Estas cifras, reflejan la tendencia que la asociación española de servicios personales y domésticos viene intentando prevenir desde que, con las medidas de mejora laboral que se están implementando desde el Ministerio de Trabajo, a raíz de la ratificación del convenio 189 de la OIT sobre el trabajo decente de las trabajadoras y trabajadores domésticos, se está requiriendo a las familias empleadoras, unas cargas tanto económicas como derivadas del cumplimiento de las nuevas obligaciones de su condición de empleador, de manera unilateral, sin tener en cuenta su condición de familia o persona particular, con las limitaciones que esto conlleva, tanto a nivel de presupuesto como a nivel de medios para poder hacer frente a esta nueva situación.
Este goteo lleva ya así un año y medio y no parece tener remedio de no haber ninguna medida que incentive las contrataciones, a través de medidas que incrementen tanto las bonificaciones de la seguridad social, como que acojan desgravaciones fiscales de parte de los costes por contratar estos cuidados dentro de la economía formal.
Las personas y familias que emplean dentro de la economía regulada, están apostando por hacer realidad estas reivindicaciones que buscan equiparar los derechos de estas trabajadoras con cualquier otro sector laboral, sin embargo, ante la falta de opciones a la hora de poder obtener ayuda para contratar estos trámites y su ya escaso músculo económico que les permita contratar el tipo de servicio de cuidados y el número de horas que realmente necesitarían en su día a día, está suponiendo que solo una pequeña parte de la población pueda permitírselo, relegando este sector a una parte de la población con mayores medios económicos y dejando desprotegidos a una inmensa mayoría que sigue apañándose como puede, tirando de relaciones vecinales y familiares, especialmente de los mayores en el caso del cuidado de sus nietos durante las semanas veraniegas.
El sector seguramente con uno de los niveles más altos de economía sumergida de nuestra economía debe ser objeto de una mirada integral que abarque, a todos los actores implicados, y que al redactar sus normativas se tenga en cuenta el impacto que estas van a generar tanto en aquellos sujetos receptores directos de la nueva regulación pero igualmente a aquellos que van a ser destinatarios colaterales de la misma, y sobre todo cuando estamos en un sector tan sensible como es el de los servicios de cuidado y apoyo en los hogares que requiere nuestra sociedad.
No se puede dejar atrás a una parte de la población por favorecer a otra, si precisamente una es codependiente de la otra para ver sus derechos protegidos.
Un impulso global a un sector fundamental que de conseguirse una regulación adecuada va a ayudar a la transición que desde el Ministerio de Asuntos sociales se está llevando a cabo como es la ambiciosa Estrategia de desinstitucionalización que puede apoyarse en un sector que complementa a los servicios proporcionados por la ley de dependencia, que es capaz de prevenir situaciones de mayor dependencia y soledad y así favorecer el mayor tiempo posible en los hogares recibiendo el cuidado oportuno y que es esencial para ayudar a muchas personas en la Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral.
Ayudas a las familias empleadoras para poder cumplir con los requisitos de contratación que ahora se están proyectando, entre los cuales la prevención de riesgos laborales, el despido, o la formación, y se regule adecuadamente la labor de las agencias de colocación y las entidades prestadoras del estos cuidados para evitar situaciones de inseguridad jurídica tanto para los emprendedores y emprendedoras del sector, como para trabajadoras y usuarios así como que se les permita ofrecer sus servicios de apoyo y competir en igualdad de costes con el empleo directo, permitiendo a los particulares delegar su carga administrativa que supone y obligaciones contractuales,
Desde la AESPD, se tiene el convencimiento de que con una regulación adecuada este sector será una fuente de bienestar para nuestra sociedad, haciéndolo sostenible y un sector profesionalizado y de futuro.
La AESPD es la asociación patronal del sector de los Servicios personales y domésticos, que agrupa tanto a entidades del sector, con y sin ánimo de lucro, como a organizaciones de profesionales de asistencia en el hogar, así como asociaciones de empleadores y usuarios, cuyo propósito como patronal del sector a nivel nacional es colaborar con las Administraciones Públicas y Agentes Sociales para desarrollar el contenido regulatorio del sector de manera beneficiosa para la sociedad, tal como ya se viene haciendo en otros países vecinos de la Unión Europea.
Para más información:
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