www.elmundofinanciero.com

LA VERDAD POR DELANTE

España tras el pacto. Parte V y última: la España de hoy

· Por Enrique Calvet, ex europarlamentario

martes 03 de septiembre de 2024, 07:46h
España tras el pacto. Parte V y última: la España de hoy
Ampliar
Pues les aparece este modesto billete prácticamente el día de la inauguración del nuevo curso político, segundo de la presente legislatura. Las hilvanadas cuatro últimas reflexiones semanales conducían a considerar cual es, en sus rasgos más absolutamente esenciales y radicales, la nueva democracia española, la “polis”, que va a tener que ser dirigida y gestionada en el nuevo curso, y los interrogantes que plantea, tras el pacto Sánchez/Illa-separatistas catalanes admitiendo la realidad y sin llevarse a engaños. Y aplicaremos el método de basarse en la evidencia.

En primer lugar hay que admitir que España, hoy en día, ha dejado definitivamente de ser un conjunto de ciudadanos embarcados en un proyecto histórico común para convertirse en un conglomerado de territorios en dialéctica difícil más o menos arbitrada, con vaivenes, por una superestructura débil que sería el Gobierno del Estado. Esto tiene una importancia colosal porque supone que la soberanía española ya no reside en sus ciudadanos sino que reside en sus estructuras territoriales. De resultas de ello acaece otro hecho de extraordinaria gravedad: ya es imposible, materialmente imposible, considerar España una unión de ciudadanos iguales ante la ley y en derechos, ni solidarios. Es más, se establece nítidamente una dinámica desigualitaria imparable entre los ciudadanos por cuestión de territorio …e ideología. Dejamos a los lectores que piensen en qué medida la pérdida de estos dos valores “republicanos” (Igualdad y fraternidad) influye en la consistencia del tercer valor: la libertad. Lo importante es recalcar que esta es la situación y está sólidamente implantada a nivel de Gobiernos y a nivel institucional. No se trata de impedirlo, pues necesitaría de una revolución impensable a corto plazo, se trata de admitir de frente lo que hay, sin ensoñaciones, a la hora de plantearnos la actitud a tomar como gestores de lo corriente, o como votantes, o como militantes o como gobernantes. En la España de hoy ya no tiene sentido hablar de igualdad y solidaridad, y quien utiliza esas palabras desde los dos grandes Partidos o desde los Partidos auto llamados progresistas (¿?) miente y pretende engañar con sus socolores. De pasada diremos que esa realidad, ahora innegable, mucho tiempo larvada, condiciona muy mucho la gestión de los asuntos “corrientes”, grandes o pequeños, (política económica coyuntural, política migratoria, política energética, educación, etc…) España es más ingobernable que nuestros aliados del club democrático.

La manera como hemos llegado a esta situación también influye en los interrogantes del momento. Era necesario subvertir principios esenciales del espíritu de la CE del 78, que es, a estas alturas una simple Constitución nominal o un disfraz para hacer cualquier cosa (Loewestein), y para ello no ha habido más remedio que minar o neutralizar Instituciones claves como Poder Judicial, Tribunal Constitucional, la Academia, las fuerzas de seguridad, los Partidos, etc…(Justamente el curso empieza con el reforzamiento de purgas en la Guardia Civil y con la puesta en marcha de purgas en el PSOE, que hace un tiempo que ha dejado de ser un Partido al uso en Europa). Eso inevitablemente complica las cosas para una democracia joven pues entraña inseguridad jurídica, debilitamiento del apoyo al sistema democrático y graves disfunciones sociales. Pero no podemos olvidar que también se ha llegado a la España de hoy con la aquiescencia, la complicidad o el desinterés de una gran masa crítica de ciudadanos y de votantes. En pocas palabras, son muchos, muchísimos, los ciudadanos con DNI español de hoy a los que les importa un tomín la igualdad y la solidaridad entre españoles y les parece bien lo que ha sucedido y está pasando. Dejando de lado a los que, roblizamente, quieren destruirlas. No parece serio ya estas alturas y tras el “pacto confederal asimétrico” decir que es que no se han dado cuenta. Sencillamente muchos creen que no es tan grave, ni grave siquiera, y que se puede ir tirando así. En otras palabras, los que soñamos desde el franquismo en establecer una democracia de ciudadanos, libres, iguales y solidarios somos una minoría en vía de extinción. Mala pata.

Pero lo importante es que partamos de un reconocimiento de la realidad antes de empezar este curso político y que no tengamos que tragar soflamas engañosas sobre la igualdad o sobre la constitucionalidad o sobre la democracia o sobre una España que ya no existe. Sólo desde la asunción de la realidad podremos preguntarnos qué hacer (o no hacer), qué actitud tomar, cómo votar, cómo educar a las siguientes generaciones, cómo guarecernos a nivel personal (e insolidario), qué tipo de súbditos queremos ser…

Algunos, muchos, de los que querrían que las cosas no fueran así, centran todo en demonizar a Sánchez y encontrar la manera de que se vaya. Demasiado bonito y demasiado ingenuo; realmente están aspirando a gestionar asuntos corrientes de otra manera. Pero de cara a la España estructural aunque invertebrada que tenemos hoy, también hay que hacerse otra pregunta: se va Sánchez. ¿Y qué?

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios