Los compradores de nuda propiedad son atraídos por la oportunidad de adquirir propiedades a precios considerablemente más bajos que los del mercado, con la perspectiva de obtener el pleno dominio en el futuro. Esta forma de inversión, aunque implica no poder utilizar la propiedad hasta el fallecimiento del vendedor, se percibe como una opción de inversión rentable y socialmente responsable, al ayudar a personas mayores a resolver problemas económicos y complementar sus pensiones.
Para los vendedores o personas mayores, la nuda propiedad ofrece la posibilidad de seguir viviendo y disfrutando de su hogar hasta su fallecimiento, mientras reciben el dinero de la venta de una sola vez, con todo debidamente formalizado ante notario. Sin embargo, este proceso puede conllevar la liquidación de la plusvalía municipal y la reducción del patrimonio familiar para los herederos.
"A medida que aumenta la demanda de nuda propiedad, estamos viendo una mayor diversificación en los perfiles de inversores y vendedores que participan en este mercado", señala Eduardo Molet, que cree que este modelo ofrece ventajas tanto para los compradores como para los vendedores, “y esperamos que continúe creciendo en los próximos años". El experto sitúa este crecimiento por encima del 60% anual.
Nuda propiedad: una activo al alza
Eduardo Molet es uno de los principales expertos e impulsores de la compraventa de nuda propiedad en España. Desde su agencia, líder en Madrid en este activo con casi la mitad de las operaciones que se cierran en la capital, estiman que en 2024 se cerrarán unas 23.000 compraventas de nuda propiedad en España, más del doble que el año. “Antes solo comercializábamos este producto 3 o 4 agentes inmobiliarios en toda España. Ahora somos decenas repartidos por todo el territorio”.
Hace 5 años la gente no sabía que era la nuda propiedad y desconfiaba de esta fórmula, pero ahora que hay más información y se populariza día a día, los pequeños propietarios están perdiendo este miedo y cada vez son más los que optan por vender la nuda propiedad de su vivienda para complementar su pensión y/o ahorros. “Han perdido el miedo a no poder vivir en la casa para siempre, al qué dirán de sus vecinos o sus familias. En definitiva, se está normalizando al nivel de otros países de nuestro entorno, como Italia o Francia”.