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LA VERDAD POR DELANTE

Al garete…

Al garete…
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· Por Enrique Calvet, ex europarlamentario y Presidente de ULIS

martes 19 de abril de 2022, 06:47h

Quisiéramos destacar en el billete de esta semana una noticia que apareció en los principios de la anterior y nos dejó tan perplejo como inquieto. Según decía, el PP (no queremos personalizar sólo en su nuevo Presidente las decisiones tácticas o estratégicas) estaría dispuesto a acordar los nuevos vocales del Consejo General del Poder Judicial si el Gobierno de España hiciera alguna rebaja sin precisar de algún impuesto sin precisar.

Tres cosas nos han dejado asombrado, y una alarmado. En primer lugar, no captamos muy bien cómo interpreta el PP la labor de oposición. No creemos que deba ser intentar imponer al Gobierno sus propias políticas técnicas, en este caso la política económica, o una parte. El Presidente Sánchez tiene todo el derecho de decir que tiene su propia Vicepresidenta Económica, su apoyo parlamentario mayoritario y su propia política económica. La oposición puede criticarla públicamente, mostrar sus efectos perniciosos, si los hay, y ofrecer una distinta a futuro, a los españoles, para cuando gobierne…Pero exigir o imponer que la implemente el Gobierno al que se opone, utilizándola como “moneda de cambio”, no nos parece respetar la lógica del juego democrático. En segundo lugar, entendemos que el PP ha actuado públicamente así para promocionar una cuestión de imagen, más bien como tema de campaña electoral, y nos parece, como poco, discutible, y bastante populista, que el PP, en esta coyuntura, utilice, como eslogan activista, algo tan técnicamente complejo, opinable y delicado, incluso orientado por la UE, como la política tributaria. Debería recordar el Partido de la derecha española como se pilló los dedos el señor Rajoy en su mandato con la rebaja de impuestos. Existen bastantes principios fundamentales y valores democráticos claramente vapuleados en la Expaña de hoy que pueden servir como bandera de la oposición, como para centrarse en unos cambios de la cambiante política económica. Por ejemplo, la independencia del Poder judicial o contrarrestar el descarado intento de los Partidos en el Gobierno actual, o aledaños, de someterla a sus intereses de Partido. Y eso mentamos porque es la tercera causa de nuestro asombro. ¿Cómo puede el PP poner al mismo nivel una delicada y coyuntural rebaja impositiva y el grave problema estructural y democrático del asalto partidista a la ya escasa y maltrecha independencia judicial. ¿Montesquieu ha muerto? Nos parece una grave ausencia de principios y una peligrosa frivolidad contraponer un coyuntural instrumento de política económica, labor de gobierno, con recobrar cierta independencia del Poder Judicial, estructura de Estado donde la oposición sí tiene un papel ahora.

Y la alarma que nos produce todo lo reflexionado es que el principal Partido de la oposición, no haya enfocado bien cuáles son los graves problemas estructurales de nuestra deficientísima democracia, o no quiera valorarlos. No digamos los males de nuestra Nación. Si la ambición del PP es el turnismo y ofrecer mejor capacidad de gestión de lo que hay, con el centro izquierda desaparecido de la política, apague y vámonos…al garete.

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