PROVOCACIÓN QUE CHINA NO CONSIENTE
Corea del Norte reta al mundo al lanzar un nuevo misil
· Por Santiago Castillo, director de www.asianortheast.com y experto en la zona
jueves 11 de febrero de 2016, 09:10h
Corea del Norte no hizo caso a la comunidad internacional para que desistiera de lanzar un nuevo misil de largo alcance, un mes después de que hiciera la cuarta prueba nuclear, pero Pyongyang con su nueva acción sigue con su objetivo de que sea reconocida como un país poseedor de armas nucleares, fortalece al régimen y “cabrea” a todo el mundo, en especial a China, que debe ser más contundente con el régimen de Kim Jong-un. La televisión oficial de Corea del Norte dijo que el objetivo del lanzamiento había sido colocar un satélite en órbita y que lo habían logrado, pero los expertos creen que el verdadero motivo del lanzamiento ha sido probar un misil balístico. El lanzamiento de un satélite de observación terrestre, que muchos analistas consideran una prueba encubierta de su tecnología de misiles balísticos, demuestra que sus avances en el desarrollo nuclear son cada vez mayores.
Corea del Norte ha lanzado un misil de largo alcance desde su recinto de pruebas de la base de Sohae, también conocida como Dongchang-ri, (noroeste), al parecer poniendo en órbita lo que afirma ser un satélite, de la clase "Kwangmyongsong-4" (Estrella brillante), aunque Corea del Sur y Estados Unidos denuncian el lanzamiento como una prueba de tecnología de misiles balísticos que supone un desafío a la comunidad internacional y habrá que ver si ese proyectil fue puesto en órbita, aunque Pyongyang mantenga que todo ha sido un éxito.
De momento, hay que esperar a nuevos análisis para confirmar si el satélite está operando de forma normal en su órbita, que tras lanzado el misil voló hacia el sur, luego en una primera etapa cayó sobre el mar Amarillo, fragmentado en unas 270 partes, según informó el Estado Mayor Conjunto de EEUU (JCS, según sus siglas en inglés), pero cuatro minutos después, aproximadamente en el mismo momento en que se desprendió la cofia, el misil desapareció del radar militar cuando estaba al sudoeste de la isla surcoreana de Jeju, añade el JCS.
Por ello, los expertos están estudiando si la desaparición del misil significa que el lanzamiento fue un fracaso o se trata de algún problema técnico, pero fuentes surcoreanas estiman que se trata de un misil balístico intercontinental sin carga ofensiva, pese a que Pyongyang asegura que se trata de un cohete con un satélite de un peso de unos 200 kilos, pero con ese reducido peso es imposible que existan satélites con un peso tan pequeño, pero Seúl considera que Corea del Norte tiene ya tecnología suficiente para lanzar misiles balísticos intercontinentales.
En esta ocasión es la quinta prueba de un misil de largo alcance de Corea del Norte en su programa de desarrollo de misiles balísticos intercontinentales cargados con ojivas nucleares y se cree que el misil lanzado está preparado para recorrer una distancia superior a 10.000 kilómetros, por lo que podría alcanzar territorio continental de Estados Unidos.
Previamente Corea del Norte había informado a la Organización Marítima Internacional y la Unión Internacional de Telecomunicaciones sobre sus planes de lanzar un satélite de observación entre el 8 y el 25 de febrero, pero el lanzamiento se ha adelantado y todos son especulaciones sobre ese adelanto y más cuando se daba casi seguro que sería el 16 de febrero, fecha en la que cumple años el fallecido Kim Jong Il, padre del actual líder, Kim Jong Un, pues no hay que olvidar que en el país se glorifica a los líderes norcoreanos fallecidos.
Pyongyang sigue empeñada en su reconocimiento como potencia nuclear, pero lo que sí está claro es que, tras el anuncio no confirmado de Corea del Norte de que el 6 de enero probó una bomba de hidrógeno, cada prueba o ensayo nuclear y lanzamiento de misil aproxima al régimen comunista a la creación de una ojiva nuclear suficientemente pequeña para caber en un misil intercontinental capaz de alcanzar objetivos tan lejanos como la costa oeste de EEUU, según distintos analistas y expertos.
Japón ya ha dado una respuesta a este lanzamiento y ha desplegado baterías de misiles Patriot en Tokio y en la isla de Okinawa, donde se ubican unos 27.000 militares estadounidenses, de los 47.000 que se encuentran en todo Japón y que están listos para disparar contra cualquier fragmento de cohete que suponga una amenaza a su territorio.
Por su parte, el Ejército surcoreano también está preparado para cualquier emergencia, pero lejos de una respuesta militar de Seúl a las provocaciones norcoreanas ante este lanzamiento, una confrontación entre los dos países sería el suicidio para el régimen norcoreano, una difícil situación de supervivencia, pero ya en un escenario internacional con China, EEUU, Rusia y Japón como protagonistas principales.
