Entender el rol de CFO como la palanca para abandonar los sistemas legacy
El CFO es, probablemente, uno de los roles más críticos dentro de la organización y, para avanzar en su camino hacia la digitalización, deberá trabajar cada vez más codo a codo con el área de tecnología. En el último estudio de Workday, en el cual se entrevistó a 1.060 líderes financieros y de tecnología para conocer el impacto que está teniendo la transformación digital de las finanzas en estas dos áreas, el 54% de los CFO afirmó que los sistemas legacy no son lo suficientemente flexibles para satisfacer las demandas del entorno empresarial de hoy en día. Por su parte, el 41% de los CIO admitió que no tiene un lugar clave en reuniones financieras.
Estos resultados evidencian que estamos en un momento de cambios fundamentales, en el cual la transformación digital ha dejado al descubierto la necesidad de que las finanzas y la tecnología encuentren un terreno en común para reducir la brecha entre ambas funciones. Esta mayor coordinación se puede habilitar al relegar los sistemas legacy por tecnología cloud.
El CFO, en su nuevo rol mucho más estratégico, posee las facultades necesarias para reforzar el binomio tecnología-finanzas y así extender una cultura digital e innovadora en toda la organización.
Lograr un impacto transversal en todas las áreas del negocio
Ir más allá de los sistemas legacy significa liberarse de sistemas obsoletos de múltiples maneras, lo que termina impactando positivamente y de manera transversal a toda la compañía. La tecnología cloud posee un núcleo de datos inteligente que proporciona acceso a una única fuente de datos a toda la organización. De esta manera, podemos obtener información completa de los datos financieros, pero también operacionales y de las personas en menos tiempo, lo que nos permitirá realizar una planificación y un análisis financiero mucho más preciso y amplio.
Comprender el alcance y posibilidades de la tecnología cloud
Además del mencionado núcleo de datos inteligente, la tecnología cloud posee una alta capacidad de configuración y adaptabilidad. Esto permite que el área de finanzas pueda desarrollar en una única plataforma nuevas aplicaciones empresariales que ofrezcan soluciones a las necesidades evolutivas del negocio. Esta característica también hace posible que los líderes de las finanzas diseñen estrategias más integrales y con mayor capacidad de gestión.
Buscar un partner, no un proveedor
El proceso de migración de un entorno legacy a uno basado en la nube es una carrera de fondo. Por tanto, es clave que el CFO busque más allá de un simple proveedor y se enfoque en encontrar un partner adecuado que lo acompañe en el camino hacia la transformación digital de la función financiera. Para garantizar el éxito de la implantación del nuevo sistema es vital que haya una colaboración fluida, basada en unos valores y una visión de futuro comunes.
Dar sentido estratégico al despliegue de tecnología cloud para las finanzas
Superar los sistemas legacy en el área financiera impacta a toda la organización. Por eso mismo, siempre aconsejamos a nuestros clientes trabajar estrechamente con el equipo tecnológico para mejorar su eficiencia en múltiples áreas de la compañía, desde la contabilidad y las finanzas, hasta las ventas o las adquisiciones.
Como directores financieros tenemos la responsabilidad de contribuir a crear una cultura más digital en nuestra compañía. Aplicar tecnología -por muy avanzada que sea- sin un enfoque holístico, carece de sentido estratégico dentro de la organización y, por tanto, pierde su valor añadido. La tecnología cloud dota a las compañías de agilidad en sus procesos y elimina las fricciones entre la función financiera y el resto de los departamentos, lo que contribuye a instaurar un enfoque mucho más flexible en toda la organización.
Un ejemplo práctico que hemos observado en Workday es que sin este enfoque flexible propiciado por una extendida cultura digital no hubiésemos sido capaces de asumir retos como el de reducir en general un 50% el tiempo de elaboración de informes o el de acortar de tres días a apenas unas horas el tiempo de entrega de los informes trimestrales al consejo de administración.