Es importante que el conglomerado friki-woke-proseparatista se caiga por su propia podredumbre de forma inverecunda. Porque el ciudadano alejado de la política apreciará más nítidamente la destrucción y el colosal engaño aportados por la colla de Errejones, Monederos, Iglesias, Díaz, Monteros, Belarras y compañeros “mártires”. Pero es el momento de recordar que tanto han destruido porque Pedro Sánchez los llevó al poder, caso único en Europa. Y el punto interesante es que el hecho sucede cuando también el inefable Presidente del Gobierno se está cubriendo de deshonor.
Estamos convencidos que el Doctor Sánchez no ha buscado ni busca lucro personal; probablemente en cuanto a corrupción económica se le deba achacar culpabilidad “in negligendo” e “in vigilando”, pero su enfermizo afán de “poder”, para el que no duda en sacrificar el bien común y la democracia española no persigue satisfacer ambiciones económicas. Pero lo suyo es peor. El día que admitió que había presidido un Consejo de Ministros, sin inhibirse, en el que se otorgó una cuantiosa ayuda financiera a una compañía gracias al informe/solicitud de su esposa allí presentado, y no dimitió, se cubrió aún más de deshonra y de falta de respeto a la decencia democrática más elemental.
Esa absoluta ignorancia de lo que exige la ética implícita a toda democracia no hace más que explosionar cada día con las artimañas, engaños, socaliñas, amenazas tabernarias, mentiras y desprecios con las que intenta esconder sus innegables responsabilidades políticas como Presidente de Gobierno y como Secretario General del PSOE en el albañal de hedor insoportable en que se ha convertido la política española. No es lo penal, es la política, y la víctima es la democracia española. Y es bueno también que cuando se vaya, se vaya con el total deshonor que merece para que nos sensibilicemos más al momento de especial emergencia que vivimos. Entre otras cosas podría ayudar a que el PSOE se regenere o a que surja un verdadero Partido socialdemócrata patriótico en España.
Pero eso nos lleva a las primeras oraciones de este billete. Hay quien piensa que la solución a nuestra descomposición es que se vaya el Doctor Sánchez. Con dimisión forzada, con elecciones anticipadas perdidas, o como sea. Desgraciadamente no es así. Aunque se vaya con la losa del deshonor, el turnismo no será la solución profunda y real a la deriva suicida. La salida del Doctor Sánchez, es sin duda necesaria, pero muy, muy insuficiente. ¿Por qué? Porque la posibilidad de recobrar un camino para España hacia una sociedad democrática de ciudadanos libres, iguales y solidarios, de recomponer un Estado de Derecho digno, de asegurar la supervivencia de la Nación en sus lindes actuales, pasa por desmontar las barbaridades estructurales que se han hecho en los últimos decenios, aceleradamente en los últimos lustros. Para “resetear” la Constitución que dijo don Felipe Gónzalez, es indispensable limpiar el terreno de todas las perversiones que ha sufrido el espíritu constitucional del 78. Y eso no es tarea para un solo líder ni un solo Partido, sino para un Gobierno de salvación nacional apoyado por una amplia masa crítica de la sociedad civil.