En este contexto, un estudio elaborado por Sociedad de Tasación junto con agentes locales anticipa que en Baleares podría producirse un incremento cercano al 10% en los precios hacia finales de 2025. Esta proyección se explica por el desequilibrio entre oferta y demanda, además del sostenido interés de compradores internacionales, que continúa ejerciendo presión y elevando las expectativas de crecimiento.
Las tendencias registradas en los últimos años confirman esta evolución. En Ciutadella, el valor de la vivienda usada pasó de 1.850 €/m² en 2019 a una previsión de 3.200 €/m² para 2025. La demanda constante y la escasa disponibilidad de obra nueva contribuyen al aumento sostenido del precio por metro cuadrado. En Maó, la evolución ha sido progresiva pero firme: de 1.650 €/m² en 2019 a 2.800 €/m² en 2025. La presencia del puerto, los servicios públicos y la cercanía al aeropuerto consolidan a la capital como una opción estable para residentes y para quienes buscan invertir.
La demanda creciente también impulsó el interés profesional en el sector. Para ejercer como agente inmobiliario se requiere cumplir con determinados requisitos que acrediten formación y experiencia. Desde Menorca Secret señalan que “la preparación adecuada es esencial, ya que el mercado exige conocimientos legales, capacidad de gestión y un acompañamiento responsable durante cada etapa del proceso de compraventa”. La profesionalización se volvió un punto clave para ofrecer un servicio de calidad.
El atractivo no se explica únicamente por la evolución del sector, sino también por la diversidad del entorno. La isla combina zonas urbanas, áreas rurales y espacios costeros, cada uno con particularidades que influyen en la decisión de compra. Las localidades próximas al mar ofrecen acceso inmediato a playas y actividades náuticas, mientras que el interior propone un ritmo de vida más tranquilo, valorado por quienes buscan desconexión y contacto con la naturaleza.
Vivir en Menorca significa acceder a un estilo de vida marcado por la calma, la cercanía comunitaria y el respeto por el entorno. La integración de nuevos residentes se desarrolla en un ambiente abierto, donde la comunidad local convive con quienes eligen la isla como nuevo lugar de residencia. El compromiso con la sostenibilidad, además, forma parte de la identidad del territorio y se refleja en políticas dedicadas a la protección del entorno natural.
El turismo responsable también contribuyó al desarrollo. Muchas propiedades se adquieren como inversión para alquiler vacacional, una tendencia que ofrece oportunidades tanto para propietarios como para agentes. Este movimiento requiere asesoramiento profesional para cumplir con la normativa vigente y garantizar un uso adecuado de las viviendas, especialmente en un territorio que busca equilibrar actividad económica y cuidado ambiental.
A medida que el sector avanza, se vuelve esencial promover prácticas éticas y sostenibles que consideren el bienestar de la comunidad y el equilibrio del territorio. Comprender las demandas, las expectativas de los compradores y los cambios normativos será clave para mantener un crecimiento ordenado. En este camino, Menorca continúa consolidándose como un destino atractivo tanto para vivir como para invertir, con un mercado que sigue evolucionando y ofreciendo nuevas oportunidades.