Pero la tensión no baja en esta zona de la península coreana, cuya frontera de Panmunjom sigue siendo el único rincón existente que aún queda de la “Guerra Fría”, ya que después de 24 horas del lanzamiento del misil de largo alcance, un patrullero norcoreano cruzó la frontera marítima en el mar Amarillo, conocida ampliamente como la Línea Limítrofe del Norte (LLN), y se retiró hacia el norte cuando el Ejército surcoreano lanzó disparos de advertencia.
Al mismo tiempo, la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, criticó a Corea del Norte por su lanzamiento de un misil de largo alcance, y pidió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la rápida aplicación de fuertes sanciones contra el país comunista que está bajo sanciones de la ONU por sus pruebas nucleares de los años 2006, 2009 y 2013.
El Consejo de Seguridad de la ONU no sólo condenó el lanzamiento de un misil por parte de Corea del Norte, sino que anunció que está trabajando en una nueva resolución que incluirá más sanciones y que espera aprobar "lo más rápido posible", donde los quince miembros del máximo órgano de decisiones de Naciones Unidas condenaron "en los términos más enérgicos" la última acción del régimen comunista, unas sanciones que hasta ahora no están dando los resultados previstos y de ahí que se estudien otras fórmulas más prácticas.
Además de la ONU, la comunidad internacional ha condenado esta nueva acción de Pyongyang, considerado como un ensayo encubierto de misiles por parte de Corea del Norte, y que pone la zona en una situación de tensión con China como referencia principal para ejercer su influencia hacia el líder Kim Jong-un.
Desde Seúl, el Servicio de Inteligencia de Corea del Sur (NIS) indica que Corea del Norte prepara otra prueba nuclear, un anuncio que llega horas después de que Pyongyang lanzara un satélite al espacio, lo que todavía obliga más a que Pekín use toda su influencia para evitar más pruebas nucleares y sin demora de convocar las conversaciones a seis bandas (Rusia, EEUU, China, Japón y las dos Coreas), encaminadas a detener su programa nuclear a cambio de reconocimiento diplomático, petróleo para suplir su falta de energía y ayuda humanitaria.
La crisis nuclear norcoreana puede traer más problemas, en especial cuando Rusia y China se oponen a debatir el asunto norcoreano en una reunión sin Corea del Norte y también cuando Moscú y Pekín han protestado por el despliegue del sistema antimisiles estadounidenses THAAD en Corea del Sur, pero este nuevo lanzamiento del cohete norcoreano está sirviendo para que Seúl y Washington certifiquen el despliegue definitivo de estos escudos antimisiles, que Pekín se opone tajantemente, sobre sabiendo que los THAAD pueden detectar múltiples misiles a una distancia de 2.000 kilómetros y pondría a su alcance objetivos en el interior del territorio chino.
China, el mayor aliado del régimen norcoreano, lamentó el lanzamiento de un satélite de observación terrestre de Corea del Norte y a la vez pidió calma para evitar una mayor escalada de las tensiones en la península coreana, pero esto ya no es suficiente, pues Pekín puede hacer mucho más para evitar esta política nuclear de Pyongyang, que puede incluso deteriorar las excelentes relaciones entre Seúl y el “gigante asiático” que no quiere que EEUU siga militarmente “condicionando a japoneses y surcoreanos”, pero el pretexto de la amenaza nuclear norcoreana es el mejor justificante de Washington para sus objetivos en la zona.
La única salida, al menos de momento, es reactivar las conversaciones a seis bandas, suspendidas desde 2008, para poner fin al programa nuclear norcoreano, pero Pekín tiene que empujar más a Pyongyang o de lo contrario no habrá grandes avances, lo que conllevará a una mayor militarización de la zona.
Pekín se opone a la expansión del programa nuclear norcoreano y de misiles de largo alcance y a la vez se sumó a la condena internacional por el lanzamiento del satélite. Corea del Norte depende casi en su totalidad de China, cuyo intercambio comercial –a causa de la desaceleración de la economía china- decreció hasta un 15 por ciento el pasado año, según la Asociación de Comercio Internacional de Corea (KITA) y lo mismo pasó con las exportaciones que cayeron un 12,3 por ciento.
El presidente chino, Xi Jinping, discrepa de la política nuclear norcoreana y sus relaciones con Kim Jong-un son bastante distantes, incluso el Partido Comunista Chino (PCCh) acusó al régimen norcoreano de “empujar al país a un abismo sin esperanza” y agrega que si la situación se sale de control, la primera perjudicada es Corea del Norte, pero aun así Pekín tiene la llave para cerrar y abrir puertas en Corea del Norte y evitar esta escalada nuclear que ya lleva tiempo realizando Pyongyang. En suma, la supervivencia del régimen y de la dinastía de los Kim también depende de las propias autoridades norcoreanas.