Es evidente que el Internet de las Cosas ha revolucionado el mundo de las comunicaciones, sabiendo que la información y los datos que se obtienen de sus aplicaciones son fundamentales para un correcto funcionamiento. Lo cierto es que, desde hace tiempo, los expertos están creando nuevos métodos para poder recopilar datos lo que, a su vez, permiten a los usuarios mejorar el proceso de toma de decisiones, ya que estos avances hacen que se puedan obtener más y mejores resultados y de una manera mucho más rápida.
En este contexto, es donde hay que hablar del Satélite IOT, un sistema que está mejorando la comunicación en todos los sentidos. Aunque en la actualidad siguen habiendo brechas en cuanto a la cobertura de móviles, hay que decir que la conectividad por satélite se ha convertido en la mejor opción para poder obtener información desde cualquier punto del mundo, gracias, entre otras cosas, a la puesta en marcha de la constelación de FOSSA.
¿Cómo funciona el sistema?
Para que el IoT satelital funcione de manera correcta, es esencial que se lleven a cabo todos los pasos del proceso.
De esta forma, la primera fase será la recolección de datos. La recogida de los datos que tienen los activos se hace a través de sensores, su despliegue facilitará el proceso, sabiendo que todo esto dependerá del uso que se le dé en cada caso al activo en cuestión.
La siguiente fase es la de envío de datos. En este sentido hay que decir que FOSSA XL se presenta como una especie de enlace para poder realizar el envío de esos datos a la red de los satélites. Además, hay que decir que ciertos dispositivos, como los denominados LoRa, tienen la capacidad de conectar de manera directa a dichos satélites, lo que es una gran ventaja.
El tercer paso será la descarga de los datos. En este sentido, hay que decir que cada uno de los satélites que conforman la red almacenan de manera adecuada la información que reciben de los dispositivos que están en tierra y la envía en el momento que se encuentra en visibilidad de las estaciones terrestres.
Luego se llevará a cabo la distribución de los datos, es decir, esto se produce cuando la información en tierra llega a los usuarios finales a través de la API de FOSSA y, a partir de ahí, se integra también en todas las herramientas de IoT que son de procesamiento.
Finalmente, llega el momento de la toma de decisiones. Sin duda, una toma más inteligente ya que toda la información que ha sido procesada se transforma en conocimiento, lo que permite mejorar y facilitar la comprensión integral de todas las operaciones.
Ventajas de esta tecnología
Teniendo en cuenta el funcionamiento del sistema y todo lo que aporta, además de su importancia, no es de extrañar que esta tecnología sea cada vez más utilizada, sobre todo, por todas las ventajas que ofrece.
De esta forma, hay que destacar la cobertura, puesto que ofrece mucha más que otros sistemas sin que influyan las distancias terrestres o cualquier variación en la geografía de un territorio.
Por supuesto, otra de las grandes ventajas es la fiabilidad del sistema, ya que, tanto la conectividad como la cobertura se garantiza en más de un 99%. Asimismo, se trata de una tecnología bastante duradera, porque puede tener ciclos de vida de más de 20 años.
De igual modo, destaca su inmediatez a la hora de ofrecer soluciones en cuanto a conectividad y además, es un sistema con mayor seguridad.