Motivos de preocupación para el RBA
El dólar australiano ha recuperado las pérdidas anteriores que se produjeron a raíz de unas cifras de empleo más débiles. Por segundo mes consecutivo, la tasa de desempleo subió y el empleo cayó, junto con una ligera revisión a la baja en diciembre sobre este último. Aunque esto no se consideraría típicamente una buena noticia, los inversores se han visto obligados a aceptar la posibilidad de unos tipos de interés más altos recientemente, ya que la inflación se ha mantenido obstinadamente alta.
Un mercado laboral ligeramente más laxo aliviará algunos de esos temores a que la inflación se afiance, aunque se necesitarán más pruebas para apaciguar a los responsables políticos del RBA tras las últimas impresiones sobre la inflación. Los mercados siguen valorando unas cuantas subidas más de 25 puntos básicos en los próximos meses antes de que comiencen los recortes a finales de este año o principios del próximo. Un nuevo deterioro del mercado laboral podría hacer que esas expectativas se redujeran aún más.
¿El petróleo se prepara para romper al alza?
Los precios del petróleo están muy agitados en estos momentos, ya que los operadores tienen mucho que asimilar, ya sea el descenso de 500.000 barriles de la producción rusa en marzo, la fuerte recuperación económica china y unas perspectivas mundiales inciertas en medio del endurecimiento monetario en curso, entre otras cosas.
Parece que el crudo se ha asentado en un rango, aunque últimamente sigue cotizando en el extremo superior del mismo, lo que podría indicar que se está gestando un intento de ruptura. Un movimiento por encima de los 89 dólares podría ser muy alcista y sugerir que se está poniendo en precio un mercado más ajustado, en consonancia con los comentarios de la OPEP del martes.
Primera gran prueba
Los operadores de oro no comparten el entusiasmo de los mercados de renta variable y el metal amarillo ha seguido tendiendo a la baja tras la publicación de los últimos datos. El miércoles se topó con un soporte en torno a los 1.830 dólares, alrededor del extremo superior de la primera barrera a la baja.
Esto se sitúa en torno al retroceso del 38,2% del movimiento desde los mínimos de noviembre hasta los máximos de febrero y coincide con el soporte y la resistencia de diciembre y enero. Podría decirse que la prueba más importante se encuentra un poco más abajo, en torno a los 1.780-1.800 dólares, si llegara tan lejos.
¿Un futuro brillante para el bitcoin?
Han sido 24 horas fantásticas para el bitcoin y que podrían generar un mayor entusiasmo por las criptomonedas, ya que ha alcanzado un nuevo máximo de seis meses y ha superado otra gran media móvil sólo unos días después de un rebote alcista desde la SMA de 200 días. Aunque las medidas reguladoras siguen generando cierta inquietud, existe claramente una creciente sensación de alivio de que lo peor ya ha pasado para el sector y 2023 podría ser un año mucho mejor. La próxima gran prueba se sitúa en torno a los 24.500- 25.500 dólares, una ruptura de la cual podría convencer a cualquier escéptico que quede de que el futuro es brillante.
Craig Erlam, analista de mercado sénior, Reino Unido y EMEA, OANDA