Ayer, pese no ser el día de la semana con mayor volatilidad en el euro, tampoco podemos decir que fuese un día tranquilo. La incertidumbre que rodeaba la decisión del BCE en medio de las turbulencias vividas en los valores bancarios y la preocupación en torno a la estabilidad financiera tras los sucesos de Silicon Valley Bank y Credit Suisse en los últimos días, acaparaban todos los titulares. Si bien Lagarde, en la reunión de diciembre había determinado el camino a seguir en las decisiones de febrero y marzo, los temores en los mercados condujeron a una moderación de las expectativas de esta subida a 25 puntos básicos o, incluso, a la decisión de mantenerla. Sin embargo, nada de esto ocurrió. El BCE finalmente subió los 50 puntos básicos incluídos en la hoja de ruta de diciembre y anunció que abandonaría todas las medidas de forward guidance y que retomaría el enfoque dependiente de los datos reunión por reunión. La decisión fue prácticamente unánime entre los miembros del Consejo de Gobierno, tal y como pudimos conocer durante la rueda de prensa, lo que deja clara la postura del BCE y la confianza en sus herramientas macroprudenciales y envía una señal de alivio a los mercados. Esto, junto al tajante: “no existe un trade-off entre estabilidad de precios y estabilidad financiera”, que Lagarde repitió una y otra vez, disipó los temores sobre un tipo terminal menor de lo esperado.
A pesar de la expectación de la reunión de ayer, la respuesta de los mercados ha sido moderada. El índice bancario Stoxx 600 apenas varió en la jornada, el euro subió un 0,3% y el tipo terminal implícito en el mercado aumentó moderadamente hasta el 3,2%. Dado el comportamiento de los mercados en los días previos a la decisión del BCE, este resultado puede considerarse positivo. Esta mañana, los portavoces del BCE han intervenido para afianzar la última decisión. Prueba de ello son los comentarios del Gobernador del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau, quien afirmó que «hemos enviado una señal de confianza que es fuerte y doble: es confianza en nuestra estrategia antiinflacionista y confianza en la solidez de los bancos europeos y franceses.» Tras la noticia de que los G-SIB estadounidenses, como Bank of America y JP Morgan, aparcarán un total acumulado de 30.000 millones de dólares de depósitos no asegurados en el banco regional estadounidense First Republic para estabilizar sus acciones, y los comentarios de apoyo de los miembros del BCE, el euro se encuentra esta mañana un 0,5% por encima del dólar, mientras los futuros de las acciones mundiales cotizan en verde, con el repunte liderado por los valores bancarios.
El índice general del dólar se desplomó en la sesión de ayer, mientras los mercados asistían a dos actos distintos a ambos lados del Atlántico encaminados a aportar tranquilidad y confianza en el sistema bancario. En Europa, el BCE demostró su confianza en sus medidas macroprudenciales y subió los tipos 50 puntos básicos. En EE. UU., un conglomerado de grandes bancos acordó inyectar 30.000 millones de dólares de depósitos no asegurados en First Republic para reforzar la confianza en las acciones del decimocuarto mayor prestamista comercial. En conjunto, ambas noticias contribuyeron a estabilizar la reciente caída de valores bancarios, aunque sólo resultase ser temporal. El índice DXY se sitúa ahora sólo un 0,16% por encima de su nivel de apertura del miércoles, lo que significa que casi ha retrocedido la totalidad de su oferta de refugio tras los eventos de Credit Suisse. Si bien el escenario de riesgo se ha visto respaldado en cierta medida durante la noche, mantenemos la cautela en estos momentos. Aunque escépticos, creemos que es preocupante que el sistema bancario estadounidense esté empezando a agruparse para protegerse. En este contexto, seguimos prefiriendo refugiarnos en el USDJPY, especialmente después de que la Confederación de Sindicatos de Japón señalara que la media mensual de acuerdos salariales en 805 sindicatos fue del 3,8% este año, una señal que debería suscitar nuevas expectativas de endurecimiento del BoJ en el 2T. Hoy, en los mercados de divisas, con un calendario de datos escaso, el tono lo marcará de nuevo la evolución de la renta variable mundial.
