El personaje es Martín. Tiene un trabajo aburrido, amigos regulares y una imaginación hiperactiva. “Su trabajo, como el de muchas personas, consistía en sentarse durante ocho horas delante de un ordenador mirando la pantalla con absoluto desinterés. De cuando en cuando alguien importante con corbata o sonoros tacones se acercaba a comentarle algo por encima del hombro, momentos en los cuales Martín tenía que hacer uso de su amplio repertorio de caras de «interés extremo)”. Hasta que un día decide hacer lo impensable: encontrar al jefe del mundo para preguntarle por qué las cosas son como son.
En su camino se topará con situaciones que lo obligarán a replantearse todo lo que creía saber sobre la vida. El viaje de Martín no es una simple aventura fantástica, sino un espejo distorsionado de nuestro día a día, donde lo absurdo y lo poético conviven para hacernos pensar: ¿por qué nos hacemos daño?, ¿puede el mundo cambiar?, ¿de verdad alguien tiene las respuestas? A partir de ahí, lo absurdo y lo cotidiano conviven para dar forma a un relato tan accesible como profundo. Además de bucear en su propio universo creativo, el autor se ha inspirado en referentes clásicos y actuales, como Michael Ende o Terry Gilliam, logrando una historia que emociona, hace sonreír y despierta la reflexión. Desde situaciones cargadas de humor “El jefe del mundo” es una fábula ilustrada para adultos. Es un libro para quienes sospechan que la realidad está sobrevalorada y una invitación a mirar el mundo con ojos nuevos, aunque no sepamos del todo cómo funciona.
Ficha técnica:
El jefe del mundo
René Merino
Editorial Lunwerg
160 páginas
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