Pero fue el digital de ABC el que, atento a la reunión de la Ejecutiva Socialista para el lunes 23, dio una noticia que parecía intrascendente: Tomás Gómez, el destituido, iría a esa reunión.
- “Vista de lince. Me descubro ante ti con sombrerazo, al leer ABC digital. Tomás Gómez va a echar arenilla en las ruedas de Pedro Sánchez en favor de Susana Díaz” – fue el mensaje de WhatsApp del ingeniero al periodista.
- “Creo que la arenilla ya es un cubo de playa. Hoy Sánchez se ha comido una perora demoledora de Gómez en la Ejecutiva. Demudado no ha querido comentarla” – respondió el periodista al día siguiente.
Se podía recurrir a algunas fuentes e incluso ver si Carme Chacón andaba enredada en el ajo. Pero no fue necesario. Al poco tiempo llegó, vía e-mail, el discurso de Tomás Gómez ante la Ejecutiva. Con 84 líneas divididas en 9 bloques, con un tono seco y duro, el ex secretario General del PSM-PSOE puso ante los miembros de la ejecutiva algunos hechos que en democracia resultan demoledores.
Tras congratularse del resultado de las andaluzas (“Mis primeras palabras serán para sumarme a la alegría por la victoria de ayer y a las felicitaciones…”) y alabar la decisión de adelantar las elecciones andaluzas (“ha ganado un año para Andalucía. Y yo diría que ha ganado más que eso, porque al invertir el orden de las elecciones en el presente ciclo electoral, Susana ha cambiado el signo de ese ciclo para los socialistas de toda España”), el destituido Gómez entró a saco:
“Hace cuarenta días el secretario general tomó una decisión de una trascendencia que no puede escapársele a nadie que se siente en esta mesa. Disolver los órganos de control y de dirección de una federación es una decisión muy grave. Porque esa decisión supone, antes que nada, desposeer de sus derechos políticos a quince mil compañeros y compañeras. Sé que es duro para vosotros tener que entrar en este tema, también lo es para mí, os lo podéis imaginar, pero aunque ni vosotros ni yo hemos tomado estas graves decisiones estamos concernidos por ellas”.
“Sé que hay quien entiende, de manera equivocada, la militancia como una forma de milicia, pero ni siquiera en el Ejército cabe la arbitrariedad, ni el capricho, ni el abuso de autoridad. Entre la disciplina y la sumisión hay una frontera clara para cualquier socialista, y esa frontera tiene que ver con la lealtad de todos a las mismas normas. El argumento de la obediencia debida a los superiores, como refugio para liberarse de la responsabilidad de uno, no es aceptable, y menos entre nosotros. Una decisión de esta gravedad merece una reflexión serena y rigurosa no sólo de este órgano de dirección del partido como órgano colegiado, sino de cada uno de nosotros en nuestra conciencia individual”.
“Porque esta decisión afecta a miles de compañeros y afecta a nuestros valores. Y esos compañeros son ciudadanos y ciudadanas que no entraron en nuestro partido para renunciar a sus derechos políticos, sino para ejercerlos más plenamente, esos ciudadanos decidieron libremente usar el cauce que establece la Constitución para participar en política. Un cauce que no puede ser cegado salvo por razones y procedimientos legales. ¿Si no somos escrupulosos en la protección de los derechos de nuestros compañeros? ¿Alguien creería que lo vamos a ser en la defensa de los derechos de quienes no conocemos? ¿Seremos fuertes frente a las arbitrariedades fuera si las consentimos dentro?”.
“Una vez dijo Felipe González que somos socialistas antes que marxistas. Ninguno de nosotros diría que somos socialistas antes que demócratas. Ninguno diría que el socialismo está por encima de los mecanismos de la democracia, de las normas y los procedimientos que garantizan los derechos y la dignidad de las personas. Nunca cogeríamos ese atajo al socialismo, porque el socialismo que vulnera la democracia no es nuestro socialismo. No solo está en juego nuestra imagen, sino lo que es más importante, nuestra identidad y nuestra conciencia moral”.
“Algunos sostienen que el secretario general ha conseguido, con su acción, ganar la imagen de un líder fuerte. Y lo celebran. Pero ¿cuál es el precio que pagamos todos por esa imagen? No ya los que han sido víctimas inocentes de ese juego de imágenes, sino toda la organización. ¿No hemos perdido la imagen del partido más democrático a cambio de ganar la imagen de una organización en la que el líder, de un papirotazo, puede tumbar decisiones y órganos democráticamente constituidos?...”
“¿Ayuda a mitigar esa imagen que tarde cuarenta días en reunir a esta ejecutiva después de haber llevado a cabo su decisión? Es posible que al secretario general le baste con la bendición de el periódico El País, pero el PSOE debe preservar su autonomía política, y no puede ser el artículo editorial de El País el que dirija los actos del secretario general, ni el que los legitime...”.
“Esta ejecutiva no puede tomar ese atajo, debe devolver su funcionamiento al comité regional para que como en cualquier otra federación apruebe las listas. Porque no hay mejor garantía contra el sectarismo que una listas que se aprueban por amplia mayoría de un órgano tan amplio como nuestro comité regional. Y esta ejecutiva debe proteger a los quince mil miembros de mi federación de la posibilidad de un comportamiento sectario.
“He escuchado que algunos compañeros dicen que en todo este asunto lo que no les ha gustado son las formas. Como si las formas fueran una cuestión estética, como si se tratara de elegir el color de una habitación. ¿Qué es la democracia sino las formas?...”.
“Ni vosotros ni yo nos merecemos esto..., os pido un acto de justicia. Os hablo de la necesidad de devolver la capacidad de decidir a los compañeros y las compañeras de mi federación, y que el comité regional sea restituido en sus funciones”.
Parece que al acabar, el Secretario General, macilento y perturbado, no quiso comentar la intervención del destituido Tomás Gómez.
Con ello, y con ellos, aparecen dos interrogaciones que no son excluyentes:
- ¿Tomás Gómez es el Ave Fénix socialista del momento?
- ¿O se ha convertido en un cubo de arena que hace que chirríen algunos ejes (de Pedro Sánchez) y facilita el marchar de otros (De Susana Díaz)?