Estados Unidos sigue siendo el mayor mercado de pensiones, seguido a gran distancia por Japón y Canadá. En conjunto, estos tres mercados representan más del 76% de los activos de los 22 mayores mercados de pensiones (P22). El Reino Unido descendió al cuarto puesto, debido principalmente a las pérdidas sufridas por los fondos de pensiones como consecuencia de la caída en valoración de sus activos y la tensión en los LDI dentro de sus carteras.
Desde 2002, la asignación global a renta variable de los fondos de pensiones se ha reducido del 50% al 42% y, del mismo modo, la asignación a renta fija ha disminuido del 38% al 32%. La asignación a otros activos (activos privados y estrategias diversificadoras) ha aumentado del 9% en 2002 a un 23% estimado a finales de 2022. Tradicionalmente, Estados Unidos y Australia han tenido una mayor asignación a la renta variable que el resto de los siete mayores mercados de pensiones (P7), mientras que Japón, Países Bajos y Reino Unido han tenido una mayor asignación a la renta fija.
En muchas regiones del mundo, los fondos de pensiones con compromisos de prestación definida (PD) siguieron disminuyendo en contraposición al aumento de los fondos de pensiones de aportación definida (AD). En los últimos 20 años, los activos mundiales de AD han crecido un 7,2% anual, frente al 4,4% anual de los activos de PD.
Marisa Hall, responsable del Thinking Ahead Institute, explica que "El año pasado experimentamos, hasta cierto punto, una `multicrisis´ mundial en la que se combinaron diversos riesgos, se amplificaron como consecuencia de ello y se manifestaron en importantes caídas de activos. En nuestra opinión, estos riesgos sistémicos aumentarán en el futuro y emanarán predominantemente de fuentes medioambientales, sociales y geopolíticas".
Por su parte, Raúl Mateos, director en WTW Investments España afirma que "Aunque muchos fondos de pensiones se centran en el largo plazo, esta situación presenta retos a corto plazo que no pueden ignorarse. El principal de ellos es que es casi imposible fijar con precisión el impacto de los riesgos, ya que tienen una gran incertidumbre y poca trazabilidad, pero es probable que su impacto sea amplio y significativo, y que ponga a prueba la resistencia de las organizaciones. Nuestro trabajo con los inversores apunta a vías de transición hacia una mayor integración de la sostenibilidad en las carteras y la medición del impacto de éstas en la sociedad. A medida que este panorama evolucione, las organizaciones tendrán que ajustar sus estrategias y recursos internos para navegar por estos cambios y construir una mayor resiliencia."