Dado que empresas, alquiladoras y operadores de renting siguen sin poder renovar flota por la falta de vehículos, sus operaciones con modelos usados continúan a la baja. Así, las transacciones con modelos de ocasión procedentes de flotas corporativas cayeron un 23,7% en julio. Las que tienen como protagonistas modelos de rent a car descendieron un 15,1%; mientras que las de renting, por su parte, bajaron un 12,3% durante el mes pasado.
En este contexto, sigue siendo necesario recurrir a los mercado exteriores para aprovisionarse de vehículos, lo que explica que el canal importador haya aumentado sus ventas un 37% en julio y acumule una subida del 49% en lo que va de año.
Respecto a las fuentes de energía, las operaciones con vehículos usados diésel -que representaron el 58% de las operaciones en julio-se contrajeron un 10,5% durante el mes pasado; mientras que los de gasolina, por su parte, cayeron un 7,2%, hasta situarse en las 51.929 unidades, concentrando el 35,9% del total.
En cuanto a las propulsiones alternativas, los modelos eléctricos puros de segunda mano, aunque apenas representan todavía el 0,7% del mercado, crecieron un 19,9% en julio, con 1.043 unidades. Por su parte, los diésel/eléctricos enchufables registraron un total de 139 unidades vendidas (+59,8%) durante el mes pasado, frente a las 1.091 unidades de los gasolina/eléctricos enchufables (+3,5%).
Declaraciones
Según el director de Comunicación de FACONAUTO, Raúl Morales, “el mercado del vehículo de ocasión sigue "contaminado" por el del vehículo nuevo. Hasta que no se vuelva a recuperar un nivel aceptable de matriculaciones, las transferencias de usados seguirán cayendo porque no hay suficiente stock de los modelos que más interesan, que son los cero a cinco años. Otro mal dato y otra mala noticia para el sector en nuestro país, que se está empequeñeciendo y perdiendo competitividad. Hay que recuperar el mercado cuanto antes.”.
Según la directora de Comunicación de GANVAM, Tania Puche, “nos encontramos con un mercado de ocasión a la baja en el que la falta de modelos jóvenes por la falta de stock derivada de la crisis de los chips continúa marcando la pauta. Aunque se recurre a las importaciones, en un momento de escasez global, estas apenas representan el 6% del total de las operaciones españolas. En este contexto, la antigüedad media del vehículo usado vendido se sitúa en casi 12 años y supera los 14 años en las operaciones entre particulares, que suponen nada menos que el 60% de las transacciones; una circunstancia que acelera el envejecimiento del parque complicando la aspiración de alcanzar una movilidad sostenible y descarbonizada”.