Lo primero que se trato y que era necesario poner encima de la mesa, porque es ciudad y forma parte de ella, es la Fiesta Mayor. En la última Granollers salió en todos los medios de comunicación. Una fiesta que ha conseguido ser mediática, a nivel nacional, gracias a dos partidos políticos, ERC y CUP, que montaron un taller antisistema, aunque ellos digan que nunca renunciarán “a ninguna de las libertades que nos hace como somos”.La agrupación, dentro de los Blaus, forman parte de la CUP, que son “extrema”, pero de izquierdas, progresistas y nacionalistas catalanes. Por eso la prensa les ríen las gracias, aunque sus actitudes son antidemocráticas.
Pues bien, se debe pedir, a cualquier gobierno transparencia y responsabilidad. Transparencia para saber cuánto dinero de nuestros impuestos van a las dos entidades -Blancs y Blaus- que se encargan de organizar la Fiesta Mayor. Y responsabilidad para que no vuelvan a ocurrir casos como los vividos. También la Fiesta Mayor se debe adaptar al siglo XXI. Esto implica controlar de qué manera crece o mejora en lo dicho anteriormente, en transparencia, responsabilidad y gestión.
El discurso presentado por la alcaldesa de Granollers, Alba Barnusell, en el Pleno del Estado de la Ciudad fue electoralista. Parecía un cuento, aquel de Alba en el país de las maravillas. Un discurso fuera de la realidad actual de Granollers que, con toda seguridad, aunque los socialistas no se lo crean, les haría perder las elecciones.
Un pleno como al que asistimos se ha de centrar en el estado de la ciudad de este año, como he comentado anteriormente. Sin embargo, lo hicieron sobre los cuatro años de mandato. Se deben anunciar medidas concretas. No oímos nada de todo esto. Todo fueron ideas, proyectos, futuribles, pero nada concreto a corto término.
EL PSC de Granollers está crecido desde que Salvador Illa fue nombrado presidente de la Generalidad de Cataluña. Ahora tocan poder en Cataluña, en el Estado con Pedro Sánchez, en la Diputación de Barcelona y, como no, tienen mayoría municipal. Viven un sueño del que no quieren despertarse. Y, como ocurre algunas veces, los sueños se pueden convertir en pesadillas. Y pensar que nada ocurrirá y todo seguirá igual los puede llevar a desastre a corto y medio plazo. Por eso la afirmación que hoy perderían las elecciones.
Hay temas que son candentes a nivel municipal y que deben tratarse a corto plazo. El Ayuntamiento de Granollers no puede mantener, él solo, la Escuela de Educación espacial Montserrat Montero. Se tienen que buscar fórmulas para la viabilidad de este centro y rebajar la sobrecarga presupuestaria que actualmente se está asumiendo como consistorio.
En Granollers la vivienda social de alquiler brilla por su ausencia. Y no es un caso de hoy, ni de antes de ayer. Llevan un retraso, el gobierno socialista, de 40 años. También es un problema la seguridad. Ahora ya no vale decir que la responsabilidad es de la Generalidad. EL Consistorio debe solucionar temas como la vivienda, la seguridad. Y a esto añadiría que en la Ronda sud se deben poner, de una vez por todas, las cámaras de control y ya empieza ser hora de que la titularidad de la vía pase a ser de la ciudad. También se deben arreglar las aceras del barrio del Hostal. Y centrarse de cara al futuro. Con las irregularidades que hay hoy en día, nadie se puede plantear que Granollers llegue a los 70.000 habitantes.
Les queda mucho trabajo por hacer y, en gran medida, parece como si se estuvieran durmiendo en los laureles, con aquella prepotencia de que lo tienen todo hecho porque mandan en todas partes. Que no se equivoquen. Lo que hoy es blanco, mañana puede ser negro o gris. El votante recuerda las cosas que han pasado a corto tiempo. Su memoria es selectiva y, los votantes de hoy pueden ser contrarios dentro de tres años. El equipo de gobierno de Granollers debe cambiar el chip.