Con una caída intermensual del 0.1%, respecto al aumento del 0,2% esperado por el consenso, la lectura interanual fue del 6,1%, su nivel mínimo desde marzo de 2022, cuatro décimas por debajo de lo esperado y más un punto porcentual por debajo del dato del mes anterior. No obstante, y como apuntamos ayer, creemos que esto se deberá, probablemente, a la desinflación de los bienes subyacentes, ya que los PMI de servicios de mayo siguen mostrando una aceleración del crecimiento de los precios de los insumos y la producción en el sector servicios. Algo que, sin duda, lleva preocupando ya un tiempo a los funcionarios de un BCE que los mercados ven ahora mismo incapaz de subir los tipos por encima del 3,75%.
A falta de los datos del conjunto de la eurozona previstos para hoy a las 11:00 CEST, para los que no esperamos sorpresas, sino una continuación de lo que llevamos viendo los dos últimos días, los comentarios reforzando la determinación del BCE no se han hecho esperar en un intento, por ahora fallido, por frenar una visión más pesimista sobre la senda de subidas previstas para este año. Esta mañana, el Gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, ha recordado que el BCE no contempla recortar tipos hasta que el índice subyacente se desacelere lo suficiente. Si bien no está del todo claro cuánto es “lo suficiente”, una expresión a la que varios miembros del Consejo de Gobierno han hecho referencia más de una vez, las comparecencias del halcón Klaas Knot, hoy a las 09:55 CEST, como de la presidenta Lagarde, poco después de la publicación del IPC, quizá aporten algo de luz a este respecto. Para el euro, creemos que, por ahora, su suerte está en manos de los precios de la Reserva Federal a corto plazo, dado que la moneda ha sido impulsada predominantemente por los diferenciales de tipos de interés en los últimos tiempos.
El índice DXY del dólar cotizó ayer con un tono más firme, subiendo un 0,25% a lo largo de la sesión. Sin embargo, aunque el índice DXY ha sido un buen indicador de la evolución general del precio del dólar en las últimas semanas, simplifica en exceso el comportamiento del dólar en la sesión de ayer. El repunte del índice DXY se debió en gran medida a la caída del 0,4% del EURUSD tras unos datos de inflación más débiles en la zona euro. Con una contribución del 57% a la cesta global, la cotización del EURUSD superó las ganancias registradas por la GBP, el JPY, el CAD, la NOK y la SEK frente al dólar, gracias a los menores rendimientos de los bonos del Tesoro y, en algunos casos, a acontecimientos idiosincrásicos.
El mercado del Tesoro se vio impulsado por el continuo apoyo a una pausa en el ciclo de subidas de tipos de la Reserva Federal por parte de los principales miembros de la Fed y por unos datos ligeramente más suaves en forma del índice de servicios de Dallas y el PMI de Chicago, que con -17,3 y 40,4 compensaron en gran medida el impacto de un inesperado aumento de las ofertas de empleo en EE. UU. en abril. Haciéndose eco de los comentarios del presidente Powell de hace quince días, el Gobernador de la Reserva Federal y candidato a Vicepresidente, Philip Jefferson, abogó por una pausa en el ciclo de subidas en junio con el fin de seguir evaluando los datos entrantes. Aunque esta opinión fue rápidamente matizada, con Jefferson afirmando que cualquier decisión de mantener «no debe interpretarse como que hemos alcanzado el tipo máximo para este ciclo», los mercados pronto empezaron a arrastrar a la baja el tipo terminal implícito de la Fed. Esto no hizo más que extenderse a lo largo de la sesión, ya que otro miembro con derecho a voto del FOMC, Patrick Harker, se hizo eco de la opinión de Jefferson al afirmar que la Fed podría «tomarse un pequeño respiro».
