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SEMANA DEL 12 DE MAYO

Análisis de los mercados

Por Arcadi Orrit (InverConsulting)

martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
Arcadi Orrit (InverConsulting)
Arcadi Orrit (InverConsulting)
Después de seis años de estancamiento económico y de numerosas presiones por parte de gobiernos europeos, como el francés, y del mismísimo FMI, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Sr. Mario Draghi, por fin, ha anunciado que tomará medidas, "si es necesario", durante la próxima reunión del BCE el mes de junio. Llegan muy tarde estas buenas intenciones, una vez se ha destruido mucho tejido industrial y ha condenado a las clases medias a un empobrecimiento cuyas consecuencias apenas empezamos a vislumbrar.
Pero no sólo llegan tarde, sino que el BCE se permite el lujo de esperar hasta el mes de junio, como si no hubiera prisa en actuar. Y para más inri, no queda claro el alcance de las medidas que se tomarán y de momento todo parece indicar que simplemente bajarán los tipos de interés, una medida completamente inútil ya que los tipos ya los tenemos prácticamente a cero y lo que necesita urgentemente Europa son medidas no convencionales como las que ha estado aplicando la Fed en Estados Unidos.

A pesar de la obstinación del BCE y de Alemania, el ciclo económico ha ido haciendo su curso y, efectivamente, poco a poco hay algunos signos de mejora, pero no nos engañemos, el futuro próximo vendrá marcado por un crecimiento insuficiente para crear empleo y por una consolidación de la precariedad y el empobrecimiento de una gran parte de la población. Europa ha repetido los errores de la Gran Depresión norteamericana de 1929 (los americanos, en cambio, aprendieron la lección) y, por tanto, las consecuencias también se están repitiendo. Los resultados de las próximas elecciones europeas del 25 de mayo, que con toda probabilidad supondrán un importante ascenso de fuerzas de extrema derecha, extrema izquierda y euroescépticas, serán un buen termómetro de esta negativa situación que Europa ha permitido con su pasividad.

Hemos conocido pocos datos macro europeos, siendo el más destacado las ventas minoristas de marzo en la zona euro, que crecieron un flojo +0,9 % interanual, una décima por debajo de las previsiones. Mientras tanto, la producción industrial alemana y francesa se ​​hundía de nuevo con tasas de crecimiento mensuales del -0,5% y -0,7% durante el mes de marzo, mucho peor que lo que esperaban los analistas, confirmando así lo que comentábamos más arriba. En Estados Unidos, lo más relevante ha sido el ISM no manufacturero de abril, que ha batido las previsiones y continúa en zona de expansión.

En cuanto a las bolsas, han continuado una semana más sin definir tendencia, a pesar de haber insinuado la posible rotura alcista de la que hablábamos en el anterior boletín. El Ibex 35 ha superado los 10.500 puntos y ha ido a tocar máximos semanales en los 10.597 puntos, pero el repliegue de final de semana ha hecho que cerrara en los 10.487 puntos. El Eurostoxx 50 también parecía querer dejar atrás los 3.200, tocando los 3.204 puntos, pero ha acabado cerrando en 3.184 puntos. Finalmente, el S&P 500 sigue sin superar los 1.900 puntos y ha cerrado la semana en los 1.878 puntos.

El escenario técnico sigue, pues, siendo el mismo que la semana pasada: no se consigue superar resistencias pero tampoco el mercado se aleja de las mismas, lo que deja abiertas todas las posibilidades. Aunque insisto en decir que es bastante probable que tarde o temprano el Ibex 35 haga una aproximación a los 11.000 o 11.500 puntos, mientras no tengamos señales claras habrá que mantener la posición de neutralidad de corto plazo, una semana más, a la espera de los acontecimientos.

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