www.elmundofinanciero.com

CRÓNICA DEL CAMBIO DE ALCALDÍA EN UN PUEBLO

Alcaldesa nueva

Alcaldesa nueva

Por José Luis Heras Celemín

By José Luis Heras Celemín
lunes 15 de junio de 2015, 09:55h
La vara de mando municipal de Navacerrada (Madrid) pasó de una mujer a otra el día de San Antonio. La fecha de constitución del nuevo Ayuntamiento coincidía con la fiesta del pueblo, San Antonio de Padua. Podía resultar un día histórico y bonito. Y lo fue. De mañana, en la puerta de la Casa Consistorial había expectación, guardias civiles, frío serrano, ropa de abrigo y unos policías municipales. Dentro, tras 24 escalones, el Salón de Plenos, con: 11 cuadros pequeños y 3 grandes. 5 halógenos de bajo consumo. 10 luminarias, 4 apagadas. 3 ventanas a la calle. 2 puertas pequeñas al pasillo y una grande. Y 56 sillas ocupadas por vecinos. Al frente, la Mesa del Pleno. Atrás, el retrato del rey con las tres banderas: Española, Autonómica y Local. En la puerta, un par de policías de uniforme y los espectadores que se quedaron sin asiento.


A las ocho y media, puntual y sentada en el centro de la mesa, la secretaria municipal empezó el acto para la formación del nuevo Consistorio leyendo el Acta de Proclamación de Candidatos. Los votos depositados en las urnas (VxN: 358, PP: 527, PSOE: 442 e IU: 105) habían supuesto el reparto de concejales ya conocido: VxN: 3, PP: 4 y PSOE: 4. Tras recordar la norma electoral (Art. 195.2 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General), se formó la Mesa de Edad. La secretaria dijo que se habían presentado las credenciales y declaraciones de Actividades y Bienes de los electos. Y los concejales se levantaron para jurar o prometer el cargo.

“Juro o prometo por mi conciencia y honor”
  • “Por mi conciencia y honor”, repitió once veces, con cada uno de los concejales, una señora del público convertida en fedataria ciudadana.
Habiendo quorum, anunció la Secretaria, “Queda constituida la Corporación”.

Después, una reseña formal al Acta de Arqueo, “que está en Secretaría”, lectura de la norma para la presentación de candidatos a alcalde, la nominación de dos candidaturas, el resultado (Izaskun, del PP, 4. Ana Paula, del PSOE, 7), y la proclamación solemne:

“Habiéndose conseguido mayoría absoluta, queda proclamada alcaldesa Ana Paula Espinosa Izquierdo”.

A continuación, juramento de la alcaldesa, toma de la vara de mando y, en su primera acción de gobierno, el descubrimiento de una forma de ser, y de hacer, que eleva a la categoría de sublime la acción política cuando ésta se convierte en integradora de unos políticos que merecen, además de acompañamiento, el respeto de propios y extraños.

Y es que la primera acción de la alcaldesa socialista fue, lección magistral de una demócrata imponente, darle la palabra a una Oposición que, para admiración de serranos y urbanitas, no le fue a la zaga.

La alcaldesa saliente del PP, ya ex alcaldesa, agradeció votos y apoyos y, en el mismo tono, declaró: “Ana Paula, confío en ti. Pongo mi grupo a tu disposición desde la oposición y me ofrezco yo para lo que necesites, como mujer política, para hablar de lo que quieras y para ayudarte en lo que necesites”

El otro grupo, de vecinos sin fidelidades a siglas nacionales, fue simplemente magnífico, no sublime, porque ése es un estado que corresponde a una disposición anímica especial que no le correspondía por la situación. “Nos presentamos para hacer un cambio y trabajar… El pueblo ha pedido un cambio. Por eso votamos a Ana Paula. No es un cheque en blanco. Estaremos con el PSOE si trabaja más por los vecinos que por las siglas... Ana Paula, nos ponemos a tu disposición”.

Una vez la Oposición oída, la nueva alcaldesa, emoción a flor de piel y ojos en lágrimas, hizo su primer discurso:

“Gracias: A mis padres (los primeros), hermanos, cuñados. A mi marido, equipo de trabajo que me apoya. A quien hace 12 años me puso en un equipo. Gracias a Vecinos por Navacerrada, por confiar en un programa en común que va a salir bien… Aunque pertenezco al PSOE, mi gobierno será para el pueblo, que está por encima de siglas y que es el pueblo más bonito de España…Y, como hoy es 13 de junio, que es la fiesta de mi pueblo y San Antonio, Viva San Antonio”.

Así acabó el acto. Habían pasado 41 minutos justos.

En la calle, al sol, un viejo leía la prensa: Las 4 decisiones más importantes, de las que escribía un psiquiatra. Grisómalo, el carnero despellejado que se convirtió en la constelación de Aries y que usaba con fines políticos el jefe de opinión del periódico. Puente aéreo populista con Carmena y Carmona cambiando cromos en el Lavapiés madrileño. Ada Colau y Alfred Bosch haciendo lo propio en Barcelona. El premio póstumo a Santiago Castelo, redivivo en sus versos. Y el habar con olores a nardo citado por Mónica Fernández Aceytuno.

Pero el pueblo estaba de fiesta. Y en la puerta del Ayuntamiento se servía chocolate y anís en vasos de plástico con churros y rosquillas.

A media mañana, bajaron al santo de la peana, lo pusieron sobre unas andas, colocaron éstas sobre una carreta tirada por unos bueyes, y comenzó la romería. A la ermita, en pleno campo y a media montaña. Misa y comida campestre para todos.

Al acabar la jornada, la televisión daba cuenta de las noticias del día: La formación de los nuevos Ayuntamientos. Los pactos en los municipios más importantes de España. La visión fabricada, y hasta prefabricada, de los creadores de opinión. Y opiniones varias, unas siguiendo pautas y argumentarios, y otras, distintas, acaso no.

Las cadenas de televisión nacionales daban cuenta de la realidad política nacional de una jornada importante. Pero distinta, y de entidad mucho menor, que la protagonizada por dos mujeres jóvenes, alcaldesas de Navacerrada, un pueblo de la sierra en el que una de ellas sustituía a la otra. Las dos protagonizaron un acto humano especial. En él, la política por excelencia, la política municipal, de pueblo y del pueblo, alcanzó la categoría de sublime.


¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios