El Teletrabajo celebra su Día Internacional el próximo 16 de septiembre, convertida en una modalidad laboral que resiste, pero que también muestra síntomas de retroceso en los últimos años. En el caso de España, los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (INE, cierre de 2024), muestran que un 7,8 % de la población ocupada trabajó desde su domicilio más de la mitad de los días (cerca de 1,7 millones de trabajadores), y otro 7,6 % teletrabajó de manera ocasional (1,6 millones), lo que implica que, en conjunto, 3,3 millones realizan su actividad profesional en remoto, es decir, algo más del 15 % de las personas ocupadas. Estos porcentajes suponen un repunte frente a 2023 (7,1 % en modalidad habitual y 7 % en ocasional), pero se mantienen por debajo del máximo alcanzado durante la pandemia, en 2020, cuando el 10,8 % de los ocupados trabajaban habitualmente desde casa. Y a nivel europeo, de acuerdo con Eurostat (2024), en la UE-27 teletrabaja de forma habitual el 9% de la población ocupada, un punto por encima de la media española.
En este contexto, InfoJobs, la plataforma líder de empleo en España, ha analizado un año más la situación de esta fórmula laboral en nuestro país y presenta su V Radiografía del Teletrabajo en España, elaborada a partir de encuestas a más de 4.600 personas de la población activa y a 1.500 empresas. El informe revela que uno de cada cuatro trabajadores ocupados (25 %) teletrabaja en la actualidad, frente al 75 % que mantiene un esquema 100 % presencial. Entre quienes trabajan en remoto, la mayoría lo hacen en formato híbrido (19 %), mientras que solo un 6 % desarrolla su actividad de manera totalmente remota. La intensidad del teletrabajo también presenta un patrón definido: solo un 21 % lo ejerce todos los días, mientras que la mayoría (casi ocho de cada diez) combina días en remoto y días presenciales, lo que refuerza el papel del modelo híbrido como fórmula dominante en España.
Desde el punto de vista de las empresas, el 46 % ofrece alguna modalidad de trabajo en remoto, un registro muy similar al del año pasado (45 %). Esta cifra supone el primer repunte, aunque leve, tras la caída iniciada en 2021, cuando tres de cada cuatro compañías permitían teletrabajar. Si nos centramos en la tipología de modalidad ofrecida, los datos muestran un cambio en la composición. El teletrabajo 100% remoto sigue reduciéndose y pasa del 12 % al 11 % de las empresas que lo ofrecen, mientras que el modelo híbrido recupera espacio al crecer del 33% al 35%. Es decir, el descenso de 2024 se debió principalmente al retroceso del híbrido, que ahora vuelve a ganar peso, mientras que la opción totalmente remota mantiene una tendencia más contenida a la baja.
El debate sobre el teletrabajo ya no pasa por un “sí o no” rotundo, sino por la capacidad de adaptarlo a las necesidades cambiantes de empresas y trabajadores. Tras un ciclo de auge, retroceso y posterior estabilización, los datos de enero a agosto de 2025 apuntan a un modelo que ha alcanzado cierta madurez: el teletrabajo mantiene una presencia limitada pero estable en el mercado laboral español.
Más que un modelo fijo, el teletrabajo se configura como una fórmula dinámica y en constante revisión. La clave de su futuro pasa por encontrar un punto de equilibrio: garantizar flexibilidad y conciliación para los profesionales, al tiempo que se preservan la productividad, la cohesión y la capacidad de atracción de talento de las empresas. En este sentido, el teletrabajo se consolida como un elemento estratégico dentro de la organización del trabajo, sujeto a ajustes continuos más que a decisiones definitivas.
La brecha entre empleados y empresas: el 12% de los trabajadores notan recortes, frente al 3% de las compañías que los reconocen
El estudio pone de relieve la tensión entre las preferencias de los trabajadores y las decisiones de las empresas. Para quienes ya teletrabajan, esta modalidad es un aspecto crítico de su relación laboral: el 43 % asegura que cambiaría de empleo si su compañía eliminara el trabajo en remoto, aunque el resto de las condiciones fueran similares. Entre el 57 % que no optaría por cambiar de trabajo, la mayoría reconoce que su motivación se vería afectada: un 27 % intentaría negociar una mejora salarial, un 17% continuaría pero con menor compromiso, y solo un 13 % afirma que mantendría el mismo nivel de implicación.
Desde el lado de las empresas, la previsión es mucho menos drástica. El 79 % declara que mantendrá sus condiciones actuales de teletrabajo en los próximos seis meses, frente a un 12 % que todavía no lo ha decidido. Apenas un 6 % contempla ampliar la posibilidad de teletrabajar, mientras que las que prevén reducir o eliminar esta modalidad se sitúan en niveles residuales (3 %). En contraste, un 12 % de los trabajadores afirma que su empresa redujo o eliminó el teletrabajo en el último año, lo que refleja una brecha entre la percepción de los empleados y los planes que declaran las organizaciones.En la gestión de equipos también hay disparidad: un 42 % de las empresas considera que el teletrabajo complica la coordinación, frente a un 31 % que cree que la facilita y un 27 % que no aprecia impacto. La experiencia influye: las compañías con modelos híbridos o remotos lo valoran de forma más positiva, mientras que las totalmente presenciales concentran las percepciones más negativas.
El teletrabajo en las categorías profesionales:informática y telecomunicaciones, el sector estrella, según datos de la plataforma
Entre enero y agosto de 2025 se han publicado en InfoJobs 187.906 vacantes con teletrabajo (12 % del total), un 19% menos que en el mismo periodo de 2024. En la totalidad de 2024, estas posiciones ascendieron a 337.989 (14 % del total). La caída se enmarca en un contexto donde el crecimiento del empleo se concentra en el sector servicios y en actividades que requieren presencialidad, lo que limita la expansión de las ofertas con opción de teletrabajo.
Otros sectores con presencia significativa de vacantes en remoto son comercial y ventas (21% de las ofertas de teletrabajo publicadas en InfoJobs), atención al cliente (11%) y educación y formación (9%). Geográficamente, la oferta se concentra en Madrid (40%), Cataluña (19%) y Andalucía (11%).