Si contamos con una tarifa de discriminación horaria, con la que el término de consumo es más barato o más caro según el horario, el ahorro mínimo se puede conseguir parte del 10,06% (7 euros/mes) 1: para ello, tan solo habría que pasar a realizar un consumo “optimizado”, en el que solo se pone el radiador en las horas llano y valle, en lugar de repartirlo en todas las horas del día. Es decir, habría que usar el calefactor de 8 a 10 de la mañana, de 2 a 6 de la tarde y de las 10 a las 12 de la noche (horas llano) y de 12 de la noche a 8 de mañana, así como fines de semana y festivos (horas valle), que son las horas más asequibles.
“Al contrario de lo que se puede pensar, adaptar el consumo de la calefacción eléctrica no tiene que suponer un gran esfuerzo o un sacrificio de tiempo y confort. Si nuestro radiador no es inteligente, podemos hacer que el enchufe lo sea: por un precio estimado de entre tres y 10 euros,
podemos adquirir aparatos que se conectan en la toma de corriente del calefactor para que solo se ponga en marcha a la hora que digamos. Así, también podemos encender el sistema a distancia, cuando aún estamos en el trabajo, por ejemplo, para que el hogar esté a buena temperatura cuando lleguemos. El confort será mayor si adoptamos otras medidas de eficiencia, como evitar que el calor se escape por ventanas y puertas, y si cerramos las habitaciones en las que no vamos a estar”, asegura el portavoz de Energía de Kelisto.es, Javier Martínez.
Con la tarifa de discriminación horaria, el ahorro puede ampliarse hasta casi el 47% (58 euros/mes)1 si se toman medidas adicionales. Para ello, sería necesario pasar un escenario de consumo “súper optimizado” en el que se usen radiadores eléctricos por acumulación que consumen energía solo en las horas valle para emitir el calor a lo largo del día- y comparar precios para cambiar a la tarifa más barata del mercado.
Quienes tengan una tarifa fija tendrán un margen de ahorro menor, pero que aun así se mueve entre el 5,79% (4€/mes) y el 32% (28 euros/mes). Para conseguir el recorte mínimo habría que pasar a una tarifa de discriminación horaria y optimizar el consumo (es decir, usar el radiador en las horas llano y valle) y para lograr el máximo, pasar a discriminación horaria, usar radiadores por acumulación y comparar tarifas para pasar a la más económica del mercado
¿Y si tengo calefacción de gas?
Las tarifas de gas natural no cuentan con discriminación horaria, por lo que no es posible pagar más o menos dependiendo de la hora a la que se realiza el consumo, pero, al igual que con la luz, pasarse a una oferta más asequible evita gastos innecesarios. El ahorro máximo en calefacción que se puede conseguir al cambiar de una tarifa cara a la más barata asciende al 39%2 para un consumo promedio. Incluso, la diferencia entre la media de las ofertas más asequibles analizadas por el comparador de Kelisto y la más barata es del 26,81%. Comparar y elegir la mejor comercializadora es el mejor truco de ahorro para este invierno en lo que se refiere al gas natural.
Eso sí, por el momento, la Tarifa de Último Recurso (TUR), con el precio fijado por el Gobierno, sigue siendo la opción más barata.
Cómo ha evolucionado el mercado eléctrico: el factor “invisible” de la compensación de gas
Generalmente, el mercado libre de la luz suele tardar más que el regulado en reflejar las caídas en el mercado mayorista que se han producido durante el otoño y el invierno de la temporada 2022/2023, motivadas por el descenso del precio del gas, la “excepción ibérica” y la alta producción renovable. Sin embargo, la entrada en funcionamiento del tope al gas en el sistema eléctrico ha cambiado esta situación, al menos temporalmente. Los contratos de luz del mercado libre rubricados con posterioridad a abril de 2022 abonan habitualmente lo que se conoce como la “compensación al gas”, un recargo para ayudar a las centrales eléctricas de ciclo combinado que producen la energía por debajo del precio de coste a causa del límite.
Si bien el Gobierno pidió que las comercializadoras eléctricas internalizaran este coste extra, la mayoría lo repercuten al cliente final de manera íntegra, introduciendo un elemento de volatilidad en las tarifas del mercado libre, habitualmente fijas durante el año de duración del contrato; si el
mercado mayorista está al alza, esta compensación será mayor, y si está a la baja, como durante estos meses, la compensación será muy baja.
