El paro ha subido al finalizar agosto y lo ha hecho prácticamente en todas las comunidades autónomas, especialmente en Cataluña, Baleares y el País Vasco. Además, el nivel de contratación fue menor que en agosto del año pasado y se han perdido algo más de 185.000 afiliaciones medias a la Seguridad Social. Pero con un golpe de gracia el último día del mes: 308.166 bajas a 31 de agosto. "El grueso de la subida del paro se lo llevan los servicios, como es habitual al finalizar agosto, pero no solo. Ha habido subidas también en construcción e industria, y la bajada del paro en el sector agrícola nos preocupa en doble sentido", avanza Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Al terminar agosto, el paro en el sector primario ha bajado en algo más de la tercera parte que en 2022. "Con el fin del verano y, sobre todo, el inicio del otoño, comienza la recogida de los grandes cultivos de nuestro país y se genera empleo estacional. Sin embargo, la sequía de este año ya se ve en las contrataciones, que crearán mucho menos empleo entre los temporeros y, además, supondrá una carestía extrema de productos básicos, como el aceite de oliva, que la cesta de la compra de las familias ya no puede soportar", añade el secretario general de USO.
El paro subió en 24.826 personas, descendieron las altas a la Seguridad Social en 185.385 y bajaron los contratos en prácticamente un 20 % con respecto al agosto de 2022. Se firmaron 1.088.831, de los que el 38,47 % fueron indefinidos. "Unos indefinidos que no permiten bajar el dato del desempleo y que se firman a la par que se destruye afiliación a la Seguridad Social. La estabilidad del indefinido ya no existe", matiza Joaquín Pérez.
En cuanto a la afiliación, abunda en lo efímero: "que los contratos siguen siendo de días, o que se juega con el fijo discontinuo por días es algo que pone negro sobre blanco la tabla de altas y bajas. Si habitualmente los viernes son una escabechina para no pagar el descanso semanal, en agosto esas grandes bajadas, además de en el último día, se dan los lunes. Fines de semana en hostelería y lunes sin trabajo. Poco cambia el tipo de empleo en España. Dura lo que duran las fiestas del pueblo".
Por ello, "apostar por el empleo industrial y tecnológico de alto valor añadido sigue siendo la mejor opción. Nuestra industria agroalimentaria necesita más impulso que nunca, por el empleo que crea y por el alivio para los bolsillos. Pero también otros servicios esenciales. No puede ser que en septiembre hablemos de 50.000 altas en Educación como en junio hablamos de 52.000 bajas. Un país donde la enseñanza reglada es un empleo temporal o fijo discontinuo no tiene futuro. Vemos demasiado conformismo a pesar de seguir liderando el paro europeo", sentencia el secretario general de USO.