Es decir, con la rebaja del IVA no se está yendo al fondo del problema y los precios básicos volverán a subir nada más que se termine la rebaja en la luz o en los productos de primera necesidad”, denuncia Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Además, USO reclama que estos cambios fiscales “formen parten de una reforma estable y a largo plazo, que los tipos no cambien de un mes a otro. Por ejemplo, con el fin de la protección, se puede generar un efecto indeseado de acumulación en los últimos días y rebote mayor de los precios”.
Mientras tanto, los salarios siguen rozando la inflación, sin recuperarse de décadas de poder adquisitivo. En julio, ha sido del 2,99 %, un poco más alta que el índice general, “pero por debajo de los principales gastos de una familia. La alimentación, al 3,1 %; y la vivienda, al 3,2 %”, analiza Pérez.
En el acumulado desde 2021, la subida de los alimentos sigue siendo la más alta de todas las partidas, con casi un 30 %, liderada de lejos por el aceite y luego, por la leche.
Además de una reforma fiscal estable para los principales bienes y servicios, USO reclama “una protección más efectiva de colectivos vulnerables; pero, sobre todo, de la infancia. La pobreza infantil ha crecido muy por encima de la general, y en gran parte se debe a la imposibilidad de que los hogares con niños puedan darles una dieta sana por el alto precio de nutrientes tan básicos como la fruta, la leche, la carne o el pescado. Esto provocará un aumento de enfermedades crónicas en la adolescencia y edad adulta, y un mayor gasto en sanidad que hoy puede corregirse”.