Afortunadamente, el mercado mayorista de la electricidad ha dado un respiro, y del máximo de 0,15 euros el kWh alcanzados en agosto de 2022 se ha pasado a un coste de la compensación de 0,042 euros en diciembre de 20224, que se suman al término variable. Traducido a cifras comprensibles para todos, se ha pasado de un sobrecargo de unos 30 euros al mes para un consumo promedio a uno de 8,90 euros; un descenso del 70% que, sin duda, ayuda a prender la calefacción en el hogar sin preocupaciones extra.
Kelisto.es, a diferencia de otros comparadores, incluye un coste estimado de la compensación de gas tanto en su comparador de electricidad como en su ranking mensual de mejores tarifas de luz, para que el usuario no se lleve sorpresas desagradables en el recibo y reciba una información lo más exacta posible
Sin embargo, un alza de los precios del gas natural o un descenso de la producción renovable podrían volver a encarecer la compensación al gas, por lo que todos los consumidores, independientemente de si pertenecen al mercado libre o el regulado de la luz, deben vigilar la evolución del mercado, a cambio de un descenso general de alrededor del 17% en los costes eléctricos5 que coloca a España como uno de los países con la electricidad más barata del continente europeo en los últimos meses.
Nueve consejos para ahorrar en calefacción
Además del cambio de tarifa y del aprovechamiento de la discriminación horaria, hay varias medidas que se pueden tomar para reducir el gasto en el confort térmico del hogar durante los meses más fríos:
Mantén una temperatura adecuada: el principal consejo es evitar cifras altas en el termostato, ya que esto puede incrementar el consumo de energía y, por tanto, tu recibo. 21 grados son suficientes para estar cómodo, y no es necesario que parezca verano en el interior de casa: es mejor ponerse un jersey que llevarse un susto con la factura. Cada grado menos conlleva un 7% menos de consumo.
Apaga la calefacción por la noche: salvo en casos de frío extremo, no es necesario mantener la calefacción por la noche, por lo que es posible ahorrar en calefacción al apagar los radiadores. Sin embargo, con radiadores por acumulación, en los que el consumo se realiza de noche para emitir el calor durante el día, el aparato no debe ser apagado.
No calientes las habitaciones vacías: para no derrochar en consumo, cierra la llave de los radiadores de las habitaciones que no utilices. Si no lo haces, aumentarás tu gasto de forma innecesaria.
Ventila la vivienda solo el tiempo justo: si es posible, aprovecha el momento más soleado del día para abrir las ventanas. 15 minutos por habitación son suficientes, evitando pérdidas de calor excesivas.
Cambia tu caldera por una de bajo consumo: si es el momento de renovar tu caldera, valora la posibilidad de hacerlo por un sistema más eficiente, como las de cogeneración. Aunque suponen una inversión mayor, la reducción del consumo de hasta un 30%7 y del importe en tu factura merecerá la pena a la larga Comprueba si en tu comunidad existe actualmente un plan Renove de calderas y benefíciate de las ayudas disponibles.
No cubras los radiadores: colocar un mueble demasiado cerca o poner ropa húmeda encima para que se seque más rápido no es recomendable si quieres ahorrar en calefacción. La energía que necesite el radiador para calentar la estancia será mayor, por lo que también subirá el consumo y la factura.
Extrae el aire de los radiadores: si tienes calefacción de gas en casa, purgar o sacar el aire a los radiadores es necesario, al menos, una vez al año, cada vez que comienza el invierno. Esto se debe a que es habitual que se acumulen pequeñas burbujas de aire que impiden el paso del calor y, por tanto, provocan que los radiadores no calienten con toda la potencia necesaria.
Revisa el aislamiento: entre el 25% y el 30% de las necesidades de calefacción de un hogar se deben a pérdidas de calor que se originan en las ventanas, según los datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE). Por ello, es necesario comprobar que la vivienda cuenta con sistemas de aislamiento adecuados que no dejen entrar el frío. En caso de un mal aislamiento, en la actualidad hay programas del Gobierno para subvencionar obras de eficiencia energética, tanto para edificios como para viviendas unifamiliares, con el que la reforma saldrá más barata y reducirás el periodo de amortización.
Una opción barata y sencilla, si no quieres meterte en grandes obras para mejorar la eficiencia, es poner burletes en los marcos de puertas y ventanas: pequeñas tiras adhesivas, que se adquieren en cualquier ferretería por unos cuantos euros, para evitar la entrada de aire.
Revisa tu caldera: un buen mantenimiento te permitirá ahorrar en calefacción y evitará que se produzcan problemas importantes en el futuro. Algunas compañías incluyen en el contrato el servicio de mantenimiento de forma gratuita. Recuerda realizarla una vez al año para evitar sorpresas e incidentes.