Hoy no se publicarán datos significativos en el Reino Unido, y los mercados empiezan a calmarse tras la intervención de los reguladores suizos en apoyo del Credit Suisse. Mientras tanto, la atención comenzará a centrarse en los acontecimientos locales de la próxima semana. En el Reino Unido se publicarán los datos del IPC de febrero el miércoles, seguidos de la decisión del Banco de Inglaterra sobre los tipos de interés el jueves y completados con la publicación de los datos del PMI el viernes. Todo esto tendrá lugar con el telón de fondo del presupuesto de primavera que se dio a conocer el miércoles de esta semana. Basándose en las previsiones del OBR para el crecimiento económico del Reino Unido, que sugiere que la economía del Reino Unido probablemente evitará la recesión en 2023, el presupuesto también incluyó una previsión para que el IPC del Reino Unido caiga al 2,9% a finales de año, lo que implica que la economía del Reino Unido está en una forma mucho mejor de lo que se esperaba incluso hace unos meses. Por supuesto, esto no significa que el Banco de Inglaterra vaya a estar de acuerdo de cara a la decisión del jueves. A pesar de la publicación de las previsiones más positivas del OBR, parece probable que el Banco de Inglaterra mantenga sus perspectivas bajistas por el momento, al menos hasta la publicación del próximo Informe de Política Monetaria, que acompañará a la reunión de mayo. Por lo tanto, y a pesar de las expectativas del mercado de que la inflación baje el miércoles, nuestra opinión es que el Banco de Inglaterra no habrá visto un debilitamiento suficiente en las perspectivas inflacionistas como para detener su ciclo de subidas de tipos, lo que sugiere que una subida de 25 puntos básicos en los tipos es el resultado más probable de la reunión. Esto dejará el tipo de interés bancario en el 4,25%, que consideramos el nivel terminal, ya que es probable que los datos publicados de aquí a mayo muestren una relajación de las presiones del mercado laboral, acompañada de reducciones más sostenidas tanto de la inflación general como de la subyacente.
Principalmente guiado por el sentimiento de riesgo global, los mercados latinoamericanos han experimentado continuas idas y venidas a lo largo de la que es probablemente la semana con mayor volatilidad de los últimos meses. Ayer, las medidas tomadas a ambos lados del Atlántico, tanto en EE. UU. en relación al First Republic Bank (ver USD) como en la eurozona con la decisión determinante y en línea con lo esperado del BCE (ver EUR), ha reforzado la estabilidad financiera dando un respiro a las expectativas sobre la situación del sector bancario y, con ello, mejorando el sentimiento del riesgo global. Como resultado, el MXN recuperó parte de las entradas de flujos, cerrando ayer un 1,40% más fuerte frente al dólar estadounidense. Si bien el USDMXN cotiza aún lejos de los niveles mínimos registrados durante las primeras dos semanas de marzo, de continuar la relativa tranquilidad que regresó ayer a los mercados, podríamos seguir viendo retomarse algunas de las operaciones de carry trade se habían deshecho o cubierto durante estos últimos días, aunque creemos que a corto plazo se presenta difícil volver a marcar récords.
Algo similar, aunque relativamente más moderado debido al ruido político interno, hemos visto en el BRL, que cerró ayer un 1,10% más fuerte frente al billete verde. No obstante, todo apunta que los observadores del BRL van a centrar ahora su atención en lo que ocurre dentro de las fronteras. La decisión del BCB de la próxima semana se espera que acapare varios titulares en medio del extenso debate entre el gobierno brasileño y la institución sobre la viabilidad de mantener los tipos de interés en el actual 13,75% y la necesidad de modificar al alza el objetivo de inflación del banco. Si bien el consenso de mercado sostiene que no hay motivos suficientes para recortar los tipos de interés, sabemos que el gobierno quiere que esto ocurra en vistas a la aprobación del nuevo marco fiscal y en medio de toda la preocupación que existe en torno a las previsiones de crecimiento débil que se manejan ahora mismo para la primera mitad del año. Aunque parece que la decisión del BCB va a ser mantener los tipos una reunión más, parece que la incertidumbre en torno al cumplimiento de su mandato comienza a acechar por primera vez al Banco.