Samuel Delesque, cofundador de Traditional Dream Factory (TDF), asegura que “la crisis de la vivienda no es solo económica; es social y ecológica”. Así es como nace su proyecto, que busca dar respuesta a esta situación con un modelo innovador: comunidades regenerativas que combinan vivienda asequible, sostenibilidad y vida colaborativa. “El cohousing ofrece más que un techo; ofrece una comunidad, resiliencia compartida y una forma de vivir de manera asequible sin renunciar a la calidad de vida”, añade Delesque.
Del individualismo urbano al cohousing regenerativo
Ante el aumento imparable de los costos de vivienda, está surgiendo un modelo de vida diferente. Traditional Dream Factory (TDF), la primera ecovilla regenerativa de Europa financiada mediante tokens, se ha aliado con Kinterra, una empresa especializada en soluciones de desarrollo rural, para crear un modelo escalable de comunidades sostenibles. “Queremos construir un marco que proporcione una base material asequible: agua y energía limpias, alimentos saludables y vivienda digna, que pueda replicarse en todo el mundo”, afirma Roy Duer, cofundador de Kinterra.
El próximo capítulo para TDF es ambicioso: un barrio de cohousing con 23 viviendas diseñado por el galardonado estudio portugués CRU atelier en colaboración con Enklava, desarrollador de vivienda regenerativa. Este barrio integrará infraestructuras compartidas, como microredes energéticas, sistemas de captación de agua y producción comunitaria de alimentos, adoptando además arquitectura bioclimática con materiales locales y de bajo impacto. La construcción modular garantizará la asequibilidad sin sacrificar durabilidad, mientras que la integración digital mediante sensores Smarthoodspermitirá recopilar datos en tiempo real sobre agua, energía y biodiversidad, asegurando una gobernanza transparente a través del panel Closer.
“El cohousing ofrece más que un techo: ofrece comunidad, resiliencia compartida y una forma de vivir de manera asequible sin renunciar a la calidad de vida”, señala Delesque. TDF aspira a convertirse en un laboratorio vivo de resiliencia, demostrando así que es posible combinar vida asequible, sostenible y comunitaria con calidad y un impacto ambiental positivo.
El enfoque de TDF rompe las reglas del juego. Su modelo Web3 redefine la noción de propiedad: la tierra pertenece a una asociación tipo Land Trust, mientras que los ciudadanos tienen derecho de uso y la responsabilidad de cuidar el territorio. Este enfoque busca optimizar recursos, reducir el impacto ambiental y, al mismo tiempo, fomentar una comunidad creativa y colaborativa. El objetivo final es ambicioso: replicar este modelo en otras partes del mundo, catalizando un cambio hacia estilos de vida regenerativos que respondan a los retos del siglo XXI.
Para sentar estas bases, TDF se ha asociado con Village Portal, un colectivo noruego especializado en facilitación de cohousing y gobernanza comunitaria. Juntos lanzarán en octubre un programa pionero de Cohousing de seis meses, que combinará talleres online y presenciales para guiar a los futuros residentes en modelos financieros, acuerdos culturales y prácticas de gobernanza. Así se garantiza que el barrio no solo esté diseñado arquitectónicamente, sino también cocreado social y ecológicamente por sus ciudadanos desde el principio.