales, situándose en el 8,5%.
La ralentización del IPC subyacente en términos intermensuales hasta la lectura más baja desde septiembre de 2021 sugiere que las condiciones de la inflación nacional están empezando a enfriarse, lo que justifica una reacción más moderada de la Reserva Federal en el transcurso del ciclo de endurecimiento. Por otra parte, el aumento del IPC general hasta niveles registrados por última vez en mayo de 1981 amenaza con un mayor desanclaje de las expectativas de inflación y, por tanto, con una postura más agresiva de la Fed para contener los riesgos de que la inflación actual se manifieste de forma más persistente y por encima del objetivo a medio plazo.
La reacción del mercado a los datos de hoy sugiere que el primer argumento era más pertinente para los participantes en el mercado. Sin embargo, es poco probable que los mercados se decanten completamente por la idea de un ciclo de endurecimiento más moderado a partir de un solo dato.
El impulso inflacionista es relativamente insignificante si se excluyen la energía y los alimentos.