Los inversores repliegan velas no porque vean demasiados interrogantes sobre sus operaciones, cara a futuro, sino mucho peor: porque sienten que España es un país que tiene al frente a una cuadrilla de politicastros dispuestos, cueste lo que cueste, no sólo a indultar o amnistiar sino a premiar a una organización de delincuentes después de haberles soltado de la cárcel en mitad del cumplimiento de sus condenas.
En efecto, no se trata sólo de la Ley de Amnistía.Los daños, perjuicios y secuelas que derivan de los atropellos al Estado de Derecho de ‘Sánchez y su banda’ se concretarán en que, por ejemplo, la condonación de la deuda a Cataluña-llevada a cabo bajo un escenario de total y absoluta extorsión- no permitirá que la región vuelva a financiarse en los mercados internacionales:es un sentir indiscutible en estas aciagas horas.
Sostenía, Alan Dershowitz,el gran catedrático y teórico del Derecho, que “la razón de ser del terrorismo, y su prolongación en el tiempo, es que hay quienes lo premian”; y que, por tanto, “la causa del terrorismo es su propio éxito”, al existir gobernantes que se amilanan y doblegan ante la amenaza o el uso de la violencia, e incluso pagan erróneamente para que cese.
Éste es exactamente el desastroso y diabólico paso que ha dado el actual PSOE de la mano de comunistas y filoterroristas: no sólo aliviar a los delincuentes que perpetraron el golpe en Cataluña y que por ello fueron condenados sino premiarlos y, por tanto, alargar su‘éxito’ durante toda una legislatura, provocando que estos forajidos no se deshagan de la pistola que tan útil les ha sido ni de la faltriquera en la que la esconden. Al tiempo.