La combinación de los datos más débiles de China y Europa de ayer y las dudas persistentes sobre el apetito de la Reserva Federal para subir los tipos, dada la incertidumbre sobre el grado de endurecimiento que queda por delante, ejemplifica las dificultades que puede tener el dólar para subir a corto plazo sin el apoyo de un sólido informe de empleo el viernes. A la espera del informe principal sobre el mercado laboral, esperamos que la volatilidad disminuya ligeramente, como puso de relieve la sesión nocturna bastante benigna a pesar del repunte de la renta variable de APAC después de que el PMI manufacturero Caixin de China mostrara una sorprendente expansión de la producción, un marcado contraste con la sombría medición oficial de ayer. Los datos de empleo privado de ADP, los recortes de empleo de Challenger en mayo y los datos del ISM manufacturero podrían desencadenar una oleada de volatilidad intradía. También existe la posibilidad de que el Senado apruebe hoy el acuerdo sobre el techo de la deuda, después de que la Cámara de Representantes votara anoche 314-117 para garantizar su aprobación.
Ayer, la libra subió dos décimas frente al dólar, recuperando parte de las pérdidas iniciales, y 0,65 p.p. frente al euro. Estos movimientos se produjeron después de que los operadores redujeran las expectativas de próximas subidas de los tipos de interés bancarios tras los débiles datos del índice PMI de China, unas cifras de inflación europeas más débiles de lo esperado y los avances en la resolución del estancamiento del techo de la deuda estadounidense. Como hemos señalado anteriormente, los aumentos en el nivel de las expectativas de los tipos de interés bancarios no son necesariamente positivos para la libra esterlina en la coyuntura actual, con tres o cuatro subidas adicionales que probablemente lleven a la economía del Reino Unido a la recesión.
Dado que los beneficios de unos tipos más altos se ven contrarrestados por los riesgos a la baja para el crecimiento, la caída de las expectativas de tipos ha sido favorable para la libra, ya que el máximo previsto de los tipos bancarios ha descendido casi una subida completa en el espacio de una semana. Sin embargo, no todo son buenas noticias para la economía británica. Catherine Mann, presidenta del Banco de Inglaterra, aludió a este rápido cambio en las perspectivas de los tipos británicos en un discurso pronunciado ayer por la tarde. Señalando que el camino hacia el enfriamiento de la inflación daría lugar a la volatilidad y que «la volatilidad se va a reflejar en la ruptura de las cosas», pasó a observar de manera bastante inquietante que «a menudo el agua está más tranquila antes de las caídas». Si eso es o no lo que estamos viendo actualmente es una cuestión abierta para los analistas, pero un área que los mercados están mirando con cierto grado de preocupación sigue siendo el mercado inmobiliario del Reino Unido, especialmente dada la sensibilidad a la subida de los tipos de interés. Por ello, los datos de Nationwide sobre el precio de la vivienda publicados esta mañana atraerán cierta atención, ya que muestran que los precios cayeron un 0,1% intermensual y un -3,4% interanual en mayo. Si bien este dato supone un retroceso respecto a los datos del mes pasado, sigue siendo mejor de lo esperado y apunta a una cierta solidez de la economía británica, al menos por ahora.
Las divisas latinoamericanas registraron ayer una sesión mayoritariamente en rojo, con el COP liderando las pérdidas al caer más de un 1,30% frente al dólar estadounidense. El fortalecimiento del billete verde en un entorno global en el que continúa liderando el sentimiento de aversión general al riesgo, agravado por los recientes datos más débiles de China, continúa pesando sobre el carry de las principales divisas LatAm. No obstante, en la sesión de ayer, el MXN y el BRL fueron las menos perjudicadas, con pérdidas limitadas del 0,17% y 0,35% respectivamente. En el caso del MXN, creemos que este mejor posicionamiento responde al optimismo renovado por un acuerdo fructífero sobre el techo de deuda en EE. UU. dada su relación más estrecha con la economía estadounidense que el resto de sus homólogas de la región. En Brasil, por el contrario, las historias internas siguen nublando la evolución del BRL. La continuación de los titulares sobre el deseo de Lula da Silva por una mayor integración de los BRICS, junto a la medida provisional aprobada ayer en el Congreso para restablecer el gabinete del presidente, tras la celebración de una reunión de urgencia, volvió a causar estragos entre los observadores del real.